¿Qué Mecanismos Celulares se Activan con el Calor?

Publicado el 30 mayo, 2025 por Rodrigo Ricardo

Mecanismos Celulares Activados por el Estrés Térmico

El calor es un factor ambiental que puede alterar significativamente la homeostasis celular, desencadenando una serie de respuestas moleculares y bioquímicas destinadas a proteger a la célula de posibles daños. Cuando las temperaturas aumentan por encima del rango fisiológico óptimo, las células activan mecanismos de defensa que incluyen la expresión de proteínas de choque térmico (HSPs), la modulación de la fluidez de las membranas y la activación de vías de señalización que promueven la supervivencia celular. Estos procesos son esenciales para mantener la integridad estructural y funcional de las proteínas, así como para prevenir la apoptosis en condiciones de estrés térmico.

Diversos estudios han demostrado que la exposición al calor induce cambios en la conformación de las proteínas, lo que puede llevar a su desnaturalización y agregación. Para contrarrestar estos efectos, las células activan respuestas coordinadas que incluyen la regulación transcripcional de genes involucrados en la respuesta al choque térmico. Entre estos genes destacan los que codifican para las HSPs, las cuales actúan como chaperonas moleculares que facilitan el plegamiento correcto de las proteínas y previenen su agregación. Además, el estrés por calor puede activar vías de señalización como la de la quinasa activada por mitógenos (MAPK) y la del factor nuclear kappa B (NF-κB), las cuales regulan procesos inflamatorios y de supervivencia celular.

Otro mecanismo crítico es la modulación de la fluidez de las membranas lipídicas, ya que el calor incrementa la movilidad de los fosfolípidos, lo que puede afectar la función de las proteínas de membrana. Las células responden a este desafío mediante la síntesis de lípidos más saturados, que aportan mayor estabilidad a las membranas. Asimismo, se activan sistemas de reparación del ADN, dado que el estrés térmico puede inducir daños en el material genético. En conjunto, estos mecanismos reflejan la capacidad adaptativa de las células para enfrentar condiciones adversas y garantizar su supervivencia.

Respuesta de las Proteínas de Choque Térmico (HSPs)

Las proteínas de choque térmico (HSPs) son componentes fundamentales en la respuesta celular al calor, ya que actúan como chaperonas moleculares que previenen la agregación de proteínas desnaturalizadas y facilitan su correcto plegamiento. Estas proteínas se clasifican en familias según su peso molecular, como las HSP70, HSP90 y HSP60, entre otras. Bajo condiciones de estrés térmico, la expresión de las HSPs es regulada principalmente por el factor de choque térmico 1 (HSF1), el cual se trimeriza y se transloca al núcleo para unirse a elementos de respuesta al calor (HSEs) en el ADN, promoviendo así la transcripción de genes relacionados con la termotolerancia.

La HSP70 es una de las chaperonas más estudiadas debido a su papel crucial en la protección de las proteínas recién sintetizadas y en la reparación de aquellas que han sido dañadas por el calor. Esta proteína se une a regiones hidrofóbicas expuestas en proteínas desplegadas, evitando su agregación y facilitando su renaturalización en un proceso dependiente de ATP. Por otro lado, la HSP90 participa en la estabilización de factores de transcripción y kinasas, contribuyendo así a la regulación de múltiples vías de señalización. Además, las pequeñas HSPs, como la HSP27, forman oligómeros que secuestran proteínas mal plegadas, previniendo la formación de agregados tóxicos.

La inducción de HSPs no solo protege a las proteínas del daño térmico, sino que también juega un papel clave en la resistencia a otros tipos de estrés, como el oxidativo y el químico. Estudios en diversos organismos, desde bacterias hasta mamíferos, han demostrado que la sobreexpresión de HSPs confiere mayor resistencia al calor, mientras que su inhibición aumenta la susceptibilidad celular al estrés térmico. Estos hallazgos resaltan la importancia evolutiva de esta respuesta y su potencial aplicación en terapias dirigidas a enfermedades relacionadas con el plegamiento incorrecto de proteínas, como el Alzheimer y el Parkinson.

