Aislamiento conductual: definición y ejemplos

¿Qué es el aislamiento conductual?

La definición de aislamiento conductual es cuando las especies están reproductivamente aisladas de otras debido a diferencias de comportamiento. El aislamiento conductual es una forma en que la naturaleza impide el mestizaje de especies a través de diferencias de comportamiento. El aislamiento conductual puede abarcar una amplia gama de situaciones, como dos especies diferentes que evolucionan para vivir en áreas ecológicas diferentes o dos especies que tienen diferentes formas de rituales de apareamiento, como danzas y señales auditivas. Estas diferencias son lo que se conocen como barreras reproductivas o barreras prezigóticas que ayudan a impulsar el proceso evolutivo.

Las barreras prezigóticas son barreras que impiden el apareamiento en primer lugar, a diferencia de las barreras poscigóticas que se producen después del apareamiento y que impiden que la futura descendencia sea viable. Estas barreras impiden la cópula exitosa de organismos masculinos y femeninos que normalmente daría como resultado la reproducción. El aislamiento conductual actúa como una barrera prezigótica al desalentar pasivamente el impulso de dos organismos de reproducirse entre sí en lugar de otras perspectivas de apareamiento más atractivas desde el punto de vista conductual. Sin el establecimiento natural de estas barreras, las especies tendrían el potencial de retroceder evolutivamente y no podrían continuar el proceso de especiación, la formación de especies nuevas y distintas.

Ejemplos de aislamiento conductual

Los ejemplos de aislamiento conductual pueden manifestarse a partir de una gran variedad de comportamientos diferentes de varios organismos. Estos comportamientos que se utilizan principalmente para atraer y aparearse con otra de su especie, pueden llevar al aislamiento de una especie de otros organismos biológicamente compatibles simplemente debido a que no se sienten atraídos por las señales de apareamiento de otros. La falta de atracción mutua entre las señales de apareamiento crea un aislamiento conductual entre los dos en lugar de algo más tangible como el aislamiento geográfico. Estas señales pueden incluir algunas de las siguientes:

• Señales auditivas (chirridos, tarareos, chasquidos, etc.)
• Señales visuales (luces parpadeantes, rasgos físicos coloridos, etc.)
• Señales cinéticas (bailar, jugar, etc.)
• Señales químicas (que emiten feromonas y otros olores)

Por ejemplo, cuando un delfín o una ballena buscan pareja con quien reproducirse, a menudo utilizan una señal auditiva para mejorar sus posibilidades de atraer pareja. Se sabe que los delfines emiten silbidos o chasquidos para comunicarse y atraer parejas potenciales. Las ballenas tienen sus propios sonidos submarinos únicos que se interpretan como cantos entre sí para atraer a posibles parejas. Estas señales son exclusivas de su especie y no tienden a atraer a miembros de diferentes especies u organismos separados por aislamiento conductual.

Otro ejemplo es cuando las abejas desprenden lo que se conoce como feromonas o sustancias químicas producidas por un organismo y luego liberadas al medio ambiente. Estas feromonas emiten un olor único que pretende enviar una señal biológica a un receptor muy específico. En organismos de la misma especie, esta feromona suele ser atractiva y ayuda a acercar a las dos parejas potenciales a través del olfato. Los organismos de diferentes especies también pueden oler las feromonas, pero generalmente no se sentirán atraídos por ellas.

Efectos del aislamiento conductual

El aislamiento conductual tiene una serie de efectos que son beneficiosos para la continuidad de innumerables especies y biodiversidad dentro de la biosfera. El primer efecto, y probablemente el más notable, del aislamiento conductual es que garantiza que el proceso evolutivo de especiación continúe fomentando las posibilidades de éxito reproductivo y vitalidad continuos. Cuando una especie experimenta un aislamiento conductual, esencialmente se ve obligada a crear diversidad genética por necesidad para poder reproducirse con éxito. Cuando un organismo se enfrenta a la elección de elegir una pareja que le parezca atractiva y conveniente debido a su comportamiento particular o elegir una que no lo sea, no hay competencia. El organismo elegirá una pareja que se encuentre en la nueva posición evolutivamente ventajosa en lugar de regresar a su acervo genético original.

Si el proceso de aislamiento conductual no ocurriera y los organismos continuaran reproduciéndose dentro de las mismas limitaciones genéticas, podría haber efectos perjudiciales para la población, las especies y el ecosistema. Cuando una especie continúa cruzándose sin diferenciación ni variación genética en el acervo genético, con el tiempo seguirá aumentando las posibilidades de esterilidad, barreras postcigóticas y la reproducción continua de genes recesivos potencialmente indeseables. El aislamiento conductual continúa el proceso de diversificar consistentemente el acervo genético de modo que la especiación y la diversidad genética siempre aumenten, permitiendo así la supervivencia continua de las especies existentes junto con el potencial para el surgimiento de nuevas especies en el proceso.

