Células Gliales en los Procesos de Reparación y Regeneración Neural

Publicado el 20 abril, 2025 por Rodrigo Ricardo

1. Introducción: La Respuesta Glial al Daño Neural

El sistema nervioso central (SNC) de los mamíferos adultos tiene una capacidad limitada para regenerarse tras una lesión, un hecho que contrasta marcadamente con la notable plasticidad y capacidad regenerativa del sistema nervioso periférico (SNP). Esta diferencia fundamental en el potencial reparador está íntimamente ligada a las respuestas específicas que desarrollan las células gliales en cada uno de estos compartimentos neurales. Cuando ocurre una lesión en el SNC, se desencadena una compleja cascada de eventos conocida como “reacción glial”, donde astrocitos, microglía y oligodendrocitos experimentan profundos cambios morfológicos y funcionales destinados tanto a contener el daño como a establecer un ambiente que, paradójicamente, puede inhibir la regeneración axonal. En contraste, en el SNP, las células de Schwann adoptan un fenotipo pro-regenerativo que facilita activamente la reparación de los axones dañados. Comprender estas diferencias en la respuesta glial representa no solo un desafío científico fascinante, sino también una puerta hacia el desarrollo de terapias innovadoras para lesiones medulares, traumatismos cerebrales y enfermedades neurodegenerativas.

La reacción glial al daño neural es un proceso altamente dinámico y regulado que evoluciona a lo largo del tiempo. Inmediatamente después de la lesión, la microglía residente se activa, cambiando su morfología ramificada a un estado ameboide y migrando hacia el sitio de injuria donde fagocita restos celulares y libera factores tanto proinflamatorios como neuroprotectores. Casi simultáneamente, los astrocitos cercanos comienzan a proliferar y sus prolongaciones se hipertrofian, formando una densa red alrededor de la zona dañada que constituye la llamada “cicatriz glial”. Mientras que tradicionalmente se consideraba que esta cicatriz glial era principalmente un obstáculo para la regeneración axonal, investigaciones recientes han revelado que también cumple funciones beneficiosas como restaurar la barrera hematoencefálica, limitar la propagación del daño y proporcionar soporte metabólico a las neuronas supervivientes. Esta visión más matizada de la respuesta glial está transformando las estrategias terapéuticas, que ahora buscan modular más que eliminar completamente la cicatrización glial, preservando sus aspectos protectores mientras se mitigan sus efectos inhibitorios sobre la regeneración.

2. La Cicatriz Glial: Mecanismos y Dualidad Funcional

2.1. Formación y Composición de la Cicatriz Glial

La cicatriz glial que se forma tras una lesión del SNC es una estructura compleja compuesta principalmente por astrocitos reactivos, pero que también incluye progenitores oligodendrocíticos, microglía/macrófagos activados y componentes de la matriz extracelular. Los astrocitos reactivos en la cicatriz experimentan un proceso llamado “astrogliosis”, caracterizado por hipertrofia celular, proliferación y aumento en la expresión de filamentos intermedios como la proteína ácida fibrilar glial (GFAP) y la vimentina. Estos cambios están mediados por múltiples señales liberadas en el sitio de la lesión, incluyendo citocinas inflamatorias (IL-1β, TNF-α), factores de crecimiento (TGF-β, FGF-2) y neurotransmisores como el ATP liberado por células dañadas. Lo notable es que la astrogliosis no es un proceso todo-o-nada, sino que exhibe grados variables de severidad dependiendo del tipo e intensidad de la lesión, lo que sugiere la existencia de múltiples estados reactivos con posibles implicaciones funcionales distintas.

A nivel molecular, la cicatriz glial contiene una mezcla de factores que pueden tanto inhibir como promover la regeneración axonal. Entre los componentes inhibitorios más estudiados se encuentran los condroitín sulfato proteoglicanos (CSPGs) de la matriz extracelular, que se depositan abundantemente en la cicatriz y crean una barrera química potente para el crecimiento axonal. Los CSPGs actúan principalmente a través de la activación de receptores como PTPσ en las neuronas, lo que desencadena cascadas intracelulares que colapsan los conos de crecimiento axonal. Sin embargo, la cicatriz glial también contiene moléculas adhesivas como la laminina y factores neurotróficos como el BDNF que, en principio, podrían apoyar la regeneración. Esta coexistencia de señales contradictorias puede explicar por qué algunos axones logran crecer parcialmente en el ambiente de la cicatriz, pero rara vez alcanzan sus blancos distales. Recientemente, se ha descubierto que la composición molecular de la cicatriz cambia dinámicamente con el tiempo, siendo más permisiva en etapas tempranas y más inhibitoria en fases crónicas, lo que sugiere que podría haber un “periodo ventana” terapéutico para intervenir.

