¿Qué es la Violencia Estructural? Características y Ejemplos

Publicado el 12 marzo, 2025 por Rodrigo Ricardo

La violencia estructural es un concepto que ha ganado relevancia en las ciencias sociales, la filosofía política y los estudios de paz y conflicto en las últimas décadas. A diferencia de la violencia directa, que es visible y se manifiesta en actos concretos como agresiones físicas, guerras o asesinatos, la violencia estructural es más sutil, pero no por ello menos dañina. Se refiere a las formas de opresión y desigualdad sistémicas que están integradas en las estructuras sociales, económicas y políticas de una sociedad. Este tipo de violencia no siempre es evidente, pero sus efectos son profundos y duraderos, ya que perpetúa la injusticia, la exclusión y la privación de derechos básicos para ciertos grupos de la población.

En este artículo, exploraremos en profundidad qué es la violencia estructural, sus características, ejemplos concretos, sus causas y consecuencias, así como las posibles formas de combatirla. Además, analizaremos cómo este concepto ha sido utilizado para entender las dinámicas de poder y desigualdad en diferentes contextos históricos y geográficos.


Orígenes del concepto de violencia estructural

El término “violencia estructural” fue acuñado por el sociólogo y médico noruego Johan Galtung en la década de 1960. Galtung, considerado uno de los fundadores de los estudios de paz y conflicto, propuso una visión ampliada de la violencia que iba más allá de la violencia física directa. Según él, la violencia puede ser directa, cultural o estructural.

  • Violencia directa: Es la forma más visible de violencia, como guerras, agresiones físicas o actos de terrorismo.
  • Violencia cultural: Se refiere a los aspectos culturales que justifican o normalizan la violencia, como discursos de odio, estereotipos o ideologías discriminatorias.
  • Violencia estructural: Es la forma de violencia que se ejerce a través de estructuras sociales, económicas y políticas que generan desigualdad y privación.

Galtung argumentó que la violencia estructural es tan dañina como la violencia directa, pero suele pasar desapercibida porque está normalizada en las estructuras de la sociedad. Por ejemplo, cuando las personas mueren de hambre en un mundo con suficientes recursos alimentarios, no hay un agresor visible, pero la estructura económica global que permite esta desigualdad es violenta.


Características de la violencia estructural

La violencia estructural se distingue por varias características clave:

  1. Invisibilidad: A diferencia de la violencia directa, la violencia estructural no siempre es evidente. Está integrada en las normas, instituciones y prácticas sociales, lo que hace que sea difícil de identificar y cuestionar.
  2. Sistemicidad: No es el resultado de acciones individuales, sino de sistemas y estructuras que perpetúan la desigualdad. Por ejemplo, el racismo estructural no se reduce a actos individuales de discriminación, sino a sistemas que privilegian a un grupo racial sobre otro.
  3. Cronicidad: La violencia estructural es persistente y se mantiene en el tiempo. No es un evento puntual, sino una condición continua que afecta a generaciones.
  4. Desigualdad: Está directamente relacionada con la distribución desigual de recursos, oportunidades y derechos. Grupos marginados, como las personas en situación de pobreza, las minorías étnicas o las mujeres, suelen ser los más afectados.
  5. Normalización: Al estar integrada en las estructuras sociales, la violencia estructural suele ser aceptada como algo “normal” o “inevitable”. Esto dificulta su reconocimiento y combate.

Ejemplos de violencia estructural

La violencia estructural se manifiesta en diversos ámbitos de la vida social. A continuación, se presentan algunos ejemplos concretos:

  1. Desigualdad económica: La brecha entre ricos y pobres es un claro ejemplo de violencia estructural. Mientras que una pequeña élite acumula riqueza, millones de personas viven en la pobreza extrema. Este desequilibrio no es casual, sino el resultado de políticas económicas y sistemas financieros que favorecen a los más poderosos.
  2. Acceso a la salud: En muchos países, el acceso a servicios de salud de calidad está determinado por la capacidad económica de las personas. Quienes no pueden pagar tratamientos médicos sufren enfermedades prevenibles o mueren por falta de atención. Esto es violencia estructural, ya que el sistema de salud no garantiza el bienestar de todos por igual.
  3. Discriminación racial: El racismo estructural se refleja en prácticas como la segregación residencial, la discriminación laboral o el trato desigual por parte de las fuerzas policiales. Estas formas de violencia no siempre son explícitas, pero tienen un impacto devastador en las comunidades racializadas.
  4. Género y violencia patriarcal: La violencia estructural contra las mujeres se manifiesta en brechas salariales, falta de acceso a educación, limitaciones en la participación política y altos índices de violencia de género. Estas desigualdades están arraigadas en estructuras patriarcales que privilegian a los hombres.
  5. Migración y exclusión: Los migrantes y refugiados suelen enfrentar violencia estructural en forma de leyes restrictivas, condiciones laborales precarias y exclusión social. Las políticas migratorias de muchos países están diseñadas para marginar a estas poblaciones.

