¿Cuál es la relación de Estados Unidos con China?

Publicado el 27 noviembre, 2024 por Rodrigo Ricardo

La relación entre Estados Unidos y China

La relación entre Estados Unidos y China es una de las más complejas y significativas del mundo contemporáneo. Estos dos países, las mayores economías globales, tienen interacciones que abarcan una amplia gama de temas: comercio, seguridad internacional, tecnología, derechos humanos, y geopolítica. A pesar de ser actores clave en la economía global y compartir muchos intereses en común, sus diferencias políticas, ideológicas y estratégicas han generado tensiones que moldean las relaciones internacionales en el siglo XXI.

A continuación, exploramos los aspectos más relevantes de esta relación multifacética.

1. Orígenes y Evolución de la Relación

La relación entre Estados Unidos y China ha pasado por varias fases, desde la desconfianza y el aislamiento hasta la cooperación y las tensiones crecientes en las últimas décadas. A principios del siglo XX, China era un país debilitado por la guerra civil y la invasión extranjera. Durante la mayor parte de la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y China compartieron una alianza contra el Imperio Japonés, pero las relaciones no fueron particularmente estrechas.

Después de la Revolución China en 1949, que dio lugar a la formación de la República Popular China bajo el liderazgo de Mao Zedong, las relaciones con Estados Unidos se deterioraron. Durante la Guerra Fría, China se alineó con el bloque comunista liderado por la Unión Soviética, mientras que Estados Unidos lideraba el bloque occidental. Este período estuvo marcado por tensiones, incluida la Guerra de Corea (1950-1953), en la que China luchó del lado del régimen comunista norcoreano contra las fuerzas de las Naciones Unidas, lideradas por Estados Unidos.

La relación comenzó a cambiar en la década de 1970. En 1972, Richard Nixon, presidente de Estados Unidos, realizó una histórica visita a China, lo que marcó el comienzo de un proceso de apertura y normalización de las relaciones. El Comunicado de Shanghái de 1972 estableció las bases para un mayor diálogo entre ambas naciones, que culminaría en 1979 con el establecimiento de relaciones diplomáticas formales.

2. El Pilar Comercial: Una Interdependencia Creciente

A lo largo de las décadas siguientes, las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China crecieron exponencialmente. China, inicialmente una economía cerrada y centralizada bajo el control estatal, comenzó a abrirse al comercio internacional y a adoptar algunas reformas económicas en la década de 1980 bajo el liderazgo de Deng Xiaoping. Estas reformas dieron lugar a una rápida expansión económica y una mayor integración de China en la economía global.

En 2001, China se unió a la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que consolidó aún más su papel en la economía mundial y facilitó su integración en las cadenas de suministro globales. Estados Unidos se benefició enormemente de la relación comercial con China, con millones de consumidores chinos que se sumaron a los mercados internacionales. China, a su vez, se benefició del acceso a tecnología avanzada y a mercados más abiertos.

Para Estados Unidos, China se convirtió en uno de sus principales socios comerciales, aunque la relación ha sido marcada por desequilibrios. China ha sido durante años el mayor acreedor de Estados Unidos, manteniendo grandes cantidades de bonos del Tesoro estadounidense. Esta relación financiera también ha creado una fuerte interdependencia entre las dos economías.

Sin embargo, en las últimas décadas, las tensiones comerciales han aumentado. En particular, Estados Unidos ha señalado preocupaciones sobre el déficit comercial con China, que ha alcanzado cifras récord. Las acusaciones de prácticas comerciales desleales, como el robo de propiedad intelectual, el dumping (venta de productos a precios por debajo del costo) y las restricciones al acceso de empresas extranjeras al mercado chino, han sido puntos de fricción.

Bajo la administración de Donald Trump, las tensiones comerciales escalaron significativamente, con la imposición de aranceles a productos chinos y el inicio de una guerra comercial. El conflicto generó incertidumbre en los mercados globales y afectó a las cadenas de suministro internacionales. Aunque el presidente Joe Biden asumió el cargo en 2021, las tensiones comerciales con China continúan siendo un tema central de la política exterior estadounidense.

