Funcionalismo en Psicología: Definición, teóricos e influencia

Publicado el 20 marzo, 2024 por Rodrigo Ricardo

¿Qué es el funcionalismo en psicología?

En resumen, el funcionalismo es la teoría de la mente que sostiene que los estados mentales deben entenderse en su relación con las funciones y acciones físicas. En otras palabras, las entidades mentales como los deseos, los recuerdos, el dolor, etc., no son cosas que existen puramente en la mente. Sería más exacto decir que son estados de conciencia relacionados con cierto tipo de acciones. Por ejemplo, el dolor es una característica de la conciencia que conduce a la aversión o al cese de un estímulo, mientras que el placer sería un estado de conciencia que el organismo sintiente intenta alcanzar o mantener. En ambos casos, el estado mental se entiende en términos de lo que impulsa a una persona a hacer.

Estructuralismo versus funcionalismo

El funcionalismo en psicología se originó a finales del siglo XIX en gran parte como respuesta al estructuralismo. El estructuralismo en psicología es la opinión de que los fenómenos mentales pueden entenderse en términos de analizarlos y dividirlos en componentes simples. Los estructuralistas utilizaron la introspección para intentar examinar y descomponer los fenómenos mentales. Esperaban que este proceso pudiera hacer más fácilmente comprensibles eventos y estados mentales complejos como deseos, ansiedades, inclinaciones, etc.

El funcionalismo, por el contrario, descartó el uso de la introspección. En lugar de centrarse en analizar los términos de los fenómenos mentales, los funcionalistas buscaron observar conductas más objetivas. Además, los funcionalistas intentaron examinar cómo funcionaba la mente en diferentes entornos en lugar de tomar un término o un concepto e intentar analizarlo de forma aislada. Así, al menos a nivel superficial, el funcionalismo buscó comprender la mente de manera más integral relacionando los estados mentales con las acciones y otros estados. Las teorías estructuralistas dejan estas preocupaciones en un segundo plano.

Teóricos funcionalistas

El funcionalismo de una forma u otra fue adoptado por una variedad de pensadores en psicología y filosofía. El psicólogo y filósofo estadounidense William James, por ejemplo, defendió el funcionalismo en psicología y el pragmatismo en filosofía. Para James, la filosofía y la psicología dominantes se caracterizaban por considerar la mente humana como un objeto independiente que observaba cosas y podía ser observado. James pensaba que la mente debía entenderse en una relación activa con el mundo. Así, rechazó las teorías que buscaban comprender el “interior” de la conciencia. Esto se debe a que la conciencia está activamente relacionada con el mundo externo y puede entenderse en términos de cómo actúa.

Edward Thorndike, otro psicólogo estadounidense, fue otro teórico funcionalista. Para Thorndike, los patrones de comportamiento humano surgen a medida que se forman conexiones neuronales entre estímulos y acciones específicas. La mente utiliza prueba y error para forjar patrones generalmente confiables o efectivos. Por tanto, los estados conscientes no son ideas independientes que deban estudiarse, sino más bien respuestas convencionales a diferentes tipos de estímulos que se han formado a lo largo de la vida de una persona.

Comprender la perspectiva funcionalista

Una de las características impulsoras de la teoría funcionalista es que podría entenderse más como una ciencia empírica que su predecesor, el estructuralismo. Al estudiar los comportamientos de un organismo sensible en diferentes entornos, incluido el estudio del desarrollo cognitivo de los niños, los psicólogos funcionalistas esperaban comprender cómo los estímulos físicos moldeaban la mente. La teoría de la evolución de Charles Darwin fue una influencia importante para los teóricos funcionalistas, dada la importancia de comprender los efectos del medio ambiente en el organismo.

Para ofrecer un ejemplo que ilustra la perspectiva funcionalista, consideremos la idea de dolor. Para el funcionalista, el “dolor” no es una idea evidente que se encuentra dentro de la mente de una persona. Más bien, es una especie de impulso hacia ciertos tipos de acción, como escape, resistencia, etc. No es necesario entender el dolor en términos de análisis o introspección; Es fácilmente evidente lo que significa cuando una persona busca escapar de los estímulos que le causan dolor. Por tanto, los funcionalistas estarían interesados ​​en observar y analizar las conductas de dolor.

De manera similar, los funcionalistas analizarían las creencias personales como tendencias a actuar de determinada manera. Por ejemplo, cuando alguien cree que la honestidad es importante, se comportará de cierta manera, es decir, hablando con la verdad. La creencia de que la honestidad es importante no se entendería como una cuestión de fe “interna” o como una idea necesaria. Más bien, es una propensión a ciertos tipos de acción.

Influencia del funcionalismo en la psicología

Si bien el funcionalismo puede no ser una teoría respaldada hoy en día, dejó una huella importante en la historia de la psicología. Fue un antecedente importante de la teoría del conductismo, que BF Skinner hizo famosa. El conductismo dejó de lado por completo la idea de estados mentales internos y, en cambio, buscó explicar las conductas en términos de condicionamiento y estímulos externos. Así, la conciencia se volvió superflua para comprender cómo actúa la gente. Este cambio de énfasis se basó en la tesis funcionalista de que los estados mentales están esencialmente entrelazados con las conductas físicas.

El funcionalismo también tuvo un gran impacto en la educación. Pensadores como John Dewey, asociado con el pragmatismo junto con William James, buscaron rediseñar la educación para centrarse en que los estudiantes aprendieran haciendo. La teoría funcionalista es que los niños crearán nuevas ideas de manera más efectiva cuando esas ideas estén vinculadas a la experimentación y al intento de realizar tareas que si simplemente escucharan conferencias.

Resumen de la lección

El funcionalismo es la teoría psicológica que se originó a finales del siglo XIX y que buscaba examinar los estados mentales en relación con los comportamientos externos. Surgió como respuesta al estructuralismo, que buscaba comprender los estados mentales mediante la introspección y el análisis de esos estados en sus partes. Para el funcionalismo, los estados conscientes, las ideas, las creencias, etc., derivaban su significado de cómo relacionaban los estímulos ambientales con ciertos tipos de acción. Por ejemplo, el estado mental de dolor se entendería como una respuesta habitual a ciertos tipos de estímulos que llevaron a un organismo sensible a intentar escapar o detener los estímulos.

Varios pensadores importantes abrazaron teorías funcionalistas. En particular, William James abogó por el funcionalismo en psicología al tiempo que respaldaba el pragmatismo en filosofía. Para James, los estados mentales deberían examinarse en relación con acciones que pudieran observarse y no como ideas aisladas puramente en la mente. Si bien el funcionalismo no es una teoría respaldada hoy en día, tuvo un gran impacto en la psicología. Por ejemplo, fue un antecedente importante del conductismo, que dejó de lado la idea de estados mentales y en su lugar entendió que las conductas surgían de un condicionamiento externo.

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