¿Cómo producen las Células Oxitínicas la Oxitocina?

Publicado el 5 junio, 2025 por Rodrigo Ricardo

La oxitocina es una hormona fundamental en el organismo, conocida por su papel en el parto, la lactancia y el vínculo emocional. Sin embargo, su producción a nivel celular es un proceso complejo que involucra mecanismos neuroendocrinos altamente regulados. Las células oxitócicas, localizadas principalmente en el núcleo paraventricular y supraóptico del hipotálamo, son las responsables de sintetizar, almacenar y liberar esta hormona. En este artículo, exploraremos en profundidad cómo estas células producen oxitocina, desde la transcripción genética hasta su secreción en el torrente sanguíneo o el sistema nervioso central. Además, abordaremos los factores que modulan su producción y las implicaciones fisiológicas de su disfunción.

El estudio de la oxitocina ha cobrado relevancia en investigaciones recientes debido a su influencia en comportamientos sociales, el manejo del estrés y su potencial terapéutico en trastornos neurológicos. Por ello, comprender su síntesis a nivel molecular no solo es crucial para la neurociencia y la endocrinología, sino también para aplicaciones clínicas innovadoras. A continuación, desglosaremos paso a paso el proceso de producción de oxitocina, destacando las interacciones bioquímicas y las señales que regulan su liberación.


Estructura y Localización de las Células Oxitócicas

Las células oxitócicas son neuronas neurosecretoras especializadas que se encuentran en regiones específicas del hipotálamo, principalmente en el núcleo paraventricular (NPV) y el núcleo supraóptico (NSO). Estas neuronas poseen axones largos que se extienden hacia la neurohipófisis (lóbulo posterior de la hipófisis), donde liberan oxitocina directamente al torrente sanguíneo. Además, algunas proyecciones neuronales de estas células se dirigen a otras áreas del cerebro, modulando funciones como la conducta social y la respuesta al estrés.

Morfológicamente, las células oxitócicas se distinguen por su tamaño relativamente grande y su alta densidad de orgánulos productores de proteínas, como el retículo endoplásmico rugoso y el aparato de Golgi. Estas estructuras son esenciales para la síntesis y el procesamiento de la preprohormona de oxitocina, la precursora inactiva de la hormona madura. La ubicación estratégica de estas neuronas permite una rápida respuesta a estímulos fisiológicos, como la distensión uterina durante el parto o la succión del pezón en la lactancia.

Estudios de inmunohistoquímica han demostrado que las células oxitócicas coexisten con otras neuronas productoras de vasopresina, otra hormona neurohipofisaria. Aunque comparten rutas de síntesis similares, la regulación de su expresión génica y liberación es distinta, lo que subraya la especialización funcional de estas células. La comprensión de su estructura y distribución anatómica es fundamental para entender cómo se integran las señales fisiológicas que desencadenan la producción de oxitocina.


Síntesis de Oxitocina: Del Gen a la Hormona Madura

El proceso de producción de oxitocina inicia con la transcripción del gen OXT, ubicado en el cromosoma 20 en humanos. Este gen codifica para un precursor inactivo llamado preprooxitocina, que contiene una secuencia señal, la oxitocina misma y una proteína transportadora conocida como neurofisina I. Tras la transcripción, el ARNm es traducido en el retículo endoplásmico rugoso, donde la secuencia señal es eliminada, dando lugar a la prooxitocina.

La prooxitocina es transportada al aparato de Golgi para su procesamiento postraduccional. Aquí, enzimas como las endopeptidasas la escinden en dos fragmentos: la oxitocina activa y la neurofisina I. La hormona madura es entonces empaquetada en vesículas secretoras junto con su neurofisina, que actúa como una chaperona, estabilizando su estructura durante el almacenamiento y transporte axonal.

Un aspecto fascinante de este proceso es que las vesículas no solo contienen oxitocina, sino también ATP y otras moléculas señalizadoras que facilitan su liberación coordinada. Estas vesículas son transportadas a lo largo de los axones hacia los terminales nerviosos en la neurohipófisis, un viaje que puede tardar varias horas y que depende del citoesqueleto de microtúbulos. La eficiencia de este transporte es crítica para garantizar una respuesta hormonal rápida ante estímulos fisiológicos.


Regulación de la Liberación de Oxitocina

La secreción de oxitocina es un proceso altamente regulado que responde a señales neuronales, hormonales y mecánicas. Durante el parto, la distensión del cuello uterino activa aferencias nerviosas que envían señales al hipotálamo, desencadenando un reflejo neuroendocrino conocido como “reflejo de Ferguson”. Este estímulo induce la despolarización de las células oxitócicas, lo que abre canales de calcio dependientes de voltaje y permite la exocitosis de las vesículas almacenadas.

En la lactancia, la succión del pezón estimula receptores mecánicos que envían información a través de la médula espinal hasta el hipotálamo, promoviendo pulsos sincronizados de liberación de oxitocina. Este mecanismo es esencial para la eyección de leche y está modulado por hormonas como los estrógenos, que aumentan la sensibilidad de las células oxitócicas a los estímulos.

Además de estos factores clásicos, estudios recientes han identificado que neurotransmisores como la serotonina y la dopamina influyen en la liberación de oxitocina, vinculándola con procesos emocionales y de comportamiento social. La disfunción en estos sistemas podría explicar alteraciones en trastornos como el autismo o la depresión, donde se ha observado una desregulación de los niveles de oxitocina.


Implicaciones Clínicas y Conclusiones

El estudio de la producción de oxitocina tiene aplicaciones médicas significativas. Por ejemplo, la oxitocina sintética (Pitocin®) se usa para inducir el parto o controlar hemorragias postparto. Sin embargo, alteraciones en su síntesis natural se han asociado con trastornos como la disfunción sexual, la ansiedad y dificultades en el vínculo materno-infantil.

Futuras investigaciones podrían explorar terapias basadas en modulación oxitócica para condiciones psiquiátricas. Entender cómo las células oxitócicas producen y liberan esta hormona es clave para desarrollar tratamientos más efectivos y personalizados.

En conclusión, la producción de oxitocina es un proceso altamente especializado que integra señales neuroendocrinas, genéticas y conductuales. Su estudio no solo enriquece nuestra comprensión de la fisiología humana, sino que también abre nuevas vías para intervenciones terapéuticas innovadoras.

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