Resumen Completo de “Un Cuento de Navidad” (A Christmas Carol) de Charles Dickens

Publicado el 18 junio, 2025 por Rodrigo Ricardo

Capítulo 1: El Fantasma de Marley

Un Cuento de Navidad comienza presentando a Ebenezer Scrooge, un anciano avaro y amargado que desprecia la Navidad y toda manifestación de alegría o generosidad. Su personalidad es tan fría que incluso el clima invernal parece menos gélido que su corazón. Dickens lo describe con frases memorables: “Ningún viento que soplara era más amargo que él” y “La nieve y la lluvia no tenían mejores armas para alejar a la gente”. Scrooge es dueño de una firma financiera en Londres y trata con desdén a su empleado, Bob Cratchit, a quien apenas le paga un sueldo miserable y le niega carbón para calentarse en invierno.

La Nochebuena transcurre como cualquier otro día para Scrooge: rechaza una invitación a cenar de su sobrino Fred, despide con rudeza a dos hombres que buscan donaciones para los pobres y regaña a Cratchit por querer tomar el día de Navidad libre. Sin embargo, esa noche, su vida cambia para siempre cuando se le aparece el fantasma de Jacob Marley, su antiguo socio, muerto hace siete años. Marley arrastra pesadas cadenas y cajas de caudales, símbolos de su avaricia en vida, y le advierte a Scrooge que su destino será aún peor si no cambia su forma de ser.

El espectro le anuncia que será visitado por tres espíritus: las Navidades Pasadas, las Navidades Presentes y las Navidades Futuras. Scrooge, aterrado, intenta negar la visión, pero Marley desaparece dejándolo en un estado de angustia y duda. Este capítulo sienta las bases del viaje de redención de Scrooge, introduciendo temas como el remordimiento, el castigo eterno por los pecados terrenales y la posibilidad de cambio.


Capítulo 2: El Primer Espíritu (Las Navidades Pasadas)

El primer espíritu, el de las Navidades Pasadas, se le aparece a Scrooge como una figura etérea y cambiante, con una luz brillante que brota de su cabeza. Este ser lo transporta a su infancia, mostrándole escenas olvidadas de su juventud. Scrooge ve a su yo niño, abandonado en un internado durante las Navidades mientras sus compañeros se van a casa con sus familias. La soledad del pequeño Ebenezer conmueve incluso al viejo avaro, quien empieza a recordar emociones que había reprimido durante décadas.

Luego, el espíritu lo lleva a una época más feliz: su juventud como aprendiz bajo el empleador Fezziwig, un hombre bondadoso que celebraba la Navidad con fiestas llenas de música, comida y alegría. Scrooge revive la emoción de aquellos días y contrasta su propia mezquindad con la generosidad de Fezziwig. Finalmente, el espectro le muestra el momento en que su ambición por el dinero lo llevó a perder a su prometida, Belle, quien lo abandonó al darse cuenta de que su amor por la riqueza era mayor que su amor por ella.

Este capítulo es crucial porque revela las raíces psicológicas de la misantropía de Scrooge: el abandono en su niñez, la posterior idealización del dinero como sustituto del afecto y la pérdida del amor verdadero. Dickens enfatiza que la avaricia no es innata, sino el resultado de heridas emocionales no sanadas.


Capítulo 3: El Segundo Espíritu (Las Navidades Presentes)

El segundo espíritu, el de las Navidades Presentes, es una figura gigantesca y jovial, vestida con una túnica verde y rodeada de abundancia. Este ser lleva a Scrooge a recorrer distintos hogares en Londres durante la Nochebuena. La primera parada es la casa de Bob Cratchit, donde la familia, a pesar de su pobreza, celebra con gratitud. Tiny Tim, el hijo pequeño cojo de Cratchit, se destaca por su bondad y su frase: “Dios nos bendiga a todos”. Scrooge, conmovido, pregunta al espíritu si el niño sobrevivirá, a lo que el fantasma responde con palabras ominosas: “Veo un lugar vacío en la mesa… si el futuro no cambia”.

Después, el espíritu lo lleva a la casa de su sobrino Fred, donde Scrooge es objeto de burlas por su actitud huraña, pero también de brindis llenos de cariño. Fred representa la alegría desinteresada de la Navidad, contrastando con la amargura de su tío. Finalmente, el espectro muestra a Scrooge dos figuras esqueléticas, la Ignorancia y la Miseria, escondidas bajo su manto. Estas criaturas simbolizan las consecuencias de la indiferencia social, un mensaje directo de Dickens a la Inglaterra victoriana.

Este capítulo profundiza en la crítica social de la obra: la pobreza, la desigualdad y la responsabilidad de los ricos hacia los desfavorecidos. Scrooge comienza a sentir empatía, un sentimiento que había olvidado.


Capítulo 4: El Tercer Espíritu (Las Navidades Futuras)

El último espíritu, el de las Navidades Futuras, es una figura silenciosa y encapuchada que solo señala con su mano esquelética. Este fantasma muestra a Scrooge escenas sombrías: hombres de negocios indiferentes ante su muerte, pobres vendiendo sus pertenencias y, lo más impactante, la familia Cratchit llorando a Tiny Tim. Scrooge también ve su propia tumba abandonada y comprende que morirá solo y sin amor si no cambia.

Aterrorizado, suplica al espíritu una segunda oportunidad, prometiendo honrar la Navidad en su corazón. Cuando despierta en su cama, descubre que es el día de Navidad y que aún está a tiempo de enmendar sus errores.


Capítulo 5: El Final (La Redención de Scrooge)

El último capítulo muestra la transformación completa de Scrooge: envía un pavo gigante a los Cratchit, dona dinero a los pobres, se reconcilia con Fred y aumenta el sueldo de Bob. Se convierte en un segundo padre para Tiny Tim y cumple su promesa de vivir con generosidad.

Dickens cierra con una reflexión sobre el poder de la redención: “Y como se dijo de él que sabía vivir bien la Navidad, que Dios nos bendiga a todos”. La obra perdura como un clásico porque su mensaje—la importancia de la compasión y la capacidad de cambio—es universal.

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