2.2. Estrategias para Modular la Cicatriz Glial

El entendimiento más profundo de la biología de la cicatriz glial ha llevado al desarrollo de múltiples estrategias experimentales para modular sus efectos sobre la regeneración neural. Un enfoque prometedor implica el uso de enzimas como la condroitinasa ABC (ChABC) que degradan selectivamente las cadenas de glicosaminoglicanos de los CSPGs, reduciendo así su capacidad inhibitoria. En modelos animales de lesión medular, el tratamiento con ChABC mejora significativamente la regeneración axonal y la recuperación funcional, especialmente cuando se combina con otras intervenciones como la administración de factores neurotróficos o el entrenamiento rehabilitativo. Actualmente se están realizando ensayos clínicos para evaluar la seguridad y eficacia de este enfoque en pacientes con lesiones medulares crónicas.

Otra estrategia innovadora busca reprogramar directamente los astrocitos reactivos hacia un fenotipo más pro-regenerativo mediante manipulación genética o farmacológica. Estudios recientes han identificado varios factores de transcripción (como Sox9, STAT3 y NFIA) que regulan críticamente el programa de astrogliosis, y cuya modulación podría “sintonizar” la respuesta glial. Por ejemplo, la supresión condicional de STAT3 en astrocitos tras una lesión medular reduce la formación de cicatriz glial y promueve la regeneración axonal, aunque a costa de aumentar la extensión del daño primario. Este hallazgo subraya la necesidad de enfoques balanceados que preserven las funciones protectoras de la glía reactiva mientras mitigan sus efectos inhibitorios. Más recientemente, se ha explorado el potencial de trasplante de astrocitos derivados de células madre previamente expuestos a factores que inducen un fenotipo pro-regenerativo, con resultados alentadores en modelos preclínicos.

3. Regeneración en el Sistema Nervioso Periférico: El Papel Central de las Células de Schwann

3.1. La Respuesta Pro-Regenerativa de las Células de Schwann

En marcado contraste con lo que ocurre en el SNC, las células de Schwann del SNP exhiben una extraordinaria capacidad para apoyar la regeneración axonal tras una lesión. Cuando un nervio periférico es dañado, las células de Schwann en el segmento distal al sitio de lesión sufren un profundo proceso de desdiferenciación, abandonando su estado mielinizante maduro para adoptar un fenotipo reparador similar al de sus precursores embrionarios. Este cambio fenotípico está acompañado por la expresión de un conjunto de genes pro-regenerativos que codifican factores neurotróficos (NGF, BDNF, GDNF), moléculas de adhesión celular (L1, N-CAM) y proteínas de la matriz extracelular (laminina, fibronectina) que en conjunto crean un microambiente altamente permisivo para el crecimiento axonal. Además, las células de Schwann reparadoras forman estructuras tubulares llamadas “bandas de Büngner” que guían físicamente a los axones en regeneración hacia sus blancos distales, un mecanismo de orientación espacial ausente en el SNC.

Quizás aún más notable es la capacidad de las células de Schwann para reclutar macrófagos al sitio de la lesión mediante la secreción de quimiocinas como CCL2 y MCP-1. Estos macrófagos no solo ayudan a limpiar los restos de mielina degenerada (que contiene moléculas inhibitorias como la MAG y la OMgp), sino que también contribuyen al ambiente pro-regenerativo mediante la liberación de factores como la oncostatina M, que a su vez estimula a las células de Schwann a producir más factores neurotróficos. Este circuito de retroalimentación positiva entre células de Schwann y macrófagos representa un mecanismo clave que explica la mayor capacidad regenerativa del SNP. Recientemente se ha descubierto que las células de Schwann también pueden transferir mitocondrias a los axones dañados a través de nanotúbulos, proporcionando así el soporte energético necesario para el intenso proceso de regeneración, un hallazgo que abre nuevas vías terapéuticas potenciales.

