Impacto Ambiental y Sostenibilidad en el Uso de Gases Comburentes

Publicado el 9 mayo, 2025 por Rodrigo Ricardo

Huella Ecológica de los Gases Comburentes en la Industria Moderna

El uso extensivo de gases comburentes en procesos industriales conlleva una importante huella ambiental que requiere análisis detallado y estrategias de mitigación. La producción industrial de oxígeno, el gas comburente más utilizado a nivel global, consume aproximadamente 0.3-0.5 kWh por metro cúbico en plantas de separación criogénica de aire (ASU), lo que representa un significativo consumo energético cuando se considera que las grandes instalaciones siderúrgicas pueden requerir hasta 50,000 Nm³/hora. Este proceso de separación, aunque técnicamente avanzado, sigue dependiendo mayoritariamente de energía eléctrica generada a partir de combustibles fósiles en muchas regiones, contribuyendo indirectamente a las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, los gases fluorados como el hexafluoruro de azufre (SF6), utilizado en algunas aplicaciones especializadas como aislante eléctrico en equipos de alta tensión, tienen un potencial de calentamiento global 23,500 veces mayor que el CO2 según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), permaneciendo en la atmósfera hasta 3,200 años. La industria enfrenta el reto de equilibrar la necesidad técnica de estos gases comburentes especializados con su impacto climático a largo plazo, lo que ha llevado al desarrollo de alternativas menos dañinas y a la implementación de sistemas de recuperación y reciclaje más eficientes.

Los procesos de combustión mejorada que emplean oxígeno puro en lugar de aire, aunque aumentan la eficiencia energética, generan emisiones concentradas de CO2 que plantean desafíos únicos para su captura y almacenamiento. En centrales térmicas y plantas industriales, estos sistemas pueden producir corrientes gaseosas con más del 80% de CO2, comparado con el 4-15% típico de los procesos convencionales. Esta alta concentración facilita técnicamente la implementación de tecnologías de captura de carbono (CCUS), pero requiere modificaciones sustanciales en el diseño de los quemadores y sistemas de transferencia de calor para manejar las temperaturas significativamente más altas que resultan de la combustión con oxígeno puro. Estudios de ciclo de vida indican que mientras la oxicombustión puede reducir el consumo total de combustible en un 20-35%, los beneficios climáticos netos dependen críticamente de la eficiencia del sistema de captura de CO2 y de la fuente de energía utilizada para producir el oxígeno. Las plantas más avanzadas están explorando la integración con energías renovables para alimentar sus unidades de separación de aire, creando sistemas híbridos que podrían reducir la huella de carbono total en un 50-70% comparado con configuraciones convencionales.

La contaminación cruzada de gases comburentes con otras sustancias durante su producción, transporte y uso representa otro aspecto ambiental crítico. El ozono troposférico (O3), un potente gas de efecto invernadero y contaminante atmosférico, se forma frecuentemente como subproducto no deseado cuando óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles (VOCs) reaccionan en presencia de oxígeno y luz solar. En instalaciones industriales que manejan grandes volúmenes de gases comburentes, incluso pequeñas fugas pueden contribuir significativamente a la formación de ozono a nivel del suelo, particularmente en áreas urbanas o industrializadas. Los sistemas de monitoreo continuo de emisiones (CEMS) han evolucionado para detectar no solo las emisiones directas reguladas, sino también los precursores de contaminación secundaria, permitiendo ajustes operativos en tiempo real. Las normativas emergentes, como las Directrices de Mejores Técnicas Disponibles (MTD) de la Unión Europea, están incorporando requisitos específicos para la gestión ambiental de gases comburentes, incluyendo límites más estrictos sobre pureza, recuperación y prevención de fugas en toda la cadena de suministro.

Tecnologías Emergentes para la Producción Sostenible de Gases Comburentes

La transición hacia métodos más sostenibles de producción de gases comburentes está impulsando innovaciones tecnológicas significativas en el sector. Los sistemas de separación de aire por adsorción por oscilación de presión (PSA) de última generación han reducido su consumo energético en un 40% durante la última década, alcanzando eficiencias de 0.18-0.25 kWh/Nm³ para oxígeno con pureza del 90-95%. Estos avances se han logrado mediante el desarrollo de tamices moleculares más selectivos, diseños de lecho optimizados y algoritmos de control predictivo que ajustan dinámicamente los ciclos de adsorción según la demanda y las condiciones ambientales. Para aplicaciones que requieren ultra alta pureza (≥99.9995%), las membranas de separación de gases basadas en materiales cerámicos avanzados están emergiendo como alternativa a los procesos criogénicos tradicionales, eliminando la necesidad de compresión a muy alta presión y operación a temperaturas extremadamente bajas. Estas membranas, compuestas de perovskitas modificadas o zeolitas nanoestructuradas, pueden lograr selectividades O2/N2 superiores a 50 con flujos prácticos para aplicaciones industriales, aunque los desafíos de escalamiento y coste siguen limitando su adopción generalizada.

