El Reinado de Alfonso XII: La Restauración Borbónica en España (1874-1885)

Publicado el 7 marzo, 2025 por Rodrigo Ricardo

El reinado de Alfonso XII (1874-1885) marca un período crucial en la historia de España, conocido como la Restauración Borbónica. Este periodo se caracterizó por la estabilidad política tras el turbulento Sexenio Democrático (1868-1874), que incluyó la Revolución de 1868, el reinado de Amadeo I de Saboya y la efímera Primera República Española. Alfonso XII, hijo de Isabel II, fue proclamado rey con el objetivo de restaurar la monarquía y consolidar un sistema político estable. Su reinado, aunque breve, sentó las bases para un régimen que perduraría hasta 1931.

Contexto Histórico: La Caída de Isabel II y el Sexenio Democrático

Para entender el reinado de Alfonso XII, es necesario remontarse a los acontecimientos que llevaron a su ascenso al trono. Isabel II, su madre, fue destronada en 1868 tras la Revolución de Septiembre, conocida como “La Gloriosa”. Este movimiento revolucionario, liderado por militares y políticos progresistas, puso fin al reinado de Isabel II y abrió un período de inestabilidad política conocido como el Sexenio Democrático.

Durante este período, España experimentó una serie de cambios políticos radicales. En 1869, se promulgó una nueva constitución que establecía una monarquía constitucional, pero no se encontró un candidato adecuado para el trono hasta 1870, cuando Amadeo I de Saboya fue elegido rey. Sin embargo, su reinado fue breve y conflictivo, marcado por la oposición de los carlistas, los republicanos y los partidarios de los Borbones. En 1873, Amadeo I abdicó, y se proclamó la Primera República Española.

La Primera República, sin embargo, no logró estabilizar el país. En menos de un año, hubo cuatro presidentes diferentes, y el país se vio sumido en una serie de conflictos internos, incluyendo la Tercera Guerra Carlista y la insurrección cantonal. La inestabilidad política y social llevó a muchos a considerar la restauración de la monarquía borbónica como la única solución viable para restaurar el orden.

La Restauración Borbónica: El Manifiesto de Sandhurst

En este contexto, Antonio Cánovas del Castillo, un político conservador y hábil estratega, comenzó a trabajar en la restauración de la monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII. Cánovas entendía que la restauración no podía ser simplemente un retorno al pasado, sino que debía incluir reformas que garantizaran la estabilidad política y social.

En diciembre de 1874, Alfonso XII, que se encontraba exiliado en Francia, emitió el Manifiesto de Sandhurst, llamado así porque fue redactado mientras el príncipe estudiaba en la Academia Militar de Sandhurst en Inglaterra. En este documento, Alfonso se presentó como un monarca constitucional dispuesto a gobernar en colaboración con las Cortes y a respetar las libertades y derechos de los ciudadanos. El manifiesto fue bien recibido por muchos sectores de la sociedad española, que veían en Alfonso una figura capaz de unir al país y poner fin a la inestabilidad.

El 29 de diciembre de 1874, el general Arsenio Martínez Campos proclamó a Alfonso XII como rey de España en Sagunto, en un acto conocido como el Pronunciamiento de Sagunto. Este golpe de estado, apoyado por el ejército y los sectores conservadores, puso fin a la Primera República y dio inicio a la Restauración Borbónica.

El Reinado de Alfonso XII: Estabilidad y Reformas

El reinado de Alfonso XII se caracterizó por la búsqueda de la estabilidad política y social, así como por la consolidación de un sistema político basado en el turno pacífico de partidos. Cánovas del Castillo, como principal artífice de la Restauración, diseñó un sistema político conocido como el “turnismo”, en el que los dos principales partidos, el Partido Conservador (liderado por Cánovas) y el Partido Liberal (liderado por Práxedes Mateo Sagasta), se alternaban en el poder de manera pacífica.

Este sistema, aunque criticado por su falta de representatividad y por el caciquismo que generó, permitió una estabilidad política que España no había disfrutado en décadas. Las elecciones eran manipuladas para garantizar la alternancia en el poder, y el caciquismo (el control de las zonas rurales por parte de caciques locales) aseguraba que los resultados electorales fueran favorables al partido en el poder.

Durante su reinado, Alfonso XII llevó a cabo una serie de reformas destinadas a modernizar el país y consolidar la monarquía constitucional. En 1876, se promulgó una nueva constitución, conocida como la Constitución de 1876, que establecía un sistema político basado en la soberanía compartida entre el rey y las Cortes. Esta constitución, que estuvo en vigor hasta 1931, fue un compromiso entre los principios liberales y conservadores, y permitió una cierta flexibilidad en la interpretación de las leyes.