3.2. Terapias Basadas en Células de Schwann para Lesiones del SNC

La notable capacidad pro-regenerativa de las células de Schwann ha inspirado numerosas estrategias para aprovechar su potencial terapéutico en el contexto del SNC. Una aproximación consiste en el trasplante de células de Schwann purificadas o derivadas de células madre al sitio de una lesión medular o cerebral. En modelos animales, estas células trasplantadas sobreviven, migran parcialmente dentro del tejido huésped y promueven la regeneración axonal, probablemente mediante la secreción de factores neurotróficos y la provisión de una matriz permisiva para el crecimiento. Sin embargo, los resultados funcionales han sido modestos, en parte porque las células de Schwann trasplantadas no logran integrarse completamente con el tejido huésped y eventualmente forman grupos aislados que los axones en regeneración no pueden superar.

Para superar estas limitaciones, se están explorando enfoques combinados que asocien el trasplante de células de Schwann con otras intervenciones como la administración de factores neurotróficos, la modulación de la cicatriz glial o la estimulación eléctrica. Por ejemplo, en un estudio reciente, la combinación de células de Schwann con condroitinasa ABC y ejercicio rehabilitativo produjo mejoras sinérgicas en la regeneración axonal y la recuperación motora en ratas con lesión medular. Otra estrategia innovadora implica la reprogramación directa de astrocitos residentes en células similares a Schwann mediante la sobreexpresión de factores de transcripción como Sox10 o Oct6, evitando así los problemas asociados con el trasplante celular. Aunque estos enfoques son prometedores, quedan desafíos importantes por resolver, como optimizar la supervivencia y funcionalidad a largo plazo de las células trasplantadas/reprogramadas, y garantizar que los axones regenerados establezcan conexiones sinápticas apropiadas.

4. Microglía y Macrófagos: Reguladores Clave de la Reparación Neural

4.1. Polarización de la Microglía/Macrófagos en la Respuesta a la Lesión

La microglía (en el SNC) y los macrófagos derivados de monocitos (en ambos SNC y SNP) son componentes esenciales de la respuesta a la lesión neural, pero su papel es particularmente complejo debido a su capacidad para adoptar distintos estados funcionales o “polarizaciones”. Tradicionalmente, se ha descrito un espectro que va desde el estado M1 proinflamatorio (asociado con la producción de citocinas como IL-1β, TNF-α y especies reactivas de oxígeno) hasta el estado M2 antiinflamatorio/pro-reparador (caracterizado por la secreción de IL-10, TGF-β y factores neurotróficos). En condiciones ideales, la respuesta temprana tras una lesión neural está dominada por un fenotipo M1 que ayuda a limpiar tejido dañado y combatir posibles infecciones, seguido por una transición hacia M2 que favorece la reparación tisular. Sin embargo, en muchas lesiones del SNC, esta transición es incompleta o aberrante, resultando en inflamación crónica que perjudica la recuperación.

Avances recientes en tecnologías unicelulares han revelado que esta dicotomía M1/M2 es una simplificación excesiva, y que la microglía/macrófagos en realidad pueden adoptar una amplia gama de estados intermedios con perfiles de expresión génica y funciones distintas. Por ejemplo, se ha identificado un subgrupo especializado en la remoción de restos de mielina que expresa altos niveles de receptores scavenger como CD36, así como otro subgrupo involucrado en la promoción de angiogénesis que secreta VEGF. Esta heterogeneidad funcional ofrece oportunidades para intervenciones terapéuticas más precisas que busquen enriquecer subpoblaciones beneficiosas mientras suprimen aquellas perjudiciales. Un desafío importante en este campo es que muchos marcadores utilizados para distinguir entre microglía residente y macrófagos infiltrantes se superponen significativamente, haciendo difícil determinar el origen preciso de las células en estudios experimentales.

