Las Leyes Terrenales y su Relación con los Versículos de la Biblia

Publicado el 10 mayo, 2025 por Rodrigo Ricardo

La Relación Entre las Leyes Humanas y las Leyes Divinas

Desde tiempos antiguos, las sociedades han establecido normas y regulaciones para mantener el orden y la justicia. Sin embargo, como creyentes, sabemos que además de las leyes terrenales, existen las leyes divinas reveladas en la Biblia. Estas leyes no solo rigen el comportamiento humano, sino que también establecen principios morales y espirituales que trascienden cualquier legislación humana. En este artículo, exploraremos cómo las leyes terrenales se relacionan con los versículos bíblicos, analizando pasajes clave que nos ayudan a entender la importancia de obedecer tanto a las autoridades como a Dios.

La Biblia nos enseña en Romanos 13:1-2“Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.” Este pasaje nos recuerda que las leyes terrenales, cuando son justas, están alineadas con el propósito divino. Sin embargo, también hay momentos en los que las leyes humanas pueden entrar en conflicto con los mandamientos de Dios, como vemos en Hechos 5:29, donde Pedro y los apóstoles declaran: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.”

A lo largo de este estudio, profundizaremos en cómo los cristianos debemos navegar entre estas dos dimensiones legales, siempre buscando la sabiduría divina para discernir cuándo obedecer a las autoridades y cuándo mantenernos firmes en la verdad de Dios.


El Origen de las Leyes Terrenales Según la Biblia

La Biblia nos muestra que la idea de gobierno y leyes terrenales no es contraria al plan de Dios, sino que forma parte de Su diseño para la humanidad. En el Antiguo Testamento, vemos cómo Dios estableció leyes específicas para el pueblo de Israel a través de Moisés. Los Diez Mandamientos (Éxodo 20:1-17) son la base de la moralidad y la justicia, y muchas de las leyes modernas se inspiran en estos principios. Sin embargo, con el paso del tiempo, las naciones desarrollaron sus propios sistemas legales, algunos alineados con la voluntad de Dios y otros en abierta rebelión contra Él.

Un ejemplo claro de esto se encuentra en Daniel 3, donde Nabucodonosor, rey de Babilonia, decreta que todos deben adorar una estatua de oro. Sadrac, Mesac y Abednego se niegan, prefiriendo obedecer a Dios antes que al rey. Este relato nos enseña que, aunque debemos respetar las leyes terrenales, nuestra lealtad suprema siempre debe ser hacia Dios. Por otro lado, en el Nuevo Testamento, Jesús mismo reconoce la autoridad del gobierno romano cuando dice en Mateo 22:21“Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.”

Este equilibrio entre lo terrenal y lo espiritual es fundamental para entender cómo vivir como cristianos en un mundo con sistemas legales que no siempre reflejan la justicia divina. Debemos recordar que, aunque las leyes humanas pueden cambiar, la Palabra de Dios permanece para siempre (Isaías 40:8).


La Obediencia a las Autoridades en la Biblia

Uno de los temas más recurrentes en las Escrituras es el llamado a obedecer a las autoridades terrenales, siempre y cuando estas no contradigan los mandamientos de Dios. 1 Pedro 2:13-17 nos instruye: “Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen el bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos.”

Este pasaje enfatiza que la sumisión a las leyes terrenales no es solo un acto de respeto hacia los gobernantes, sino también un testimonio de nuestra fe. Cuando los cristianos vivimos en obediencia a las leyes justas, reflejamos el carácter de Cristo y demostramos que nuestra fe no es una amenaza para la sociedad, sino una influencia positiva. Sin embargo, esto no significa que debamos aceptar leyes que promuevan la injusticia, la idolatría o la inmoralidad.

Un caso emblemático es el de Ester, quien arriesgó su vida al acercarse al rey sin ser llamada para salvar a su pueblo. Aunque las leyes persas prohibían este acto, ella actuó movida por su fe y por la justicia. Este relato nos enseña que, en situaciones extremas, los creyentes debemos priorizar la voluntad de Dios sobre los mandatos humanos.


Conclusión: Buscando el Equilibrio Entre lo Terrenal y lo Espiritual

Vivir como cristianos en un mundo gobernado por leyes terrenales requiere sabiduría y discernimiento. La Biblia nos enseña a respetar las autoridades, pero también a mantenernos firmes en la verdad de Dios cuando estas leyes contradicen Sus mandamientos. Filipenses 1:27 nos exhorta: “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo.”

En última instancia, nuestra guía debe ser la Palabra de Dios, que nos enseña a amar la justicia, practicar la misericordia y caminar humildemente con nuestro Creador (Miqueas 6:8). Al hacerlo, no solo honramos a las autoridades terrenales cuando es correcto, sino que también glorificamos a Aquel cuya ley es perfecta y eterna.

Este artículo ha explorado la relación entre las leyes terrenales y los versículos bíblicos, recordándonos que, aunque vivimos en un mundo con normas humanas, nuestra ciudadanía está en los cielos (Filipenses 3:20). Por lo tanto, debemos vivir con integridad, sabiduría y fe, buscando siempre agradar a Dios en todo.

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