¿Cómo funciona la Unión Neuromuscular en las Células Musculares Esqueléticas?

Publicado el 9 junio, 2025 por Rodrigo Ricardo

La unión neuromuscular (UNM) es una estructura especializada que permite la comunicación entre el sistema nervioso y el músculo esquelético, facilitando así el movimiento voluntario. Este proceso es fundamental para actividades cotidianas como caminar, correr o levantar objetos. En este artículo, exploraremos en profundidad los mecanismos moleculares y fisiológicos que regulan la UNM, desde la liberación de neurotransmisores hasta la contracción muscular.

La UNM está compuesta por tres elementos principales: la terminal presináptica del axón neuronal, la hendidura sináptica y la membrana postsináptica de la fibra muscular (placa motora). Cuando una señal nerviosa llega a la terminal presináptica, desencadena una serie de eventos electroquímicos que culminan en la contracción del músculo. Este proceso es altamente eficiente y está finamente regulado para evitar desórdenes como la miastenia gravis o el botulismo.

Además, entender la UNM es crucial para campos como la neurología, la fisioterapia y la farmacología, ya que muchas enfermedades neuromusculares tienen su origen en disfunciones de esta unión. A continuación, analizaremos cada etapa del proceso con detalle académico, respaldado por investigaciones científicas recientes.


1. Estructura de la Unión Neuromuscular

1.1. Terminal Presináptica

La terminal presináptica es el extremo del axón de una neurona motora que se comunica con la fibra muscular. En esta región, se encuentran numerosas vesículas sinápticas cargadas de acetilcolina (ACh), el neurotransmisor clave en la UNM. Cuando un potencial de acción viaja por el axón y llega a la terminal, se produce la apertura de canales de calcio dependientes de voltaje (CaV), permitiendo la entrada masiva de iones calcio (Ca²⁺) al interior de la neurona.

El aumento de Ca²⁺ intracelular desencadena la fusión de las vesículas sinápticas con la membrana presináptica, liberando ACh a la hendidura sináptica mediante exocitosis. Este proceso es altamente regulado por proteínas como la sinaptotagmina y el complejo SNARE, que aseguran una liberación rápida y sincronizada del neurotransmisor. Estudios recientes han demostrado que alteraciones en estas proteínas pueden provocar enfermedades como el síndrome de Lambert-Eaton, un trastorno autoinmune que afecta la liberación de ACh.

1.2. Hendidura Sináptica

La hendidura sináptica es un espacio extracelular de aproximadamente 50 nm de ancho que separa la terminal presináptica de la membrana postsináptica. En esta región, la ACh difunde rápidamente hacia los receptores nicotínicos de acetilcolina (nAChR) ubicados en la placa motora. La enzima acetilcolinesterasa (AChE) también está presente en la hendidura y cumple un papel crucial en la terminación de la señal, hidrolizando la ACh en colina y acetato para evitar una sobreestimulación muscular.

1.3. Placa Motora Postsináptica

La placa motora es una región especializada de la membrana de la fibra muscular que contiene una alta densidad de nAChR. Estos receptores son canales iónicos que, al unirse a la ACh, permiten el flujo de sodio (Na⁺) y potasio (K⁺), generando un potencial de placa motora (PPM). Si este potencial supera un umbral, se desencadena un potencial de acción muscular que se propaga a lo largo del sarcolema y los túbulos T, activando la liberación de calcio del retículo sarcoplásmico y, finalmente, la contracción del músculo.


2. Mecanismo de Transmisión Neuromuscular

2.1. Liberación de Acetilcolina y Activación de Receptores

Cuando la ACh se une a los nAChR en la placa motora, se produce un cambio conformacional que abre el canal iónico, permitiendo la entrada de Na⁺ y la salida de K⁺. Este flujo iónico despolariza la membrana postsináptica, generando el PPM. La magnitud del PPM depende de la cantidad de ACh liberada; si es suficiente, activará los canales de sodio voltaje-dependientes del músculo, iniciando un potencial de acción.

2.2. Propagación del Potencial de Acción Muscular

El potencial de acción muscular se propaga a lo largo del sarcolema y penetra en la fibra a través de los túbulos T, estructuras que permiten la transmisión rápida de la señal al retículo sarcoplásmico. Allí, los receptores de rianodina (RyR) liberan Ca²⁺ almacenado, elevando su concentración en el citosol y permitiendo la interacción entre actina y miosina, lo que lleva a la contracción muscular.

2.3. Terminación de la Señal

Para evitar una contracción sostenida, la AChE degrada rápidamente la ACh en la hendidura sináptica. Además, el Ca²⁺ es recaptado activamente por el retículo sarcoplásmico mediante la bomba de calcio ATPasa (SERCA), lo que permite la relajación muscular.


3. Enfermedades Relacionadas con la Unión Neuromuscular

La unión neuromuscular (UNM) es un sistema altamente especializado cuya disfunción puede generar diversas patologías, algunas de ellas graves e incapacitantes. Estas enfermedades suelen clasificarse según el componente afectado: presináptico, sináptico o postsináptico. A continuación, se detallan tres de los trastornos neuromusculares más relevantes, analizando sus causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento.


3.1. Miastenia Gravis: Autoimmunidad contra los Receptores Nicotínicos de Acetilcolina (nAChR)

Causas y Fisiopatología

La miastenia gravis (MG) es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario ataca los receptores nicotínicos de acetilcolina (nAChR) en la placa motora postsináptica. En aproximadamente el 85% de los casos, los pacientes presentan anticuerpos contra estos receptores, lo que reduce su disponibilidad y altera la transmisión neuromuscular.