4.2. Modulación Terapéutica de la Respuesta Microglial/Macrofágica

El creciente entendimiento de la diversidad y plasticidad de la microglía/macrófagos ha impulsado el desarrollo de estrategias para modular terapéuticamente su activación tras una lesión neural. Un enfoque consiste en la administración de factores que promueven la polarización hacia fenotipos pro-reparadores, como la IL-4, la IL-13 o el factor de crecimiento colony-stimulating factor 1 (CSF1). En modelos de lesión medular, el tratamiento con IL-4 mejora la recuperación funcional al reducir la inflamación dañina y promover la remielinización. Sin embargo, el momento de la intervención es crítico, ya que la supresión demasiado temprana de la respuesta M1 puede comprometer la limpieza de tejido dañado y aumentar el riesgo de infección.

Otra estrategia innovadora implica el uso de nanopartículas cargadas con fármacos que sean selectivamente captadas por la microglía/macrófagos, permitiendo una modulación más localizada y sostenida de su actividad. Por ejemplo, nanopartículas cargadas con el agonista de PPARγ pioglitazona han mostrado eficacia para reducir la neuroinflamación crónica y mejorar los resultados funcionales en modelos de traumatismo cerebral. Más recientemente, se ha explorado el potencial de la terapia génica para reprogramar la microglía in situ, como mediante la sobreexpresión del factor de transcripción KLF4 que favorece un fenotipo antiinflamatorio. Aunque estos enfoques son prometedores, persisten desafíos importantes como evitar la supresión excesiva de funciones microgliales beneficiosas y garantizar que las células modificadas no adopten posteriormente fenotipos disfuncionales.

5. Conclusión: Perspectivas Futuras en la Terapia Glial

El estudio de las células gliales en los procesos de reparación y regeneración neural ha avanzado enormemente en las últimas décadas, transformando nuestra comprensión de por qué el SNC tiene una capacidad regenerativa tan limitada en comparación con el SNP. Queda claro ahora que las respuestas gliales al daño son extraordinariamente complejas, involucrando múltiples tipos celulares que interactúan dinámicamente para crear microambientes que pueden tanto inhibir como promover la regeneración dependiendo del contexto. Esta complejidad explica en parte por qué intervenciones terapéuticas dirigidas a un solo aspecto de la respuesta glial han tenido hasta ahora éxito limitado en ensayos clínicos.

Las estrategias futuras más prometedoras probablemente involucrarán enfoques combinados que ataquen múltiples barreras gliales simultáneamente mientras aprovechan los aspectos beneficiosos de la respuesta glial. Por ejemplo, una terapia óptima para lesiones medulares podría combinar: 1) modulación de la cicatriz astrocítica (ej. con condroitinasa ABC), 2) trasplante de células de Schwann o progenitores oligodendrocíticos, 3) manipulación de la polarización microglial/macrofágica, y 4) rehabilitación intensiva para guiar la plasticidad de circuitos. Avances recientes en medicina regenerativa, como la capacidad de generar grandes cantidades de células gliales específicas a partir de células madre pluripotentes inducidas (iPSCs), están haciendo que este tipo de enfoques combinados sean cada vez más factibles desde el punto de vista técnico.

Más allá de las lesiones traumáticas, las lecciones aprendidas del estudio de la respuesta glial al daño agudo están siendo aplicadas al desarrollo de nuevas estrategias para enfermedades neurodegenerativas crónicas como la esclerosis múltiple y la ELA. En estas condiciones, la modulación cuidadosa de la glía reactiva podría ayudar a proteger neuronas vulnerables, promover la remielinización y reducir la neuroinflamación dañina. El desafío en estos contextos es lograr una modulación glial sostenida y específica sin interferir con funciones fisiológicas esenciales, lo que requerirá un entendimiento aún más profundo de la biología glial en diferentes estados patológicos.

En los próximos años, es probable que veamos un progreso acelerado en este campo gracias al desarrollo de herramientas más sofisticadas para manipular y monitorear células gliales in vivo, incluyendo sensores genéticamente codificados, sistemas CRISPR para edición epigenética y métodos avanzados de imagenología celular. Estas tecnologías, combinadas con modelos animales más fieles de enfermedades humanas y ensayos clínicos mejor diseñados, podrían finalmente traducir el enorme potencial terapéutico de las células gliales en tratamientos transformadores para pacientes con daño neural o enfermedades neurodegenerativas.

Articulos relacionados