Los efectos de la educación y el estatus socioeconómico en el lenguaje

Publicado el 14 octubre, 2022

Situación socioeconómica, educación e idioma

Piense en la última vez que tuvo una conversación con una persona de un entorno realmente diferente al suyo. Específicamente, recuerde una conversación con alguien que provenía de un origen socioeconómico diferente o de un nivel de ingresos y capital cultural diferente.

También puede pensar en una conversación con alguien que haya tenido acceso a más o menos educación que la suya. ¿Qué notaste sobre esta conversación? Probablemente pueda señalar algunas diferencias en la forma en que usted y la otra persona se comunican a través del lenguaje.

Una de las razones de las diferencias que observa tiene que ver con las formas en que la educación y el estatus socioeconómico impactan en el lenguaje. Esta lección analiza varias formas en que estos factores influyen en las habilidades y estilos lingüísticos de las personas.

Impactos en la adquisición del lenguaje

El primer nivel en el que la educación y el estatus socioeconómico afectan el lenguaje tiene que ver con la adquisición del lenguaje, o cómo los bebés y los niños pequeños aprenden el lenguaje en primer lugar.

En general, los niños que provienen de hogares con un nivel socioeconómico más bajo adquieren el lenguaje a un ritmo más lento que los de los hogares con un nivel socioeconómico más alto. Específicamente, los estudios han mostrado una brecha de vocabulario que sugiere que a los tres años, los niños en entornos más ricos han estado expuestos a hasta 30 millones de palabras más que sus contrapartes en entornos más pobres.

En general, a los niños de estratos socioeconómicos más bajos, y cuyos padres tienen menos educación formal, se les habla menos y también son más lentos para internalizar estructuras sintácticas complejas. A los niños de entornos socioeconómicos más altos se les lee con más frecuencia y desarrollan el lenguaje a un ritmo más rápido; aunque en los últimos años, los defensores de la educación y las políticas han realizado esfuerzos sustanciales para cerrar estas brechas.

Impactos en el desarrollo y la expresión del lenguaje

El estatus socioeconómico y la educación también pueden afectar la forma en que se desarrolla el lenguaje a lo largo del tiempo, así como los patrones de las personas para expresarse. Por lo general, aprendemos a hablar y a comunicarnos en el contexto de nuestra cultura de origen. Las familias con mucha educación tienden a priorizar el lenguaje y las habilidades verbales sobre otros tipos de comunicación. Como resultado, los niños que crecen en estas familias desarrollan más habilidades verbales y están más inclinados a expresarse a través del lenguaje.

El estilo lingüístico y los medios de expresión pueden variar de una norma socioeconómica a otra. Los antropólogos y psicólogos han notado que las personas que viven en enclaves socioeconómicamente específicos, o comunidades donde conviven personas de orígenes similares que son distintas de las comunidades circundantes, a veces desarrollan formas de hablar que son extranjeras fuera de su estatus socioeconómico.

En todos los idiomas y grupos de idiomas, las personas con más acceso a la educación tienden a usar un lenguaje más formal, una gramática adecuada y un vocabulario complejo que las personas de entornos socioeconómicos más bajos. Los acentos y los tipos de jerga también pueden variar según el nivel socioeconómico.

Sin embargo, es importante comprender que se trata de generalizaciones amplias y que muchas personas y familias de todos los círculos socioeconómicos y educativos utilizan el lenguaje de diversas formas y con distintos niveles de habilidad.

Impactos en las variaciones del idioma

Otra diferencia significativa que el estatus socioeconómico y la educación pueden hacer en el lenguaje tiene que ver con la detección e intervención en discapacidades basadas en el lenguaje, o variaciones del desarrollo que impactan la adquisición y el uso del lenguaje.

En general, las personas de familias más educadas y aquellas con más recursos materiales tienen más probabilidades de recibir un diagnóstico temprano de estas discapacidades y, como resultado, de obtener servicios significativos. Por ejemplo, en una escuela donde muchos estudiantes no están expuestos a la literatura y las prácticas de alfabetización, puede que las familias y los maestros no sepan que un niño está realmente luchando por aprender a leer al comienzo del segundo grado. Esto podría interpretarse como basado en los medios socioeconómicos, mientras que en otro entorno escolar, se podría diagnosticar dislexia u otra discapacidad, lo que resultaría en un tratamiento para el niño.

El acceso a una atención médica sólida también puede hacer que sea más probable que un niño sea señalado para intervenciones de desarrollo del lenguaje, y este acceso puede variar según la ubicación geográfica de la familia, los recursos materiales y la conciencia de la importancia de la atención preventiva.

Resumen de la lección

En general, el estatus socioeconómico y los niveles educativos pueden afectar profundamente la forma en que interactuamos con el lenguaje. En primer lugar, nuestro estatus socioeconómico y la educación de nuestra familia pueden afectar nuestra adquisición, o aprendizaje inicial, de vocabulario, sintaxis y alfabetización.

Las personas de diferentes niveles socioeconómicos también pueden desarrollar y utilizar el lenguaje de formas muy diferentes para expresarse. Por último, el nivel socioeconómico y la educación pueden afectar la cantidad de intervención temprana que reciben los niños por posibles discapacidades basadas en el lenguaje.

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