En algunos casos, también se han identificado anticuerpos contra la proteína relacionada con el receptor de tirosina quinasa muscular (MuSK), que desempeña un papel clave en la organización de los nAChR en la membrana postsináptica. Esta variante, conocida como miastenia gravis anti-MuSK, suele presentar síntomas más severos, como debilidad bulbar (dificultad para hablar, masticar y tragar).

Síntomas Clínicos

Los síntomas más comunes incluyen:

  • Debilidad muscular fluctuante, que empeora con la actividad física y mejora con el reposo.
  • Ptosis palpebral (caída de los párpados).
  • Diplopía (visión doble) debido a la afectación de los músculos extraoculares.
  • Dificultad para masticar, tragar o hablar (afectación bulbar).
  • En casos graves, insuficiencia respiratoria por debilidad de los músculos intercostales y diafragma (crisis miasténica), que requiere atención médica urgente.

Diagnóstico y Tratamiento

El diagnóstico se basa en:

  • Prueba del edrofonio (Tensilon®): mejoría transitoria de la debilidad muscular tras la administración de un inhibidor de la acetilcolinesterasa.
  • Electromiografía (EMG): muestra decremento en la respuesta muscular con estimulación repetitiva.
  • Detección de anticuerpos anti-nAChR o anti-MuSK en sangre.

El tratamiento incluye:

  • Inhibidores de la acetilcolinesterasa (piridostigmina) para aumentar la disponibilidad de ACh en la hendidura sináptica.
  • Inmunosupresores (corticosteroides, azatioprina) para reducir la producción de anticuerpos.
  • Plasmaféresis o inmunoglobulinas intravenosas (IVIG) en crisis agudas.
  • Timectomía en pacientes con timoma (tumor del timo asociado a MG).

3.2. Botulismo: Bloqueo Presináptico de la Liberación de Acetilcolina

Causas y Mecanismo de Acción

El botulismo es una enfermedad neuroparalítica causada por la toxina botulínica, producida por la bacteria Clostridium botulinum. Esta toxina actúa en la terminal presináptica, donde proteoliza las proteínas SNARE (como SNAP-25 y sinaptobrevina), esenciales para la fusión de las vesículas sinápticas con la membrana neuronal.

Como resultado, se inhibe la liberación de ACh, impidiendo la activación de la placa motora y provocando parálisis flácida. El botulismo puede adquirirse por:

  • Ingestión de alimentos contaminados (botulismo alimentario).
  • Infección de heridas (botulismo por heridas).
  • Uso terapéutico o cosmético excesivo de toxina botulínica (Botox®).

Síntomas Clínicos

Los síntomas aparecen entre 12 y 72 horas después de la exposición e incluyen:

  • Visión borrosa y ptosis por parálisis de músculos oculares.
  • Dificultad para hablar y tragar (afectación bulbar).
  • Debilidad muscular progresiva, que puede llevar a parálisis respiratoria.
  • Ausencia de fiebre, lo que ayuda a diferenciarlo de infecciones.

Diagnóstico y Tratamiento

El diagnóstico se realiza mediante:

  • Historial clínico y síntomas característicos.
  • Detección de la toxina en suero, heces o alimentos contaminados.
  • Electromiografía (EMG) que muestra disminución de la respuesta muscular.

El tratamiento incluye:

  • Antitoxina botulínica para neutralizar la toxina circulante.
  • Soporte respiratorio en casos graves (ventilación mecánica).
  • Antibióticos (solo en botulismo por heridas, ya que en el alimentario pueden liberar más toxina).

3.3. Síndrome de Lambert-Eaton: Bloqueo de los Canales de Calcio Presinápticos

Causas y Fisiopatología

El síndrome de Lambert-Eaton (LEMS) es un trastorno autoinmune en el que se producen anticuerpos contra los canales de calcio dependientes de voltaje (CaV) en la terminal presináptica. Esto reduce la entrada de Ca²⁺, disminuyendo la liberación de ACh y debilitando la contracción muscular.

En más del 50% de los casos, el LEMS está asociado a cáncer de pulmón de células pequeñas (CPCP), ya que las células tumorales expresan canales de Ca²⁺ similares, desencadenando una respuesta autoinmune.

Síntomas Clínicos

A diferencia de la miastenia gravis, los pacientes con LEMS presentan:

  • Debilidad proximal (muslos, caderas, hombros) que mejora brevemente con el ejercicio repetido (fenómeno de facilitación).
  • Reflejos osteotendinosos disminuidos o ausentes.
  • Síntomas autonómicos (sequedad bucal, estreñimiento, disfunción eréctil) por afectación de neuronas colinérgicas autónomas.

Diagnóstico y Tratamiento

El diagnóstico se basa en:

  • EMG con estimulación repetitiva, que muestra incremento de la respuesta muscular tras ejercicio (facilitación post-tetánica).
  • Detección de anticuerpos anti-CaV.
  • Búsqueda de neoplasias subyacentes (tomografía torácica para descartar CPCP).

El tratamiento incluye:

  • 3,4-diaminopiridina, que mejora la liberación de ACh.
  • Inmunoterapia (corticoides, IVIG) en casos graves.
  • Tratamiento del cáncer asociado si es la causa.

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