Filosofía Japonesa: Historia, desarrollo y conceptos
Filosofía japonesa: descripción general
La filosofía japonesa es un legado intrincado y multidimensional que ha evolucionado en respuesta a numerosas consecuencias religiosas y filosóficas. La filosofía oriental también influyó tanto en los conceptos teóricos de Japón como en la religión sintoísta, realzando su amplitud y complejidad. Los filósofos japoneses enfatizan fuertemente la experiencia individual, la cohesión y el estado de equilibrio.
La filosofía japonesa identifica el propósito de la vida y lo lleva a cabo a través de la exploración de Ikigai, o la motivación para la vida. El pensamiento filosófico occidental ha impactado la ideología japonesa desde mediados del siglo XIX. Las ideas japonesas y occidentales difieren significativamente en las áreas de conocimiento, integridad y autoconcepto. La filosofía occidental, arraigada en las ideas griegas, a menudo está alejada de la vida diaria y de la existencia física. Por otro lado, los filósofos japoneses, particularmente los budistas y confucianos, se centran en comprender las superposiciones entre conceptos opuestos.
La filosofía occidental enfatiza el razonamiento, la moralidad y la iluminación, mientras que los pensadores japoneses asocian el despertar con la nada. Los filósofos japoneses enfatizan la armonía, la superación personal y el orden a través de las relaciones interpersonales, destacando la importancia de cumplir con las responsabilidades sociales para la comunidad.
Los filósofos occidentales postulan dos opuestos y trabajan para reconciliarlos, como la mente y el cuerpo, uno mismo y los demás, el creador y el medio, y la ilusión y el hecho. Los pensadores japoneses, por el contrario, se esfuerzan por comprender las superposiciones entre tales opuestos.
Historia de la filosofía japonesa
Muchos factores, como la cultura distintiva de Japón, sus antecedentes históricos y las nociones filosóficas occidentales, han contribuido a la evolución de las filosofías japonesas. Las filosofías orientales, especialmente el confucianismo y el budismo, influyeron profundamente en los pensadores japoneses. Para crear su sistema filosófico distintivo, la Escuela de Kioto, un grupo de filósofos japoneses activos en el siglo XX, se basó en ambas tradiciones. La filosofía de la Escuela de Kioto enfatizó fuertemente la importancia del yo en relación con el mundo exterior y la idea de la nada.
Antes de la práctica del feudalismo, el budismo era la escuela de pensamiento dominante en Japón. Llegó a Japón a través de China y Corea. El Reino Baekje de Corea presentó una estatua de Buda y rollos de escrituras al emperador Kimmei en el año 552 EC como gesto amistoso. El budismo ofreció una vía para comprender el significado de la vida y la muerte, el mundo natural y la liberación de la miseria. El surgimiento del budismo zen, que lucha por alcanzar el estado máximo de personificación, demuestra el impacto del budismo en la filosofía japonesa.
Los pensadores confucianistas valoran el esfuerzo diligente, el deber y el respeto mutuo. La doctrina moral del confucianismo llegó a Japón alrededor del año 300 d.C. También ofrecía una estructura jerárquica en la que cada individuo debía comportarse para fomentar la armonía en la comunidad y el compromiso con el estado. El neoconfucianismo evolucionó en Japón alrededor del año 1200 d.C. Brotó de la filosofía taoísta y budista y dio explicaciones metafísicas para la naturaleza y la sociedad. Adoptada como filosofía rectora oficial del período Tokugawa (1603-1867), cambió las actitudes y acciones de la clase educada.
Además del budismo y el confucianismo, otras ideologías orientales, como la doctrina del Tao, influyeron en el pueblo japonés. Watsuji Tetsurō, un aclamado pensador japonés, utilizó ideas taoístas como el yin y el yang para crear una filosofía distinta.
Desarrollo de la filosofía japonesa
La filosofía japonesa se vio impactada por el sintoísmo, el budismo, el confucianismo, el taoísmo y las filosofías india y occidental. Se puede rastrear la evolución de la ideología japonesa a lo largo de tres períodos: antiguo, medieval y moderno.
Período antiguo
El objetivo principal de los primeros filósofos antiguos era incorporar y categorizar conceptos y costumbres filosóficos del subcontinente asiático. Siguieron un código moral de conducta publicado por la máxima autoridad en lugar de crear rivalidad o división. El confucianismo y el budismo fueron las dos corrientes filosóficas principales que se desarrollaron durante el Período Antiguo, que duró aproximadamente desde el siglo VII al XII. El budismo ofrecía una visión cognitiva de la verdadera naturaleza de uno mismo, mientras que el confucianismo hablaba del yo social, impactando el sistema político y la conducta social.