La Pacificación del País: El Fin de la Tercera Guerra Carlista y la Guerra de Cuba

Uno de los principales logros del reinado de Alfonso XII fue la pacificación del país, que se encontraba sumido en una serie de conflictos internos. La Tercera Guerra Carlista, que había comenzado en 1872, fue finalmente derrotada en 1876. Los carlistas, partidarios de Carlos VII, habían luchado por restaurar una monarquía tradicionalista y católica, pero fueron derrotados por las fuerzas leales a Alfonso XII. La derrota carlista permitió consolidar el poder del gobierno central y poner fin a una de las principales fuentes de inestabilidad en el país.

Otro conflicto que marcó el reinado de Alfonso XII fue la Guerra de los Diez Años en Cuba (1868-1878), que había comenzado durante el Sexenio Democrático. Aunque la guerra terminó oficialmente en 1878 con el Pacto de Zanjón, que prometía reformas en la isla, el conflicto no se resolvió de manera definitiva, y las tensiones entre España y Cuba continuaron durante las siguientes décadas.

La Política Exterior: El Congreso de Berlín y las Relaciones Internacionales

En el ámbito internacional, el reinado de Alfonso XII estuvo marcado por un intento de recuperar el prestigio internacional de España, que se había visto gravemente afectado por los conflictos internos y la pérdida de influencia en el escenario global. Uno de los principales eventos de la política exterior durante este período fue la participación de España en el Congreso de Berlín (1878), donde se discutió el futuro de los Balcanes tras la guerra ruso-turca.

Aunque España no desempeñó un papel central en el congreso, su participación fue un intento de reafirmar su posición como potencia europea. Sin embargo, la política exterior de Alfonso XII se vio limitada por la debilidad económica y militar del país, que dificultó cualquier intento de expansión o intervención en el exterior.

La Vida Personal de Alfonso XII: Matrimonio y Descendencia

La vida personal de Alfonso XII también fue objeto de interés público. En 1878, se casó con su prima María de las Mercedes de Orleans, en una unión que fue muy popular entre el pueblo español. Sin embargo, la felicidad del matrimonio fue breve, ya que María de las Mercedes falleció de tuberculosis apenas cinco meses después de la boda. La muerte de la reina conmocionó al país y sumió al rey en una profunda tristeza.

En 1879, Alfonso XII contrajo matrimonio con María Cristina de Habsburgo-Lorena, con quien tuvo tres hijos: María de las Mercedes, María Teresa y Alfonso XIII. Este último nació póstumamente, ya que Alfonso XII falleció en 1885, a la edad de 27 años, víctima de la tuberculosis.

La Muerte de Alfonso XII y el Legado de su Reinado

La muerte de Alfonso XII en 1885 marcó el fin de un reinado breve pero significativo. Aunque su reinado fue corto, logró consolidar la monarquía constitucional y sentar las bases para un período de estabilidad política que duraría hasta el siglo XX. Su sucesor, Alfonso XIII, nació después de su muerte, lo que llevó a la regencia de su viuda, María Cristina de Habsburgo-Lorena, hasta que el joven rey alcanzó la mayoría de edad.

El legado de Alfonso XII es complejo. Por un lado, su reinado permitió la consolidación de un sistema político estable, basado en el turnismo y la alternancia pacífica de partidos. Por otro lado, este sistema fue criticado por su falta de representatividad y por el caciquismo que generó. Además, aunque logró pacificar el país y poner fin a la Tercera Guerra Carlista, no resolvió de manera definitiva los conflictos en Cuba, que estallarían nuevamente en 1895.

Conclusión

El reinado de Alfonso XII (1874-1885) fue un período de transición y consolidación en la historia de España. Tras el turbulento Sexenio Democrático, Alfonso XII logró restaurar la monarquía borbónica y establecer un sistema político estable, basado en el turnismo y la alternancia pacífica de partidos. Aunque su reinado fue breve, sentó las bases para un período de estabilidad política que duraría hasta el siglo XX. Sin embargo, el sistema político de la Restauración también tuvo sus limitaciones, y los conflictos en Cuba y el caciquismo en las zonas rurales fueron problemas que persistieron durante las siguientes décadas. En definitiva, el reinado de Alfonso XII fue un período crucial en la historia de España, que marcó el inicio de una nueva era en la política y la sociedad española.

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Rodrigo Ricardo

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