Causas de la violencia estructural

La violencia estructural tiene sus raíces en sistemas de poder y dominación que se han desarrollado a lo largo de la historia. Algunas de las causas principales incluyen:

  1. Capitalismo y globalización: El sistema capitalista, especialmente en su forma neoliberal, ha exacerbado las desigualdades económicas y sociales. La globalización ha beneficiado a las corporaciones y a los países ricos, mientras que ha marginado a los países en desarrollo y a las comunidades vulnerables.
  2. Colonialismo y legado histórico: Las estructuras coloniales han dejado un legado de desigualdad racial, económica y cultural en muchas partes del mundo. Las jerarquías establecidas durante la colonización siguen influyendo en las dinámicas de poder actuales.
  3. Patriarcado: El sistema patriarcal, que privilegia a los hombres sobre las mujeres y otras identidades de género, es una fuente fundamental de violencia estructural. Este sistema se reproduce a través de normas culturales, leyes y prácticas institucionales.
  4. Políticas públicas excluyentes: Las políticas que no tienen en cuenta las necesidades de todos los grupos sociales, especialmente los más vulnerables, perpetúan la violencia estructural. Por ejemplo, la falta de inversión en educación pública de calidad afecta desproporcionadamente a las comunidades pobres.

Consecuencias de la violencia estructural

Las consecuencias de la violencia estructural son profundas y afectan tanto a nivel individual como colectivo. Algunas de las más significativas incluyen:

  1. Pérdida de vidas: La violencia estructural puede ser mortal. Por ejemplo, la falta de acceso a alimentos, agua potable o atención médica causa millones de muertes evitables cada año.
  2. Desigualdad social: La violencia estructural refuerza las divisiones sociales y económicas, creando sociedades fragmentadas donde unos pocos tienen mucho y muchos tienen poco.
  3. Exclusión y marginación: Grupos como las minorías étnicas, las mujeres, los migrantes y las personas LGBTQ+ suelen ser excluidos de oportunidades y derechos básicos.
  4. Desarrollo humano limitado: La violencia estructural impide que las personas alcancen su pleno potencial. Por ejemplo, la falta de acceso a educación limita las oportunidades de empleo y movilidad social.
  5. Conflictos sociales: La desigualdad y la exclusión generadas por la violencia estructural pueden desencadenar conflictos sociales, protestas y, en casos extremos, guerras.

Cómo combatir la violencia estructural

Combatir la violencia estructural requiere un enfoque integral que aborde las causas profundas de la desigualdad y la exclusión. Algunas estrategias incluyen:

  1. Políticas públicas inclusivas: Los gobiernos deben implementar políticas que garanticen el acceso universal a servicios básicos como salud, educación y vivienda.
  2. Justicia social: Es necesario promover la redistribución de la riqueza y la igualdad de oportunidades para todos los grupos sociales.
  3. Educación y concienciación: La educación es una herramienta poderosa para combatir la violencia estructural. Es importante fomentar una cultura de respeto, inclusión y justicia.
  4. Movilización social: Los movimientos sociales y las organizaciones de base juegan un papel crucial en la lucha contra la violencia estructural. La presión ciudadana puede impulsar cambios políticos y sociales.
  5. Cooperación internacional: La violencia estructural es un problema global que requiere soluciones globales. La cooperación entre países y organismos internacionales es esencial para abordar desafíos como la pobreza, el cambio climático y la migración.

Reflexión final

La violencia estructural es una forma de violencia que, aunque no siempre es visible, tiene un impacto profundo en la vida de millones de personas. Reconocerla y combatirla es esencial para construir sociedades más justas y equitativas. Como señaló Johan Galtung, la paz no es solo la ausencia de violencia directa, sino también la presencia de justicia social. Solo abordando las raíces de la desigualdad y la exclusión podremos aspirar a un mundo donde todos tengan la oportunidad de vivir con dignidad y plenitud.

Author

Rodrigo Ricardo

Apasionado por compartir conocimientos y ayudar a otros a aprender algo nuevo cada día.

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