Triángulo supervisor-consejero-cliente: definición y cuestiones éticas
Supervisores de consejería
Lorenzo es supervisor en un centro de asesoramiento. Chloe es una de las nuevas consejeras que Lorenzo está a cargo de supervisar, y Ed es el cliente de Chloe. Como supervisor, Lorenzo se pregunta sobre la relación a tres bandas entre él, Chloe y Ed.
Como supervisor de consejería , el trabajo de Lorenzo es supervisar a los nuevos consejeros y ofrecer orientación y tutoría mientras trabajan con los clientes. Pero, ¿cómo impactan las relaciones entre el consejero, el supervisor y el cliente en el proceso terapéutico? ¿Cuáles son algunas de las fortalezas y desafíos de este tipo de relación a tres bandas?
Para responder a estas preguntas, veamos el triángulo supervisor-consejero-cliente, incluyendo qué es, cómo funciona y cuáles son las fortalezas, desafíos e implicaciones éticas de este.
Lados del triángulo
Para comprender el triángulo y sus fortalezas y desafíos, primero es importante comprender qué es. El triángulo supervisor-consejero-cliente es simplemente la relación de tres vías entre el supervisor, el consejero y el cliente.
En el contexto de esta relación, el cliente es la persona que busca asesoramiento. En nuestro ejemplo, este es Ed. Él es la persona que está en consejería.
El consejero es la persona que brinda asesoramiento directamente al cliente. Aquí, esa es Chloe porque le está brindando asesoramiento a Ed. El consejero en este triángulo a veces también se denomina supervisado , porque está siendo supervisado.
Finalmente, el tercer lado del triángulo es el supervisor , que es la persona que supervisa al consejero y apoya sus esfuerzos para aconsejar al cliente. En nuestro ejemplo, el supervisor es Lorenzo.
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El triángulo es un producto natural del hecho de que estas tres personas están en una relación entre sí, pero también juega un papel importante en el proceso terapéutico. El propósito del triángulo es proporcionar equilibrio entre las tres personas, pero ese equilibrio cambia constantemente. Esto es algo bueno: a medida que avanza la relación terapéutica, ¡el equilibrio también lo hará! Por ejemplo, Chloe puede necesitar más información y una supervisión más directa de Lorenzo en un momento pero no en otro. Asimismo, la relación entre Chloe y Ed puede cambiar y cambiar a medida que avanzan.
Fortalezas y desafíos
Como ocurre con todas las relaciones, el triángulo supervisor-consejero-cliente puede ser bueno o problemático. Cada tríada viene con ciertas fortalezas y desafíos, y cuán funcional es la relación puede determinarse en gran medida por cómo se abordan esas fortalezas y desafíos.
Un área que puede ser tanto positiva como problemática es el contacto directo entre los diferentes lados del triángulo. Por ejemplo, Lorenzo podría hablar directamente con Ed aunque Chloe sea la consejera de Ed. Sin embargo, el tipo y la frecuencia del contacto de Lorenzo y Ed puede tener un gran impacto en ambos. Lo mismo ocurre con las interacciones entre Lorenzo y Chloe y entre Chloe y Ed. Por lo tanto, cualquier contacto entre personas en el triángulo debe pensarse cuidadosamente.
Una de las fortalezas de la relación triangular es que puede ofrecer una salida para clientes y consejeros. Tanto Ed como Chloe pueden acudir a Lorenzo por separado con los problemas que enfrentan en la relación terapéutica, y Lorenzo puede ayudarlos a resolverlos.
Sin embargo, también existen algunos desafíos con el triángulo. Una relación triangular que es demasiado rígida puede evitar que la consejería avance. Por ejemplo, Chloe podría necesitar mucha supervisión al principio y requerir la participación de Lorenzo en su proceso de toma de decisiones. Pero eso puede cambiar con el tiempo a medida que ella se convierta en una mejor consejera. Si Lorenzo evita que Chloe tome decisiones autónomas y no reconoce que su relación está cambiando, puede detenerla y obstaculizar su relación con Ed.
Finalmente, con tres personas involucradas en el triángulo, pueden surgir problemas éticos. Problemas como las relaciones duales y el consentimiento informado se abordan en detalle en otras lecciones, por lo que por ahora es suficiente comprender que estos problemas existen y pueden complicarse más si participan tres personas en lugar de solo dos. Este tipo de cuestiones deben tratarse mediante un proceso de toma de decisiones éticas, como el que se describe en otra lección de este capítulo.
Resumen de la lección
El triángulo supervisor-consejero-cliente es la relación de tres vías entre el supervisor, el consejero y el cliente. El cliente es la persona que busca consejería, el consejero (también llamado a veces el supervisado ) es la persona que le brinda consejería directamente al cliente y el supervisor es la persona que supervisa al consejero y apoya sus esfuerzos para aconsejar al cliente.
El propósito del triángulo es proporcionar equilibrio entre las tres personas, pero ese equilibrio cambia constantemente. El contacto directo entre los diferentes lados del triángulo puede ser positivo o problemático y debe pensarse detenidamente. Una de las fortalezas de la relación triangular es que puede ofrecer una salida para clientes y consejeros. Sin embargo, una relación triangular que es demasiado rígida puede impedir que la consejería avance. Finalmente, con tres personas involucradas en el triángulo, pueden surgir problemas éticos que deben ser tratados mediante un proceso de toma de decisiones éticas.
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