El Eternauta: Una Obra Maestra de la Historieta Argentina

Publicado el 7 mayo, 2025 por Rodrigo Ricardo

El Impacto Cultural de El Eternauta

El Eternauta es una de las historietas más influyentes de Argentina y de toda Latinoamérica. Creada por el guionista Héctor Germán Oesterheld y el dibujante Francisco Solano López, esta obra no solo revolucionó el género de ciencia ficción en el cómic, sino que también se convirtió en un símbolo de resistencia política durante los años de represión en Argentina. Publicada por primera vez en 1957 en la revista Hora Cero Semanal, la historia sigue las peripecias de Juan Salvo, un hombre común que se ve envuelto en una invasión extraterrestre en Buenos Aires. Lo que comienza como una simple noche de juego con amigos se transforma en una lucha por la supervivencia de la humanidad. La narrativa de Oesterheld combina elementos de ciencia ficción con una profunda reflexión sobre la condición humana, la solidaridad y la lucha contra la opresión, temas que resonaron fuertemente en el contexto político de la época.

Además de su calidad literaria y gráfica, El Eternauta adquirió un significado aún más profundo debido al trágico destino de su creador. Oesterheld, quien fue secuestrado y desaparecido por la dictadura militar argentina en 1977, convirtió su obra en un legado de resistencia. La historieta, inicialmente concebida como entretenimiento, terminó siendo interpretada como una metáfora de la lucha contra el autoritarismo. Los “Ellos”, los invasores alienígenas que controlan a los humanos a través de cascos, fueron vistos como una representación de las fuerzas opresoras que gobernaban Argentina en esos años. Esta dualidad entre ficción y realidad ha hecho que El Eternauta trascienda el ámbito del cómic para convertirse en un símbolo cultural y político.

A lo largo de los años, la historieta ha sido reeditada, adaptada y homenajeada en múltiples formatos, desde nuevas versiones gráficas hasta obras teatrales y referencias en la cultura popular. Su influencia se extiende más allá de Argentina, inspirando a generaciones de artistas y escritores en toda América Latina. La combinación de una trama apasionante, personajes memorables y un trasfondo político relevante ha asegurado que El Eternauta siga siendo una obra vigente, más de seis décadas después de su primera publicación.


La Trama: Una Invasión Extraterrestre en Buenos Aires

La historia de El Eternauta comienza con un narrador que recibe la visita de un hombre llamado Juan Salvo, quien se autodenomina “el Eternauta”. Salvo le relata cómo, durante una noche de juego con sus amigos, una extraña nevada tóxica cubre Buenos Aires, matando a todo aquel que entra en contacto con ella. Salvo, su amigo Favalli, su suegro Franco y otros sobrevivientes se ven obligados a improvisar trajes de protección con materiales caseros para poder salir a la calle y buscar respuestas. Pronto descubren que la Tierra está siendo invadida por fuerzas extraterrestres, que utilizan criaturas y máquinas de guerra para someter a la humanidad.

Uno de los elementos más fascinantes de la trama es la estructura en capas de la invasión. Los primeros enemigos que enfrentan los protagonistas son los “cascarudos”, criaturas blindadas que atacan sin piedad. Sin embargo, pronto se dan cuenta de que estos seres son solo herramientas de una raza superior, los “Ellos”, que manipulan los eventos desde las sombras. La lucha de Salvo y sus compañeros no es solo contra monstruos alienígenas, sino contra un sistema de opresión diseñado para exterminar o esclavizar a la humanidad. Esta complejidad narrativa elevó El Eternauta por encima de las historietas convencionales de la época, ofreciendo una crítica velada al imperialismo y al autoritarismo.

A medida que avanzan, los personajes deben tomar decisiones difíciles, y muchos de ellos mueren en el proceso. La muerte de Favalli, por ejemplo, es un momento clave que muestra el costo humano de la resistencia. A diferencia de los héroes invencibles de otras historias, los personajes de El Eternauta son vulnerables, lo que añade realismo y tensión a la narrativa. Finalmente, Salvo logra escapar de la Tierra usando una máquina del tiempo, pero termina atrapado en un viaje eterno a través de diferentes dimensiones, de ahí su nombre: el Eternauta. Este final abierto permitió secuelas y reinterpretaciones, aunque ninguna igualó la fuerza de la obra original.


Análisis de los Personajes: Humanidad en Tiempos de Crisis

Juan Salvo, el protagonista, es un hombre común que se convierte en líder por circunstancias extremas. A diferencia de los superhéroes tradicionales, no tiene habilidades especiales, sino que depende de su ingenio, valentía y sentido de comunidad. Su evolución a lo largo de la historia refleja la capacidad humana de adaptarse y resistir incluso en las peores condiciones. Franco, su suegro, representa la sabiduría y la experiencia, mientras que Favalli encarna el idealismo y el sacrificio. Cada personaje tiene un rol definido, pero ninguno es superfluo; todos contribuyen a la narrativa de manera significativa.

Otro aspecto destacable es la representación de la solidaridad como arma contra la opresión. Los personajes no luchan solo por su supervivencia individual, sino como un grupo unido. Esta idea de colectividad fue uno de los pilares del mensaje político de Oesterheld, quien creía en la fuerza de la organización popular. En contraste, los invasores representan la deshumanización y el control absoluto, temas que adquirieron un significado aún más oscuro durante la dictadura argentina.