Modulación de la Fluidez de Membrana y Respuesta Lipídica

El calor afecta directamente la estructura de las membranas celulares, aumentando la fluidez de la bicapa lipídica debido a la mayor movilidad de los ácidos grasos. Este cambio puede alterar la función de proteínas de membrana, como canales iónicos y receptores, comprometiendo procesos como la señalización celular y el transporte de moléculas. Para contrarrestar estos efectos, las células activan mecanismos homeostáticos que modifican la composición lipídica de las membranas, incrementando la proporción de ácidos grasos saturados y colesterol, los cuales reducen la fluidez y restauran la estabilidad estructural.

En organismos ectotérmicos, como bacterias y plantas, se ha observado que la exposición a altas temperaturas induce cambios en la biosíntesis de lípidos, favoreciendo la producción de fosfolípidos con cadenas acil más largas y saturadas. Estos lípidos tienen puntos de fusión más altos, lo que ayuda a mantener la integridad de la membrana bajo condiciones de estrés térmico. Además, algunas especies incorporan lípidos insaturados en respuesta al frío, pero reducen su síntesis en respuesta al calor, demostrando así una adaptación dinámica a las condiciones ambientales.

En células animales, el estrés por calor también activa vías de señalización que regulan el metabolismo lipídico, como la vía de SREBP (proteínas de unión a elementos reguladores de esteroles), la cual promueve la síntesis de colesterol y ácidos grasos saturados. Además, se ha observado que las especies reactivas de oxígeno (ROS) generadas durante el estrés térmico pueden inducir peroxidación lipídica, un proceso que daña las membranas. Para mitigar este efecto, las células incrementan la producción de antioxidantes como la vitamina E y enzimas como la superóxido dismutasa (SOD), que neutralizan los radicales libres y protegen los lípidos de la oxidación.

Activación de Vías de Señalización y Respuesta Inflamatoria

El estrés térmico no solo activa mecanismos directos de protección, como la expresión de HSPs, sino que también desencadena vías de señalización que modulan la respuesta inflamatoria y la supervivencia celular. Una de las vías más importantes es la de las MAPK (quinasas activadas por mitógenos), que incluye proteínas como ERK, JNK y p38. Estas kinasas fosforilan diversos sustratos, incluyendo factores de transcripción que regulan genes implicados en la proliferación, diferenciación y apoptosis. En particular, la activación de p38 en respuesta al calor promueve la expresión de citoquinas proinflamatorias, como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) y la interleuquina-6 (IL-6), las cuales pueden inducir una respuesta sistémica al estrés.

Otra vía clave es la del factor nuclear kappa B (NF-κB), un regulador maestro de la inflamación que se activa en respuesta a múltiples estímulos estresantes, incluyendo el calor. NF-κB controla la expresión de genes involucrados en la respuesta inmune, la apoptosis y la reparación del ADN. Estudios han demostrado que la hipertermia puede inducir la translocación nuclear de NF-κB, aumentando así la transcripción de genes anti-apoptóticos como Bcl-2, que protegen a la célula de la muerte programada. Sin embargo, si el daño térmico es demasiado severo, estas mismas vías pueden activar cascadas pro-apoptóticas, llevando a la eliminación de células irrecuperables.

Además, el estrés por calor puede modular la actividad de la vía PI3K/AKT, la cual promueve la supervivencia celular al inhibir la apoptosis y estimular la síntesis de proteínas. AKT fosforila y inactiva componentes pro-apoptóticos como BAD y caspase-9, al mismo tiempo que activa factores de crecimiento. Esta vía es particularmente relevante en células cancerosas, las cuales a menudo exhiben una mayor resistencia al estrés térmico debido a la sobreexpresión de HSPs y la activación constitutiva de AKT.

Conclusión

En resumen, los mecanismos celulares activados por el calor son diversos y altamente coordinados, involucrando desde la inducción de chaperonas moleculares hasta la modulación de la composición lipídica de las membranas y la activación de vías de señalización pro-supervivencia. Estos procesos reflejan la notable capacidad adaptativa de las células para mantener su homeostasis frente a condiciones adversas. Futuras investigaciones podrían explorar el potencial terapéutico de modular estas respuestas, especialmente en el contexto de enfermedades neurodegenerativas y cáncer, donde el estrés térmico juega un papel relevante en la progresión patológica.

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