¿Qué es el “Tumor de Células de Sertoli”?

Publicado el 28 mayo, 2025 por Rodrigo Ricardo

El tumor de células de Sertoli es una neoplasia poco frecuente que se origina en las células de Sertoli, las cuales desempeñan un papel fundamental en la espermatogénesis y el mantenimiento de la estructura de los túbulos seminíferos en los testículos. Estas células, descritas por primera vez por el histólogo italiano Enrico Sertoli en 1865, son esenciales para el desarrollo y la función del sistema reproductor masculino. Los tumores derivados de estas células representan menos del 1% de todos los tumores testiculares, lo que los convierte en una entidad clínica rara pero significativa debido a sus implicaciones diagnósticas y terapéuticas.

Aunque la mayoría de los tumores de células de Sertoli son benignos, existe una pequeña proporción que puede presentar comportamiento maligno, lo que subraya la importancia de un diagnóstico preciso y un manejo adecuado. Estos tumores pueden ocurrir a cualquier edad, desde la infancia hasta la edad adulta, y su presentación clínica varía desde masas testiculares asintomáticas hasta cuadros asociados con desequilibrios hormonales, como ginecomastia o pubertad precoz. Además, su presencia puede estar relacionada con síndromes genéticos, como el síndrome de Peutz-Jeghers, lo que añade complejidad a su estudio y abordaje clínico.

El objetivo de este artículo es proporcionar una revisión exhaustiva del tumor de células de Sertoli, abordando su epidemiología, patogenia, características histológicas, manifestaciones clínicas, métodos diagnósticos y opciones terapéuticas. Asimismo, se discutirán las implicaciones pronósticas y las posibles complicaciones asociadas con esta neoplasia, con el fin de ofrecer una perspectiva integral que contribuya al conocimiento médico sobre esta entidad patológica.

Epidemiología y Factores de Riesgo

El tumor de células de Sertoli es una neoplasia extremadamente rara, representando menos del 1% de todos los tumores testiculares. Su incidencia exacta es difícil de determinar debido a su baja frecuencia, pero se estima que ocurre en aproximadamente 0.4 a 1.5 casos por cada millón de hombres por año. Aunque puede presentarse a cualquier edad, existen dos picos de incidencia: uno en la infancia, asociado frecuentemente con síndromes genéticos, y otro en adultos jóvenes entre los 20 y 40 años. En los niños, estos tumores suelen ser benignos, mientras que en los adultos existe un mayor riesgo de malignidad, aunque sigue siendo poco común.

Entre los factores de riesgo asociados con el desarrollo de tumores de células de Sertoli se encuentran ciertas condiciones genéticas, como el síndrome de Peutz-Jeghers, un trastorno autosómico dominante caracterizado por poliposis gastrointestinal y manchas mucocutáneas pigmentadas. Los pacientes con este síndrome tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar tumores de células de Sertoli, especialmente la variante denominada “tumor de células de Sertoli anilladas grandes”, que puede ser bilateral y multifocal. Otros síndromes relacionados incluyen el síndrome de Carney y el complejo de neoplasias endocrinas múltiples (MEN), aunque estas asociaciones son menos frecuentes.

Además de los factores genéticos, se han propuesto alteraciones hormonales y ambientales como posibles contribuyentes al desarrollo de estos tumores, aunque la evidencia en este ámbito es limitada. La exposición a disruptores endocrinos, como los ftalatos y los bifenilos policlorados (PCB), ha sido sugerida como un factor de riesgo potencial debido a su impacto en la función de las células de Sertoli, pero se requieren más estudios para establecer una relación causal definitiva. En general, la patogénesis de estos tumores sigue siendo poco comprendida, lo que resalta la necesidad de investigaciones futuras para elucidar los mecanismos moleculares subyacentes.