Período medieval
La Edad Media de la filosofía japonesa (siglos XII al XVI) experimentó un período de agitación social y política. En la Edad Media, el pensamiento estético japonés se desarrolló aún más y absorbió los conceptos budistas de distanciamiento, observancia rígida y honor de la vida ordinaria. Las prácticas e ideas sintoístas se asimilaron a la supremacía de los principios budistas.
Alrededor del año 1500 d.C., los filósofos y monjes japoneses se interesaron por el neoconfucianismo que se había desarrollado en China. Siguió las filosofías budista y taoísta, transfiriéndolas a su escuela de pensamiento. Los eruditos confucianos de Japón incorporaron el budismo y el sintoísmo en las lecciones, integrando múltiples tipos de instrucción para responder a los requisitos y habilidades de sus alumnos.
Período moderno
El shogunato de Edo reinó entre 1603 y 1868 d.C. y estableció la paz y la estabilidad. La conclusión de su era marcó el comienzo del Período Moderno temprano (posterior a 1868 d.C.) de la filosofía japonesa. Los principios confucianos, practicados en la antigüedad, se volvieron cruciales para estudiar.
Con la apertura de Japón a las influencias occidentales durante la restauración del reinado de Meiji en 1868, los filósofos japoneses pudieron forjar puntos de vista distintivos. Nishida Kitarō, profesor de la Universidad de Kyoto, contribuyó significativamente al crecimiento de la filosofía japonesa contemporánea al enfatizar el conocimiento, la autoestima, la teología, los valores morales y el atractivo visual. Debido a las traducciones a diferentes idiomas europeos, la aceptación en las comunidades académicas occidentales y el intercambio mutuo llevaron a una fusión de la filosofía japonesa y occidental.
Conceptos de la filosofía japonesa
Las tradiciones filosóficas japonesas sugieren formas de volverse más compasivo, más amable con los demás y consciente de uno mismo. Los siguientes siete conceptos japoneses son cruciales en una sociedad que insiste en dirigirse a los demás con honor.
- Ikigai: Agregar una actividad que traerá significado, felicidad y propósito a la vida.
- Shikita ga nai: Decidir aceptar lo que no se puede alterar y hacer lo mejor para dejarlo ir.
- Wabi-sabi: Valorar los propios defectos, practicar la gratitud y mejorar las propias habilidades.
- Gaman: Ayudar a la comunidad en situaciones adversas y ser paciente y diligente.
- Oubaitori: abstenerse de compararse con los demás y practicar el autodesarrollo
- Kaizen: realizar mejoras en el lugar de trabajo que ahorren mano de obra, energía y recursos
- Shu ha ri: Describiendo las fases del proceso de aprendizaje de un estudiante y el papel de un maestro
Budismo en la filosofía japonesa
El budismo ha tenido un enorme impacto en la filosofía japonesa, especialmente en la estética, la salud mental y la espiritualidad. El budismo zen pone un fuerte énfasis en la meditación para la iluminación. Su naturaleza de corto plazo resalta el cambio continuo y la idea de que nada es duradero.
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El budismo zen explica sus enseñanzas experimentándolas de primera mano. Los miembros de la tradición Zen se esfuerzan por alcanzar un conocimiento inclusivo con la autointrospección que es satori o iluminación. Esta escuela de pensamiento budista sostiene que la comprensión y la empatía se manifiestan en el mundo real cuando uno se conecta con uno mismo, con otros individuos y con el medio ambiente. El filósofo y instructor budista zen japonés Dogen (1200-1253) fundó la Escuela Soto de Zen. Enfatizó la conexión entre esfuerzo e iluminación en su discurso. Afirmó que cada segundo de una acción incluye la iluminación y viceversa.
El confucianismo en la filosofía japonesa
El término “confucianismo” se utiliza para describir varias acciones filosóficas populares en Japón y recibe varios nombres, entre ellos Jugaku (conocimiento del erudito), Jukyo (habilidad de enseñanza de un erudito), seigaku (conocimiento del sabio), seirigaku (conocimiento del ser humano). psicología y sus principios), rigaku (comprensión de conceptos filosóficos) y Shinjuku (aprendizaje del corazón).
Li (proposición) y Qi (fuerza mente-cuerpo) son las dos ideas centrales del neoconfucianismo. Los eruditos neoconfucianos sostenían que todo ser vivo en el universo tenía una naturaleza primordial que contenía todos los principios universales. En Japón, el neoconfucianismo influyó en la creación del bushido o “código guerrero” e inspiró a intelectuales y pensadores a centrarse en cuestiones del mundo real, como las finanzas, el derecho y la gobernanza.
