¿El resfriado común es una enfermedad viral no eruptiva?

Publicado el 28 mayo, 2025 por Rodrigo Ricardo

El resfriado común: ¿Una enfermedad viral no eruptiva?

El resfriado común es una de las afecciones más frecuentes en la población mundial, caracterizada por síntomas como congestión nasal, estornudos, dolor de garganta y malestar general. A diferencia de enfermedades eruptivas como el sarampión o la varicela, el resfriado no presenta manifestaciones cutáneas visibles, lo que lo clasifica como una enfermedad viral no eruptiva. Este artículo tiene como objetivo analizar las características del resfriado común, su etiología viral, mecanismos de transmisión, manifestaciones clínicas y su diferenciación con otras enfermedades virales que sí cursan con erupciones cutáneas. Además, se abordarán aspectos relacionados con su diagnóstico, tratamiento y medidas preventivas, sustentando la información en fuentes científicas actualizadas.

El resfriado común es causado principalmente por rinovirus, aunque otros agentes virales como los coronavirus, adenovirus y virus sincitial respiratorio también pueden estar involucrados. Estos patógenos afectan las vías respiratorias superiores, desencadenando una respuesta inflamatoria local que genera los síntomas característicos. A pesar de su alta prevalencia, el resfriado común rara vez deriva en complicaciones graves, aunque en poblaciones vulnerables, como niños pequeños, adultos mayores o personas inmunocomprometidas, puede agravarse. Su naturaleza no eruptiva lo distingue de otras infecciones virales, lo que facilita su identificación clínica, aunque en algunos casos puede confundirse con alergias u otras infecciones respiratorias leves.

Etiología viral del resfriado común

El resfriado común es causado por una amplia variedad de virus, siendo los rinovirus los responsables de aproximadamente el 30-50% de los casos. Estos virus pertenecen a la familia Picornaviridae y cuentan con más de 100 serotipos conocidos, lo que dificulta el desarrollo de una vacuna efectiva. Además de los rinovirus, otros agentes etiológicos incluyen coronavirus (10-15% de los casos), adenovirus, virus de la influenza y virus sincitial respiratorio. Cada uno de estos patógenos tiene mecanismos de infección similares, invadiendo las células epiteliales de la mucosa nasal y faríngea, donde se replican y desencadenan una respuesta inmunitaria local.

A diferencia de las enfermedades eruptivas, como la rubéola o el sarampión, los virus del resfriado común no se diseminan sistémicamente ni causan lesiones en la piel. Su acción se limita al tracto respiratorio superior, lo que explica la ausencia de erupciones cutáneas. Sin embargo, algunos adenovirus pueden provocar conjuntivitis y faringitis, lo que en ciertos casos puede confundirse con otras infecciones. La variabilidad genética de estos virus es uno de los principales desafíos para el control de la enfermedad, ya que mutan con frecuencia, evadiendo la respuesta inmunitaria del huésped.

Manifestaciones clínicas y diferenciación con enfermedades eruptivas

Las manifestaciones clínicas del resfriado común suelen aparecer entre uno y tres días después de la exposición al virus e incluyen congestión nasal, rinorrea, estornudos, dolor de garganta y tos. En algunos casos, puede presentarse fiebre baja, especialmente en niños, pero no es un síntoma predominante. A diferencia de enfermedades virales eruptivas como la varicela o el sarampión, el resfriado no causa exantemas, vesículas ni otras lesiones dérmicas. Esta distinción es fundamental para el diagnóstico diferencial, ya que muchas infecciones virales comparten síntomas iniciales similares.

Por ejemplo, el sarampión comienza con fiebre alta, tos y congestión nasal, pero a los pocos días aparece un exantema maculopapular característico. De manera similar, la varicela produce vesículas pruriginosas en la piel, un signo inequívoco de la enfermedad. En contraste, el resfriado común carece de estas manifestaciones cutáneas, lo que permite diferenciarlo clínicamente. No obstante, en casos atípicos o en pacientes con alergias concurrentes, puede haber confusión, por lo que una evaluación médica detallada es esencial para descartar otras patologías.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico del resfriado común es principalmente clínico, basado en la sintomatología y la ausencia de signos de gravedad. Dado que es una enfermedad autolimitada, en la mayoría de los casos no se requieren pruebas de laboratorio. Sin embargo, en situaciones donde se sospeche de otras infecciones (como influenza o COVID-19), pueden realizarse test específicos. El tratamiento es sintomático e incluye analgésicos, antihistamínicos y descongestionantes nasales, aunque no existe una terapia antiviral específica.

A diferencia de enfermedades eruptivas, que en algunos casos requieren antivirales o inmunoglobulinas, el resfriado común no tiene un tratamiento curativo. Las medidas de soporte, como la hidratación adecuada y el reposo, son suficientes para la recuperación. La prevención juega un papel crucial, destacando el lavado de manos frecuente, el uso de mascarillas en épocas de alta transmisión y la evitación del contacto cercano con personas infectadas.

Conclusión

El resfriado común es una enfermedad viral no eruptiva, causada principalmente por rinovirus y otros patógenos respiratorios. Su cuadro clínico se limita a síntomas respiratorios, sin manifestaciones cutáneas, lo que lo diferencia claramente de enfermedades como el sarampión o la varicela. Aunque es una afección leve, su alta incidencia la convierte en un problema de salud pública, especialmente en temporadas de frío. El manejo adecuado, basado en medidas sintomáticas y preventivas, es fundamental para reducir su impacto en la población.

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