Círculo Cartesiano: Definición y críticas

Publicado el 27 febrero, 2024 por Rodrigo Ricardo

¿Qué es el círculo cartesiano?

René Descartes fue un famoso pensador europeo conocido como el padre de la filosofía moderna. Nació en Francia a finales del siglo XVI y sus actividades académicas incluyeron matemáticas, metafísica, filosofía natural y epistemología, entre otras. Muchas de sus obras son ampliamente leídas en la actualidad, incluidas sus Meditaciones sobre la filosofía primera. Meditaciones es la obra en la que Descartes articula su epistemología, o “estudio del conocimiento”, que sostiene que, para contar como conocimiento, una creencia debe implicar una idea que sea “clara y distinta”.

Ligado al criterio de “claro y distinto” está el método de la duda. Según Descartes el conocimiento debe ser cierto, es decir, no se puede dudar razonablemente de él. Las impresiones sensoriales en condiciones no ideales, como ver una criatura afuera durante el mal tiempo, no pueden contar como conocimiento porque es posible que una percepción tan confusa sea errónea. Por ejemplo, al ver una forma en movimiento en el bosque oscuro durante una tormenta, uno podría estar viendo a Pie Grande, una persona, un ciervo o quizás simplemente un árbol llamativo. El hecho de que la percepción sea ambigua entre interpretaciones implica que es dudosa y por tanto no es conocimiento.

Si bien hay muchos pasos en el método de la duda de Descartes, finalmente llegó a la creencia de que tenía una idea clara y distinta de Dios como un ser perfecto. Y dado que Dios es un ser perfecto, Dios no engañaría a Descartes ni permitiría que sus creencias fueran sistemáticamente falsas. Este argumento, sin embargo, ha sido calificado de falaz. Desde que Descartes publicó sus Meditaciones, los estudiosos han estado debatiendo si el criterio para el conocimiento, es decir, que una creencia sea clara y distinta, supone que existe un Dios perfecto en lugar de probarlo.

Así, el ” círculo cartesiano ” es el nombre dado al argumento de Descartes, en el que (discutiblemente) Descartes asume precisamente lo que intenta demostrar, es decir, que cualquier idea que sea clara y distinta es verdadera. Ha sido una cuestión difícil de resolver si el “círculo cartesiano” de Descartes es viciosamente circular.

¿Qué es el razonamiento circular?

El razonamiento circular es una falacia también llamada “petición de principio”. Esta falacia ocurre cuando la conclusión de un argumento, lo que la persona está tratando de probar, está presupuesta por las premisas o la evidencia de la conclusión. Por ejemplo, si alguien dijo “John es una persona honesta porque debes confiar en él”, entonces está dando por sentado la pregunta. La conclusión de que Juan es honesto es la presuposición que respalda la premisa de que se debe confiar en Juan. En esencia, la premisa simplemente repite la conclusión, aunque sutilmente. En realidad, no se han aportado nuevas pruebas.

Según el propio argumento de Descartes, cualquier creencia que sea dudosa porque no es clara y distinta debe suspenderse o desconfiarse de ella; no es conocimiento. Descartes establece metódicamente etapas de duda, desde dudar de percepciones que no se encuentran en condiciones ideales hasta dudar de la experiencia sensorial en general porque una persona podría simplemente estar soñando. En otras palabras, se puede dudar de que toda percepción sea verdadera porque no existe ninguna percepción que sea inequívocamente cierta. Cualquier percepción dada podría ocurrir mientras uno está despierto o mientras está dormido. Para empeorar las cosas, cualquier idea podría ser errónea porque una persona siempre podría ser engañada por un genio malvado o un demonio malévolo cuyo objetivo es llevar los pensamientos al error. Por tanto, según Descartes, es muy poco lo que se puede saber con certeza.

El razonamiento circular de Descartes surgió cuando Descartes intentó mostrar que existe un fundamento para el conocimiento. Más específicamente, Descartes afirmó que tenía una percepción clara y distinta de un Dios perfecto. Puesto que la idea es clara y distinta y no puede surgir de la percepción sensorial, es razonable aceptar la creencia en un Dios perfecto como conocimiento. Una vez que una creencia en Dios se considera conocimiento, entonces se pueden abordar los pasos del proceso de duda de Descartes y se puede otorgar el estatus de conocimiento a una variedad de creencias y percepciones. Esto se debe a que mientras Dios sea perfecto, uno no será engañado sistemáticamente y, en general, tendrá sentidos confiables otorgados por su creador. Sin embargo, si hubiera un demonio malvado o un genio que pudiera engañar a una persona y desviar su razonamiento, no está claro que la idea de un Dios perfecto sea realmente clara y distinta. Podría ser una idea implantada por un poder tan engañoso. Por lo tanto, los críticos afirman que el argumento de Descartes a favor de la creencia en Dios es circular porque Descartes supone que su idea clara y distinta de Dios proviene de ese Dios y no de un engañador.

Críticas al círculo cartesiano

La epistemología de Descartes tal como se presenta en Meditaciones ha sido cuestionada desde el momento de su publicación. Por ejemplo, el amigo de Descartes, Marin Mersenne, planteó varias objeciones a los argumentos de Descartes, incluida la afirmación de que el argumento era circular. Sin embargo, los estudiosos han tratado de defender el argumento de Descartes de la crítica de que es viciosamente circular. Esto se debe en parte a una cuidadosa consideración del texto de Descartes y en parte a que los intérpretes deben estar preparados para ofrecer una interpretación no falaz de un texto de un filósofo brillante. Ésta es al menos la posición de un comentarista contemporáneo, Thomas Lennon. En resumen, muchas de las defensas del argumento de Descartes insisten en que algunas creencias, como la creencia en el yo que duda o la creencia en un Dios perfecto, son una clase especial de creencias evidentes por sí mismas. Es decir, su autoevidencia o su indubitabilidad tiene algún rasgo especial que los inmuniza de la duda que surge de la hipótesis del genio maligno.

Resumen de la lección

René Descartes es a menudo considerado el padre de la filosofía moderna. Fue pionero en investigaciones en matemáticas, filosofía natural y epistemología, o “el estudio del conocimiento”. Una de sus contribuciones más duraderas a la filosofía fue el método de la duda que empleó en su famosa obra Meditaciones sobre la filosofía primera o, para abreviar, Meditaciones. Para Descartes, uno debería descubrir los fundamentos firmes del conocimiento sometiendo todas sus creencias a la duda sistémica. Cualquier creencia que no sea “clara y distinta” se considera dudosa y, por tanto, no cuenta como conocimiento en el sentido más eminente. En definitiva, Descartes descubrió que el fundamento del conocimiento es la creencia en un Dios perfecto, del cual descubrió que tenía una idea clara y distinta.

Los críticos han afirmado, sin embargo, que el argumento de Descartes es circular y, por ello, se le ha llamado el ” círculo cartesiano “. El razonamiento circular es una falacia en la que las premisas (o la evidencia) presuponen la conclusión que intentan probar. En resumen, tales críticos han afirmado que la idea clara y distinta de Dios presupone un dios perfecto (y no engañoso). Si, por ejemplo, hay un genio maligno empeñado en engañar, entonces las ideas aparentemente claras y distintas no son en realidad ciertas. Quizás el genio maligno haya implantado la idea de que uno recuerde que una idea es clara y distinta cuando, en realidad, no lo es. Así, cuando Descartes afirma que tiene una idea clara y distinta de Dios, está suponiendo que su razonamiento no ha sido engañado o equivocado y que la claridad y distinción de su creencia no han nacido de una ilusión.

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