5 Movimientos Antisistémicos en México: Resistencia y Transformación Social

Publicado el 2 mayo, 2025 por Rodrigo Ricardo

México ha sido históricamente un escenario de luchas sociales y movimientos antisistémicos que desafían las estructuras de poder establecidas. Estos movimientos surgen como respuesta a la desigualdad, la opresión y la exclusión, buscando alternativas políticas, económicas y culturales fuera del sistema dominante. A continuación, exploraremos cinco de los movimientos antisistémicos más relevantes en el México contemporáneo, analizando sus orígenes, demandas y estrategias de resistencia.


1. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN): Autonomía Indígena y Resistencia

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) irrumpió en la escena nacional e internacional el 1 de enero de 1994, coincidiendo con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Este movimiento, encabezado por el subcomandante Marcos (ahora Galeano), surgió en Chiapas como una respuesta a siglos de marginación y explotación de las comunidades indígenas. Los zapatistas no buscan tomar el poder estatal, sino construir autonomía en sus territorios, rechazando la intervención del gobierno mexicano en sus sistemas de justicia, educación y salud.

Uno de los pilares del zapatismo es la construcción de “caracoles” y “juntas de buen gobierno”, estructuras autónomas que permiten a las comunidades organizarse sin depender del Estado. Su lema “mandar obedeciendo” refleja una democracia radical donde las decisiones se toman desde abajo. Además, el EZLN ha impulsado iniciativas internacionales como la “Sexta Declaración de la Selva Lacandona”, buscando alianzas con otros movimientos antisistémicos a nivel global. A pesar de la represión militar y paramilitar, los zapatistas mantienen su resistencia, demostrando que otra forma de organización social es posible.


2. Las Autodefensas Comunitarias: Seguridad Popular frente al Narcotráfico

En los últimos años, México ha visto el surgimiento de grupos de autodefensa comunitaria, especialmente en estados como Michoacán, Guerrero y Chiapas. Estos movimientos armados surgen como respuesta al fracaso del Estado en garantizar seguridad ante el avance del crimen organizado. Las autodefensas operan bajo la lógica de la autogestión, expulsando a grupos narcotraficantes y estableciendo sus propios sistemas de vigilancia.

Un caso emblemático es el de las autodefensas de Michoacán, que en 2013 tomaron el control de varias localidades para enfrentar a los Caballeros Templarios. Aunque algunos de estos grupos fueron cooptados por el gobierno o infiltrados por el crimen, otros mantienen su independencia y rechazan cualquier acuerdo con el Estado. Las autodefensas representan una crítica radical al monopolio de la violencia estatal y una apuesta por la seguridad colectiva. Sin embargo, su legitimidad es cuestionada debido a casos de abusos y falta de mecanismos de rendición de cuentas.


3. La Resistencia contra el Extractivismo: Lucha por la Tierra y el Medio Ambiente

México es un país rico en recursos naturales, pero su explotación desmedida ha generado conflictos socioambientales en diversas regiones. Movimientos como el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) en Atenco o la resistencia contra el Tren Maya en el sureste ejemplifican la lucha contra el extractivismo. Estos movimientos denuncian el despojo de tierras, la contaminación y la violación de derechos indígenas.

El FPDT, por ejemplo, surgió en 2001 para oponerse a la expropiación de tierras para un aeropuerto en Texcoco. A pesar de la represión brutal en 2006, lograron frenar el proyecto. Hoy, el Tren Maya enfrenta una resistencia similar, con comunidades mayas argumentando que el megaproyecto beneficia a empresas transnacionales mientras destruye su territorio. Estos movimientos cuestionan el modelo de desarrollo neoliberal y proponen alternativas basadas en la soberanía alimentaria y el respeto a la naturaleza.


4. El Movimiento Feminista Antisistémico: Rompiendo Estructuras Patriarcales

El feminismo en México ha adquirido un carácter antisistémico al desafiar no solo la violencia de género, sino también las estructuras económicas y políticas que la sostienen. Colectivas como “Las Brujas del Mar” y “Feministas Unidas” han impulsado huelgas nacionales bajo la consigna “El nueve ninguna se mueve”, evidenciando el papel esencial de las mujeres en la economía.

Además de exigir justicia por feminicidios, estas colectivas cuestionan el sistema capitalista y colonial que perpetúa la opresión. El movimiento ha adoptado tácticas radicales como la toma de instituciones y la pintura de monumentos, simbolizando su rechazo a un Estado que las ha ignorado. Su lucha no se limita a reformas legales, sino que busca una transformación cultural profunda.


5. La Otra Campaña y los Movimientos Antielectorales: Crítica a la Democracia Liberal

En 2006, el EZLN lanzó “La Otra Campaña”, un llamado a construir alternativas políticas fuera de los partidos y las elecciones. Este movimiento denunció la simulación democrática y promovió la organización desde abajo. Hoy, colectivos como “¡Eso que llaman México!” continúan esta línea, rechazando el electoralismo y proponiendo asambleas populares como forma de decisión política.

Estos movimientos argumentan que el sistema electoral reproduce élites y no representa a las mayorías. En su lugar, proponen formas de democracia directa y economía solidaria.


Conclusión: Hacia Otras Formas de Organización Social

Los movimientos antisistémicos en México muestran que la resistencia no solo es posible, sino necesaria. Desde el zapatismo hasta el feminismo radical, estas luchas plantean alternativas al capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. Su desafío sigue vigente en un país marcado por la desigualdad y la violencia.

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