¿Cuáles fueron las primeras civilizaciones en habitar la península ibérica?

Publicado el 25 noviembre, 2024 por Rodrigo Ricardo

Las primeras civilizaciones en habitar la península ibérica

La península ibérica, situada en el extremo suroccidental de Europa, ha sido el hogar de diversas civilizaciones a lo largo de milenios. Su ubicación estratégica y recursos naturales atrajeron a pueblos que dejaron un legado cultural, arquitectónico y social profundo. A continuación, exploramos las primeras civilizaciones que habitaron esta región.


1. Los primeros habitantes: los grupos prehistóricos

Los primeros pobladores de la península ibérica llegaron hace aproximadamente 1.2 millones de años, como lo evidencian los restos encontrados en yacimientos como Atapuerca (Burgos). Estos primeros homínidos, incluidos los Homo antecessor y los neandertales, vivían de la caza, la recolección y el aprovechamiento de recursos naturales.

Con el desarrollo del Homo sapiens, hacia el 40,000 a.C., se inició el Paleolítico Superior, caracterizado por la aparición de arte rupestre en cuevas como Altamira (Cantabria) y otros sitios de gran valor arqueológico.


2. La revolución neolítica

Con la llegada del Neolítico (alrededor del 5,000 a.C.), la península experimentó cambios significativos. Se desarrollaron la agricultura, la ganadería y los primeros asentamientos permanentes. Estos grupos comenzaron a producir cerámicas y herramientas más avanzadas, evidenciando un salto en la organización social.

El fenómeno megalítico, como los dólmenes y menhires, destaca en este periodo, con estructuras como el Dolmen de Menga (Málaga) que indican una compleja comprensión del espacio y la religiosidad.


3. La Edad del Bronce y las primeras culturas organizadas

Durante la Edad del Bronce (2,500-800 a.C.), surgieron culturas más avanzadas en la península:

  • La cultura de Los Millares (3,000-2,000 a.C.): Ubicada en el sureste, destacó por su economía agrícola y fortificaciones. Los Millares establecieron un modelo de organización social compleja y habilidades metalúrgicas tempranas.
  • El Argar (2,200-1,500 a.C.): Esta cultura, heredera de Los Millares, se desarrolló principalmente en el sudeste. Fue pionera en la producción de bronce y en la jerarquización social, con prácticas funerarias que reflejaban diferencias de clase.

4. Las influencias orientales: tartesios y fenicios

En la Edad del Hierro (alrededor de 1,000 a.C.), la península empezó a interactuar con civilizaciones del Mediterráneo oriental.

  • Tartessos: Considerada la primera civilización de la península, se desarrolló en la actual Andalucía. Según fuentes como Estrabón y Heródoto, Tartessos fue un reino rico en metales preciosos, con una destacada cultura comercial y artística. La conexión con los fenicios impulsó su desarrollo.
  • Fenicios y griegos: Estos pueblos, atraídos por los recursos minerales de la península, fundaron colonias comerciales como Gadir (actual Cádiz) y Emporion (actual Ampurias). Su llegada marcó el inicio del contacto directo con el mundo mediterráneo, introduciendo la escritura, técnicas agrícolas avanzadas y productos como el vino y el aceite.

5. Los íberos y los celtas: identidades autóctonas

  • Los íberos: Poblaron la costa mediterránea desde el sur hasta el noreste. Su cultura, influida por los contactos con fenicios y griegos, destacó por su arte escultórico, como la famosa Dama de Elche. Los íberos desarrollaron sociedades urbanas y un sistema de escritura propio.
  • Los celtas: De origen indoeuropeo, se asentaron principalmente en el interior y el norte de la península. Se organizaron en tribus y practicaron la metalurgia del hierro, dejando un legado en castros fortificados como los de Galicia.

La interacción entre íberos y celtas dio lugar a los celtíberos, una cultura mixta que ocupó gran parte del centro de la península.


Conclusión

Las primeras civilizaciones de la península ibérica reflejan una rica diversidad cultural, marcada por la interacción entre pueblos autóctonos y extranjeros. Desde los primeros grupos prehistóricos hasta las complejas sociedades íberas y celtas, el territorio se configuró como un crisol de culturas que sentaron las bases de la historia y el legado de esta región.

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