La electrólisis de óxido sólido (SOEC) está surgiendo como método prometedor para la producción simultánea de oxígeno puro e hidrógeno verde cuando se alimenta con electricidad renovable. Estos sistemas, que operan a 700-900°C, pueden alcanzar eficiencias eléctricas del 85-90% (basadas en el poder calorífico inferior del hidrógeno producido) mientras generan oxígeno como subproducto valioso. Configuraciones innovadoras acoplan las unidades SOEC directamente con procesos industriales que requieren tanto hidrógeno como oxígeno, como refinerías avanzadas o plantas de productos químicos, creando circuitos casi cerrados que minimizan pérdidas y maximizan la utilización de recursos. Proyectos piloto en Europa y Norteamérica están demostrando la viabilidad técnica de estos sistemas a escalas de varios MW, con análisis tecnoeconómicos que sugieren paridad de costos con métodos convencionales cuando se opera con electricidad renovable a precios inferiores a $30/MWh. El oxígeno producido mediante SOEC típicamente excede el 99.999% de pureza sin requerir procesamiento adicional, haciéndolo ideal para aplicaciones sensibles como fabricación de semiconductores o procesos farmacéuticos donde las impurezas de otros métodos podrían causar problemas de calidad.

La captura y utilización de CO2 en procesos que emplean gases comburentes está abriendo nuevas vías para la descarbonización industrial. Tecnologías de combustión en circuito químico (CLC) utilizan óxidos metálicos como transportadores de oxígeno entre reactores de combustión y regeneración, produciendo inherentemente una corriente concentrada de CO2 lista para captura mientras evitan la dilución con nitrógeno atmosférico. Estos sistemas, que actualmente operan en plantas piloto de hasta 10 MWth, pueden lograr eficiencias de conversión de combustible superiores al 90% con capturas de carbono del 95-99% sin el penaliz energético asociado a métodos de separación post-combustión. Avances recientes en materiales de transportadores de oxígeno, particularmente óxidos de hierro-níquel y perovskitas dopadas con cobre, han resuelto problemas previos de degradación y capacidad de transporte, permitiendo operación continua durante miles de horas. En paralelo, procesos innovadores como la oxidación parcial con CO2 (dry reforming) están transformando este gas de efecto invernadero en un reactivo valioso cuando se combina con gases comburentes en condiciones controladas, produciendo gas de síntesis (CO+H2) para fabricación de combustibles sintéticos y productos químicos básicos.

Estrategias de Economía Circular para la Gestión de Gases Comburentes

La aplicación de principios de economía circular al manejo de gases comburentes está generando modelos operativos radicalmente nuevos en la industria. Sistemas de recuperación y purificación de gases residuales en acerías integradas pueden capturar hasta el 95% del oxígeno no consumido y del CO2 generado en procesos como el horno de arco eléctrico, reprocesándolos para su reutilización en otras etapas del proceso productivo. En la planta de SSAB en Oxelösund, Suecia, este enfoque ha permitido reducir el consumo externo de oxígeno en un 60% mientras se captura el CO2 para su almacenamiento geológico o uso en aplicaciones industriales. La implementación requiere inversiones significativas en infraestructura de compresión, purificación y almacenamiento intermedio, pero los análisis de retorno muestran períodos de recuperación de 3-5 años considerando los ahorros en compra de gases y los beneficios por reducción de emisiones. Modelos similares están siendo adaptados para complejos petroquímicos, donde corrientes gaseosas ricas en oxígeno de procesos de oxidación selectiva pueden ser tratadas y reintegradas a otros procesos que requieren gases comburentes, creando circuitos casi cerrados que minimizan el consumo de materias primas externas.

El desarrollo de mercados secundarios para gases comburentes excedentes o residuales está emergiendo como estrategia innovadora para maximizar la utilización de recursos. Plataformas digitales de intercambio industrial permiten que empresas con excedentes temporales de oxígeno, ozono u otros gases comburentes los ofrezcan a usuarios cercanos que tengan demanda puntual, optimizando el uso de recursos a nivel regional. Estos sistemas, apoyados por tecnologías blockchain para garantizar trazabilidad y cumplimiento normativo, pueden reducir hasta en un 30% la necesidad de producción nueva de gases comburentes en áreas industriales densas. En el puerto de Róterdam, el proyecto “Industrial Gas Sharing” ha conectado más de 40 empresas en una red que intercambia anualmente sobre 50,000 toneladas de gases diversos, incluyendo oxígeno y otros comburentes, con ahorros documentados de 15,000 toneladas de CO2 equivalente por año. La logística de estos intercambios se apoya en sistemas de transporte modular con contenedores criogénicos estandarizados y estaciones de transferencia compartidas que mantienen la cadena de frío para gases licuados, preservando su calidad y minimizando pérdidas durante el manejo.

El diseño de productos y procesos que minimicen el uso de gases comburentes sin comprometer el desempeño representa otra faceta crítica de la economía circular aplicada a estos insumos. En la industria de tratamiento de aguas, los sistemas de ozonización avanzada con inyección pulsada y reactores de múltiples etapas han demostrado capacidad para lograr los mismos niveles de desinfección con dosis de ozono un 25-40% menores que los sistemas convencionales. Similarmente, en soldadura y corte industrial, las boquillas de diseño optimizado con flujos laminares y sensores de retroalimentación en tiempo real permiten reducir el consumo de oxígeno en un 15-20% mientras mantienen o mejoran la calidad del proceso. Estas innovaciones van acompañadas de nuevos modelos de negocio basados en servicios, donde los proveedores retienen la propiedad de los gases comburentes y cobran por su uso efectivo en lugar de por volumen suministrado, creando incentivos económicos directos para la minimización de consumo y pérdidas. Este enfoque, combinado con contratos de desempeño que vinculan pagos a indicadores de eficiencia ambiental, está transformando la relación entre productores y usuarios de gases comburentes hacia modelos más sostenibles y colaborativos.

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