3. Seguridad y Geopolítica: Rivalidad y Cooperación

La relación entre Estados Unidos y China no solo está marcada por cuestiones comerciales, sino también por la competencia geopolítica. China ha experimentado una expansión significativa de su influencia, especialmente en Asia-Pacífico, lo que ha generado preocupación en Washington. La creciente militarización del Mar de China Meridional, la construcción de islas artificiales y el despliegue de armas avanzadas en esta región han sido puntos de contención, ya que Estados Unidos y sus aliados consideran que China está desafiando el derecho internacional y las normas de libre navegación.

En cuanto a la cuestión de Taiwán, el gobierno de China considera a la isla como parte de su territorio y ha expresado su intención de reunificarla con el continente, incluso con el uso de la fuerza si es necesario. Para Estados Unidos, la defensa de Taiwán es una cuestión de gran importancia estratégica y moral, y aunque no mantiene relaciones diplomáticas oficiales con Taiwán, está comprometido a suministrar a la isla armas defensivas para su autodefensa. Las tensiones sobre Taiwán son uno de los temas más delicados de la relación, con cada país involucrado en una intensa competencia para moldear el orden internacional.

La relación también está influenciada por el creciente poder militar de China. En este contexto, Estados Unidos ha intensificado su presencia en la región del Indo-Pacífico, fortaleciendo alianzas con países como Japón, Australia y India, a través de acuerdos como el Quad (Diálogo de Seguridad Cuadrilateral). Estos esfuerzos están orientados a contrarrestar la creciente influencia china en la región.

4. Tecnología y Ciberseguridad: La Guerra Tecnológica

La tecnología es otro campo clave de la relación entre Estados Unidos y China. China ha avanzado enormemente en áreas como la inteligencia artificial, las redes 5G, la robótica y las fintech. Empresas como Huawei, Tencent y Alibaba han llevado a China a la vanguardia de la innovación tecnológica, mientras que la tecnología china también ha generado preocupación en Estados Unidos, especialmente en cuanto a la seguridad cibernética y la protección de datos.

Estados Unidos ha tomado medidas para frenar la expansión de empresas tecnológicas chinas en su territorio y en los mercados internacionales. El caso más emblemático fue la decisión de Trump de prohibir a Huawei el acceso a componentes tecnológicos avanzados de empresas estadounidenses, lo que dificultó su desarrollo en el sector de las telecomunicaciones 5G. Además, el gobierno de Estados Unidos ha acusado a China de llevar a cabo ciberataques y de robar propiedad intelectual estadounidense para avanzar en su desarrollo tecnológico.

Por su parte, China ha buscado independizarse de la tecnología extranjera, fomentando el desarrollo de sus propias capacidades en sectores clave como la tecnología de semiconductores, y ha acusado a Estados Unidos de prácticas desleales para frenar su ascenso.

5. Derechos Humanos y Valores Ideológicos: Un Choque de Sistemas

Las diferencias ideológicas entre Estados Unidos y China han sido un punto constante de fricción. Estados Unidos ha criticado a China por sus violaciones de los derechos humanos, especialmente en relación con la represión en Xinjiang, donde se acusa a China de cometer abusos contra la minoría uyghur, y en Hong Kong, donde las autoridades chinas han tomado medidas drásticas contra las libertades políticas tras las protestas de 2019.

El gobierno chino, por su parte, defiende su modelo de gobernanza autoritaria y acusa a Estados Unidos de interferir en sus asuntos internos. Beijing ha promovido un enfoque alternativo a la democracia liberal, argumentando que su sistema ha sido clave para el desarrollo económico y la estabilidad del país.

La rivalidad ideológica se refleja también en la competencia por la influencia global, donde ambos países buscan promover su modelo político y económico en otras partes del mundo, especialmente en África, Latinoamérica y Asia.

6. Conclusión: Una Relación de Rivalidad y Cooperación

La relación entre Estados Unidos y China es una de rivalidad y cooperación simultáneas. Si bien comparten intereses comerciales y una profunda interdependencia económica, también están inmersos en una competencia geopolítica que afecta a varias regiones del mundo. El enfrentamiento por el liderazgo global, en especial en áreas como la tecnología, la seguridad y el modelo político, continuará siendo un factor importante en su interacción.

A medida que China sigue ascendiendo como una potencia global, y Estados Unidos mantiene su liderazgo mundial, la relación entre ambas potencias será clave para dar forma a la política internacional y resolver los desafíos globales del futuro.

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