Características Histopatológicas

Desde el punto de vista histológico, el tumor de células de Sertoli se caracteriza por la proliferación de células epiteliales que recuerdan morfológicamente a las células de Sertoli normales. Estas células suelen disponerse en patrones trabeculares, tubulares o sólidos, rodeadas por un estroma fibroso de densidad variable. En la mayoría de los casos, las células tumorales presentan un citoplasma eosinófilo o claro, con núcleos ovalados o redondeados y nucléolos poco prominentes. Sin embargo, existen variantes histológicas con características distintivas, como el tumor de células de Sertoli anilladas grandes, donde las células contienen vacuolas citoplasmáticas prominentes que desplazan el núcleo hacia la periferia, dándoles un aspecto en “anillo”.

La inmunohistoquímica desempeña un papel crucial en el diagnóstico diferencial de estos tumores. Las células de Sertoli tumorales suelen expresar marcadores como la inhibina, la vimentina, la proteína S-100 y el antígeno epitelial de membrana (EMA), mientras que son negativas para marcadores de células germinales como la alfafetoproteína (AFP) y la gonadotropina coriónica humana (HCG). La positividad para la inhibina es particularmente útil para distinguir estos tumores de otras neoplasias testiculares, como los tumores de células de Leydig o los seminomas. Además, en casos de sospecha de malignidad, la evaluación de marcadores de proliferación, como el Ki-67, puede proporcionar información adicional sobre el comportamiento biológico del tumor.

Es importante destacar que la diferenciación entre tumores benignos y malignos de células de Sertoli puede ser un desafío histológico. Los criterios de malignidad incluyen características como atipia nuclear marcada, alto índice mitótico, invasión vascular o linfática, y presencia de metástasis. Sin embargo, algunos tumores con características histológicas benignas pueden exhibir comportamiento agresivo, lo que subraya la necesidad de un seguimiento clínico prolongado en estos pacientes. En general, el diagnóstico definitivo requiere una correlación entre los hallazgos histológicos, inmunohistoquímicos y clínicos.

Manifestaciones Clínicas

Los tumores de células de Sertoli pueden presentarse de diversas formas, dependiendo de su localización, tamaño y actividad hormonal. La manifestación más común es la presencia de una masa testicular indolora, detectada incidentalmente durante un examen físico o mediante estudios de imagen. Sin embargo, en algunos casos, los pacientes pueden experimentar dolor o sensación de pesadez en el escroto, especialmente si el tumor ha alcanzado un tamaño considerable. En los niños, estos tumores pueden asociarse con signos de pubertad precoz, como desarrollo de vello púbico, crecimiento acelerado o aumento del volumen testicular, debido a la secreción hormonal anómala por parte de las células neoplásicas.

En aproximadamente el 20-30% de los casos, los tumores de células de Sertoli pueden producir hormonas esteroideas, lo que lleva a manifestaciones endocrinológicas como ginecomastia (agrandamiento de las mamas en hombres) o alteraciones en la libido. Esto se debe a la capacidad de algunas células tumorales de secretar estrógenos o andrógenos, generando un desequilibrio hormonal. En pacientes con síndromes genéticos asociados, como el síndrome de Peutz-Jeghers, los tumores pueden ser bilaterales y presentarse junto con otras manifestaciones sistémicas, como pólipos gastrointestinales o hiperpigmentación mucocutánea.

Además, en raras ocasiones, los tumores malignos de células de Sertoli pueden metastatizar hacia ganglios linfáticos regionales o incluso a órganos distantes, como pulmones o huesos. En estos casos, los síntomas pueden incluir dolor abdominal, pérdida de peso inexplicable o síntomas relacionados con la compresión de estructuras adyacentes. Dada la variabilidad en su presentación clínica, es fundamental considerar este diagnóstico en pacientes con masas testiculares, especialmente si existen alteraciones endocrinas concomitantes.

Diagnóstico

El diagnóstico del tumor de células de Sertoli requiere un enfoque multimodal que combine evaluación clínica, estudios de imagen y análisis histopatológico. El primer paso suele ser la exploración física, donde se palpa una masa testicular firme y bien delimitada. La ecografía testicular es la técnica de imagen de elección, ya que permite diferenciar entre lesiones sólidas y quísticas, así como evaluar la vascularización del tumor. En la ecografía, estos tumores suelen aparecer como masas hipoecoicas con bordes definidos, aunque en algunos casos pueden presentar calcificaciones o áreas heterogéneas.