Resumen de la lección

El aislamiento conductual es un sello distintivo del proceso evolutivo y permite que continúe sin obstáculos por organismos que distinguen el comportamiento hasta tal punto que se vuelven incompatibles en términos de selección de apareamiento. Permite la especiación que crea la rica diversificación genética de la vida que conduce a una plétora de organismos, entornos y ecosistemas únicos. El aislamiento conductual junto con otras barreras reproductivas y prezigóticas trabajan para prevenir el continuo mestizaje de organismos que eventualmente podría, como mínimo, conducir a una diversidad genética mucho menor y, como máximo, interrumpir la capacidad de supervivencia de una especie, lo que resultaría en extinciones masivas debido a la esterilidad, _barreras postcigóticas_, y otras predisposiciones genéticas. Los innumerables ejemplos de aislamiento conductual entre diferentes especies, como el distintivo chasquido de los delfines y el canto de las ballenas, ayudan a garantizar que la evolución continúe. Las diversas feromonas emitidas por innumerables especies de insectos y otros organismos ayudan a atraer parejas reproductivamente ventajosas que permiten la continuación de la especie. El aislamiento conductual es uno de los muchos procesos que garantizan que la biodiversidad de la vida en la Tierra continúe no sólo existiendo sino que prospere y permita que en el proceso se creen nuevos organismos reproductivamente superiores.

¿Qué es el aislamiento conductual?

Por supuesto, no se esperaría que especies muy diferentes, como aves y peces, se aparearan, pero a veces incluso especies muy estrechamente relacionadas tampoco se aparean. Esto se debe a las barreras reproductivas, que son características biológicas de los organismos que impiden que las especies se reproduzcan y tengan descendencia.

Existen dos tipos de barreras reproductivas: barreras prezigóticas, que son aquellas que impiden que se produzca el apareamiento, y barreras poscigóticas, que son aquellas que reducen la probabilidad de que una descendencia sobreviva después de que se haya producido el apareamiento.

Una barrera reproductiva precigótica es el aislamiento conductual. Como su nombre lo indica, se trata de una barrera reproductiva basada en el comportamiento, generalmente en forma de señales y rituales de apareamiento. Las señales que atraen a sus parejas entre sí pueden ser uno de los factores más importantes para determinar si especies estrechamente relacionadas se aparean entre sí o no.

Ejemplos de aislamiento conductual

Podemos ver muchos ejemplos de aislamiento conductual en la naturaleza. Por ejemplo, las luciérnagas macho de una variedad de especies envían señales a sus contrapartes femeninas haciendo parpadear sus luces en patrones específicos. Las hembras solo responderán a las señales enviadas por su propia especie, lo que les impedirá aparearse con otras especies de luciérnagas estrechamente relacionadas.

Muchas especies tienen rituales de cortejo muy elaborados para ayudarse a indicarse mutuamente que son las personas adecuadas para aparearse. Un ejemplo de esto es el piquero de patas azules. Los piqueros machos realizan un baile muy elaborado que deja ver sus brillantes pies azules. Esto ayuda a identificarlo ante las piqueras femeninas como una pareja potencial.

Las señales visuales no son las únicas que crean barreras conductuales. Los cantos de rana son únicos para cada especie, tanto en tono como en patrón. Estas vocalizaciones específicas crean barreras reproductivas para ranas que no son de la misma especie.

Los cantos de los pájaros son otra forma no visual de identificar miembros de la misma especie y, por lo tanto, parejas adecuadas. Los cantos de los pájaros no solo son únicos para cada especie, sino que la mayoría de las especies tienen cantos específicos para advertencias, defensa del territorio y llamadas de apareamiento. Esto hace que la barrera reproductiva sea aún más fuerte para especies estrechamente relacionadas.

Resumen de la lección

Las barreras reproductivas impiden que las especies estrechamente relacionadas se apareen, sirviendo así como un mecanismo importante para la evolución. El aislamiento conductual es un tipo de barrera prezigótica que impide el mestizaje entre especies estrechamente relacionadas porque no existe reconocimiento de pareja entre hembras y machos de las diferentes especies. Las señales especiales utilizadas para atraer parejas son exclusivas de una especie y sirven como uno de los factores más importantes para determinar si las parejas se encuentran o no.

Los resultados del aprendizaje

Debería poder hacer lo siguiente después de esta lección:

• Definir barrera reproductiva
• Recordemos los dos tipos de barreras reproductivas.
• Describir el aislamiento conductual
• Identificar ejemplos de aislamiento conductual.