El Legado Político de Oesterheld: Una Historieta como Símbolo de Resistencia

La figura de Héctor Germán Oesterheld no puede separarse del contexto histórico en el que vivió y creó El Eternauta. Militante de izquierda y comprometido con las luchas sociales, Oesterheld impregnó su obra de un mensaje político que, con el tiempo, se volvió profético. Durante los años 70, Argentina vivió una de sus épocas más oscuras bajo la dictadura cívico-militar, donde la censura, las desapariciones forzadas y el terrorismo de estado eran moneda corriente. Oesterheld, junto con sus cuatro hijas y sus yernos, fue secuestrado y asesinado por el régimen, convirtiéndose en una de las víctimas más emblemáticas de ese período.

Esta tragedia personal añadió capas de significado a El Eternauta. Los “Ellos”, los invasores alienígenas que controlan a la humanidad mediante cascos que anulan su voluntad, fueron reinterpretados como una metáfora de los mecanismos de opresión de la dictadura. La resistencia de Salvo y sus compañeros se leyó entonces como un llamado a la lucha colectiva contra la tiranía. Incluso el final abierto, donde Salvo vaga eternamente entre dimensiones, adquirió un tono más sombrío: una alegoría del exilio y la búsqueda incansable de justicia en un mundo dominado por fuerzas inhumanas.

La obra trascendió el ámbito de la historieta para convertirse en un ícono de la cultura popular argentina. Durante la última dictadura, copias de El Eternauta circulaban clandestinamente, leídas en secreto como un acto de rebeldía. Hoy, murales y grafitis inspirados en la historieta pueden verse en las calles de Buenos Aires, especialmente en el barrio de La Boca, donde un famoso mural de Juan Salvo con su traje antiflama y su máscara de oxígeno se ha vuelto un símbolo de memoria y resistencia.


Adaptaciones y Secuelas: La Expansión de un Universo

A lo largo de las décadas, El Eternauta ha sido reinterpretado y expandido en múltiples formatos, aunque ninguna versión ha logrado igualar la fuerza de la original. En 1969, Oesterheld y Solano López publicaron una segunda parte, pero debido a diferencias creativas, la historia quedó inconclusa. Años más tarde, en 1976, Oesterheld reescribió el guion con dibujos de Alberto Breccia, en una versión más explícitamente política, donde los invasores representaban claramente al imperialismo norteamericano. Sin embargo, esta adaptación fue censurada y nunca se completó.

En el siglo XXI, el interés por El Eternauta resurgió con nuevas ediciones y proyectos ambiciosos. En 2015, se estrenó una versión animada en formato de cortometraje, y desde entonces se ha hablado de una posible serie o película, aunque hasta ahora ningún proyecto ha llegado a concretarse. Además, en 2017, el dibujante Pablo Mairelle y el guionista Pol D. realizaron una secuela oficial titulada El Eternauta: Odio Cósmico, que explora el destino de Juan Salvo en su viaje interdimensional.

A pesar de estas adaptaciones, muchos fans consideran que la esencia de la obra está en su primera versión, donde la combinación de ciencia ficción, drama humano y crítica social alcanza su punto más alto. Cualquier intento de modernizar o expandir el universo de El Eternauta debe lidiar con el peso de su legado, lo que lo convierte en un desafío creativo enorme.


Influencia en la Cultura Popular: Un Ícono Latinoamericano

El impacto de El Eternauta va más allá de Argentina. En países como Chile, México y España, la historieta ha sido reeditada y estudiada como un ejemplo de narrativa gráfica comprometida. Autores como Alan Moore y Neil Gaiman han reconocido su influencia, destacando su capacidad para mezclar lo cotidiano con lo fantástico.

En el ámbito musical, bandas de rock argentino como Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota hicieron referencias a la obra en sus letras, mientras que artistas urbanos la han tomado como inspiración para murales y grafitis. Incluso en el activismo político, la imagen de Juan Salvo con su máscara antigás ha sido utilizada en manifestaciones, simbolizando la lucha contra la opresión en todas sus formas.


Conclusión: Por Qué El Eternauta Sigue Vigente

Más de sesenta años después de su publicación, El Eternauta sigue siendo una obra profundamente relevante. Su mezcla de ciencia ficción, drama humano y crítica política la convierte en una historia universal, capaz de resonar en diferentes contextos históricos. La invasión extraterrestre puede leerse como una metáfora de las dictaduras latinoamericanas, del colonialismo o incluso de las amenazas ecológicas actuales.

Pero más allá de su mensaje, El Eternauta perdura por su calidad narrativa y gráfica. Oesterheld y Solano López crearon personajes memorables, escenas llenas de tensión y un mundo que, pese a lo fantástico, resulta inquietantemente real. En una época donde las historietas suelen ser vistas como entretenimiento ligero, El Eternauta demuestra que el cómic puede ser arte, resistencia y reflexión filosófica al mismo tiempo.

Mientras existan opresores y oprimidos, mientras la humanidad enfrente crisis que demanden solidaridad y coraje, El Eternauta seguirá siendo una lectura necesaria. No solo como un clásico de la historieta, sino como un recordatorio de que, incluso en el peor de los mundos posibles, la resistencia nunca es en vano.

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