¿Qué significa el Viernes Santo?

Publicado el 16 abril, 2025 por Rodrigo Ricardo

La importancia del Viernes Santo en el cristianismo

El Viernes Santo es una de las fechas más significativas dentro del calendario litúrgico cristiano, pues conmemora la crucifixión y muerte de Jesucristo en el Calvario. Este día forma parte del Triduo Pascual, que incluye también el Jueves Santo (última cena) y el Domingo de Resurrección. Para los creyentes, el Viernes Santo no es solo un día de duelo, sino también de reflexión profunda sobre el sacrificio de Jesús por la salvación de la humanidad. A lo largo de la historia, este día ha sido marcado por ceremonias religiosas, ayunos y actos penitenciales que buscan honrar el sufrimiento de Cristo.

Desde un punto de vista teológico, el Viernes Santo representa el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías que daría su vida por los pecados del mundo. En las iglesias católicas, ortodoxas y muchas protestantes, se realizan liturgias solemnes que incluyen la lectura de la Pasión según San Juan, la adoración de la cruz y la comunión con hostias consagradas el día anterior. A diferencia de otras festividades, no se celebra la Eucaristía, ya que se considera un día de luto. Además, en muchas culturas, el Viernes Santo va acompañado de representaciones teatrales de la Pasión, procesiones y otras manifestaciones de fe que varían según la región.

Más allá del aspecto religioso, el Viernes Santo ha influido en la cultura, el arte y la sociedad a lo largo de los siglos. Pinturas como La crucifixión de Diego Velázquez o El descendimiento de Caravaggio capturan el dramatismo de este momento, mientras que composiciones musicales como el Stabat Mater reflejan el dolor de la Virgen María. En países como España, Filipinas y México, las procesiones atraen a miles de personas que buscan revivir espiritual y emocionalmente este evento central del cristianismo.


El significado teológico del Viernes Santo

El Viernes Santo es fundamental en la teología cristiana porque representa el momento en que Jesús, mediante su muerte en la cruz, redime a la humanidad del pecado original. Según la doctrina cristiana, Adán y Eva desobedecieron a Dios, introduciendo el pecado en el mundo, y solo un sacrificio perfecto podía restaurar la relación entre Dios y los hombres. Jesucristo, siendo Dios y hombre a la vez, se ofreció como cordero inmaculado para cumplir esta misión. San Pablo lo expresa claramente en sus cartas: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, haciéndose maldición por nosotros” (Gálatas 3:13).

Este acto de amor infinito es la base de la salvación en el cristianismo. La cruz, que en la antigüedad era un símbolo de vergüenza y castigo, se convirtió en el emblema máximo de la fe, representando la victoria sobre la muerte y el pecado. La teología de la expiación sostiene que, a través del sufrimiento de Cristo, la humanidad recibe el perdón y la posibilidad de vida eterna. Por eso, el Viernes Santo no es solo un recordatorio histórico, sino una celebración de la misericordia divina.

Además, este día invita a los creyentes a meditar sobre temas como el sufrimiento, la obediencia a Dios y el amor al prójimo. Jesús, en su agonía, perdonó a sus verdugos (“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, Lucas 23:34) y prometió el paraíso al ladrón arrepentido. Estas acciones enseñan que incluso en el dolor hay lugar para la compasión y la esperanza. Por ello, muchas personas aprovechan el Viernes Santo para confesarse, hacer obras de caridad y renovar su compromiso de vivir según los valores evangélicos.


Tradiciones y celebraciones alrededor del mundo

Las formas de conmemorar el Viernes Santo varían según las tradiciones culturales y religiosas de cada país. En América Latina, por ejemplo, es común ver representaciones vivientes de la Pasión de Cristo, donde actores recrean el viacrucis, la flagelación y la crucifixión. En ciudades como Taxco (México) o Popayán (Colombia), las procesiones atraen a peregrinos y turistas por su solemnidad y belleza artística. En España, las hermandades sacan en andas imágenes talladas de Jesús y la Virgen Dolorosa, acompañadas de cantos gregorianos y saetas.

En Filipinas, algunos devotos llegan a crucificarse literalmente como acto de penitencia, una práctica no avalada por la Iglesia pero que muestra el fervor popular. En contraste, en países de tradición protestante como Alemania o Estados Unidos, las celebraciones son más sobrias, centradas en sermones y cantos espirituales. La Iglesia Ortodoxa, que sigue el calendario juliano, conmemora el Viernes Santo con el “Entierro de Cristo”, una ceremonia donde se saca en procesión un lienzo que simboliza el sudario de Jesús.

Otra tradición extendida es el ayuno y la abstinencia de carne, especialmente entre los católicos. Este gesto penitencial busca unir a los fieles con el sacrificio de Cristo. En algunos lugares, como Italia, se preparan platos típicos a base de pescado, mientras que en otros se opta por una comida austera. Estas costumbres, aunque diversas, comparten un mismo objetivo: recordar que el Viernes Santo no es un día cualquiera, sino una invitación a detenerse, orar y renovar la fe.

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