Si se sospecha malignidad, se pueden emplear estudios adicionales como tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) para evaluar la extensión local y la presencia de metástasis. Además, los marcadores tumorales séricos, como la alfafetoproteína (AFP), la gonadotropina coriónica humana (HCG) y la lactato deshidrogenasa (LDH), son útiles para descartar otros tumores testiculares más comunes, como los seminomas o los tumores de células germinales. Sin embargo, los tumores de células de Sertoli suelen ser negativos para estos marcadores, lo que refuerza su diagnóstico diferencial.

El diagnóstico definitivo se realiza mediante biopsia o orquiectomía radical, seguida de un examen histopatológico e inmunohistoquímico. La presencia de patrones arquitecturales típicos (trabeculares, tubulares o sólidos) junto con la expresión de inhibina y otros marcadores característicos confirma el diagnóstico. En casos de tumores malignos, la evaluación de márgenes quirúrgicos y la búsqueda de invasión vascular o linfática son fundamentales para determinar el pronóstico y guiar el tratamiento.

Tratamiento

El manejo del tumor de células de Sertoli depende de su naturaleza benigna o maligna, así como de la presencia de factores de riesgo asociados. En la mayoría de los casos, el tratamiento de elección es la escisión quirúrgica completa del tumor. Para lesiones pequeñas y localizadas, puede considerarse una tumorectomía (resección parcial del testículo), especialmente en niños o pacientes jóvenes en quienes se desea preservar la fertilidad. Sin embargo, en casos de sospecha de malignidad o tumores de gran tamaño, la orquiectomía radical inguinal (extirpación completa del testículo) sigue siendo el estándar de oro.

En tumores malignos con evidencia de diseminación regional o metastásica, el tratamiento puede incluir linfadenectomía retroperitoneal (extirpación de ganglios linfáticos afectados) y terapia adyuvante con quimioterapia o radioterapia. Aunque no existe un régimen quimioterapéutico específico para estos tumores, se han utilizado esquemas basados en cisplatino, similares a los empleados en otros tumores testiculares. En casos avanzados, el tratamiento debe ser individualizado, considerando la respuesta clínica y los efectos secundarios.

El seguimiento postratamiento es crucial, especialmente en pacientes con tumores de alto riesgo. Esto incluye controles periódicos con ecografía, marcadores tumorales y estudios de imagen para detectar recidivas tempranas. En pacientes con síndromes genéticos asociados, como el síndrome de Peutz-Jeghers, se recomienda un seguimiento multidisciplinario que incluya evaluación gastrointestinal y endocrinológica.

Pronóstico y Complicaciones

El pronóstico del tumor de células de Sertoli varía según su comportamiento biológico. Los tumores benignos tienen una excelente supervivencia a largo plazo después de la resección quirúrgica, sin necesidad de terapias adicionales. Por el contrario, los tumores malignos presentan un pronóstico más reservado, con tasas de supervivencia a 5 años que oscilan entre el 50% y el 70%, dependiendo del estadio al momento del diagnóstico.

Entre las complicaciones potenciales se incluyen la recurrencia local, la diseminación metastásica y los efectos secundarios del tratamiento, como infertilidad o disfunción hormonal. Los pacientes sometidos a orquiectomía bilateral pueden requerir terapia de reemplazo hormonal con testosterona para mantener características sexuales secundarias y prevenir la osteoporosis. Además, aquellos con síndromes genéticos subyacentes tienen un mayor riesgo de desarrollar otras neoplasias, lo que justifica un seguimiento clínico continuo.

Conclusión

El tumor de células de Sertoli es una neoplasia rara pero clínicamente relevante que requiere un enfoque diagnóstico y terapéutico especializado. Aunque la mayoría de los casos son benignos, la posibilidad de comportamiento agresivo subraya la importancia de un diagnóstico temprano y un manejo adecuado. Futuras investigaciones en genética molecular y terapias dirigidas podrían mejorar el pronóstico de estos pacientes, especialmente en casos avanzados.

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