El filósofo japonés Tōju Nakae (1608-1648 d. C.) basó su filosofía en el neoconfucianismo. En la ética confuciana, Tōju enfatizó la importancia de la “devoción filial” por encima de todas las demás virtudes y amplió la aplicación de la virtud más allá de las conexiones personales con la esfera espiritual. Además, el filósofo chino Wang Yangming propuso su doctrina fusionando los conceptos de taoísmo, budismo y sintoísmo.
El concepto de Ikigai
Ikigai es un término utilizado en la cultura japonesa para describir algo que ofrece a un individuo un sentido de dirección o inspiración para vivir. La palabra es una combinación del japonés gai, que significa “beneficio”, e iki, que significa “vivo” o “vida”.
Ikigai es una idea muy subjetiva que varía considerablemente de uno a otro. Los siguientes son algunos ejemplos de ikigai:
- Seguir una ocupación que valga la pena y sea agradable
- Participar en intereses o actividades de felicidad y satisfacción.
- Construir y mantener conexiones profundas con sus seres queridos.
- Devolver a la sociedad, desarrollarse o mejorarse
- Descubrir qué hace que la vida valga la pena para cada persona
Filósofos japoneses
Nishida Kitarō y Watsuji Tetsurō, entre otros filósofos conocidos, moldearon sustancialmente el entorno intelectual del país. Tetsurō examinó la intencionalidad cultural y el entorno, mientras que Kitarō obtuvo el título de “Decano de Filosofía Japonesa”. Sus contribuciones influyeron en la cultura y la filosofía japonesas.
Nishida Kitarō
Nishida Kitarō escribió textos sobre filosofía occidental y oriental. También jugó un papel importante en reavivar la curiosidad de los pensadores japoneses por el arte y las esculturas budistas tempranos. Nishida Kitarō desarrolló el concepto de topos o lugar. Sostuvo que la nada es la verdad absoluta y que para obtener la dicha de una experiencia pura, uno debe borrarse a sí mismo. En sus últimos años, se centró más intensamente en temas filosóficos y trató de utilizar la racionalidad para aclarar hechos más específicos.
Watsuji Tetsuro
Watsuji Tetsurō es más conocido por sus contribuciones al estudio de la ética y las opiniones escritas en su libro A Climate: A Philosophical Estudyando. Watsuji Tetsurō creó la idea de aidagara, que describe la existencia a través de la lente de eventos sociales y espaciales. Su enfoque integral de la ética japonesa enfatizó la dependencia mutua de las personas y la sociedad. Además, analizó el elemento espacial del yo y su dualidad en constante cambio.
Influencias de la filosofía japonesa
La filosofía japonesa ha dejado una huella en la cultura japonesa, infundiendo principios confucianos en la política, la sociedad y el estilo. El budismo zen enriqueció la esfera de la psicología, la teología y la estética: el respeto por los demás, el valor de la decencia y la compasión. Wabi-sabi, que celebra la elegancia en los defectos, también ha tenido un impacto en el diseño, la arquitectura y el arte japoneses.
El confucianismo sigue activo en la vida cotidiana del pueblo japonés. Incorporan normas tradicionales en sus prácticas diarias y parece haber un elemento de la filosofía japonesa para enfrentar cualquier desafío o dificultad en la vida. Para estimular los sentidos y reunir la mente y el cuerpo, la práctica del té japonés, por ejemplo, se adhiere a los cuatro ideales de paz, reverencia, honestidad y tranquilidad.
La filosofía japonesa añadió valor a las prácticas comerciales del país. Numerosas empresas japonesas han adoptado la idea de kaizen, o mejora continua, lo que ha ayudado a construir el nombre del país por sus excelentes bienes y servicios.
Resumen de la lección
A lo largo de muchos años, la filosofía japonesa se ha convertido en un legado intelectual rico y diversificado. Sintetiza las filosofías nativas sintoístas y orientales, como el budismo, el taoísmo y el confucianismo, junto con el pensamiento occidental. Sin embargo, los eruditos budistas y confucianos se centran en la fisicalidad, mientras que la filosofía occidental con frecuencia se distancia de las actividades mundanas y de la realidad física. Los pensadores japoneses tratan la filosofía no como una herramienta distante para examinar asuntos mundanos sino como una vía para abordar el presente.
Conceptos japoneses como armonía, sensibilidad y consideración por los demás son algunas de las ideas fundamentales que han dado forma e impactado a la sociedad y al pueblo japonés. Los siete conceptos japoneses esenciales son Ikigai, shikita, wabi-sabi, gaman, oubaitori, kaizen y shu ha ri. Ikigai se relaciona frecuentemente con el descubrimiento de la felicidad y el propósito en la profesión, los intereses, las asociaciones y otros esfuerzos de una persona. Filósofos japoneses como Tōju Nakae, Nishida Kitarō y Watsuji Tetsurō enriquecieron las filosofías japonesas con sus contribuciones.
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