El Reinado de Fernando VI de España (1746-1759): Una Época de Reformas y Neutralidad

Publicado el 7 marzo, 2025 por Rodrigo Ricardo

Introducción

Fernando VI de Borbón, segundo hijo de Felipe V y de su primera esposa, María Luisa Gabriela de Saboya, ascendió al trono de España en 1746 tras la muerte de su padre. Su reinado, que se extendió hasta 1759, ha sido frecuentemente eclipsado por los periodos más turbulentos y expansivos de sus predecesores y sucesores. Sin embargo, el gobierno de Fernando VI representó un momento crucial en la historia de España, caracterizado por una política exterior de neutralidad, una serie de reformas internas significativas y un esfuerzo por sanear la economía del país. Este artículo explora los aspectos más destacados de su reinado, analizando su política exterior, las reformas internas, su relación con la Iglesia y su legado en la historia de España.

Contexto Histórico

Para comprender el reinado de Fernando VI, es esencial situarlo en el contexto de la España del siglo XVIII. Tras la Guerra de Sucesión Española (1701-1714), Felipe V, el primer rey Borbón de España, había establecido una monarquía centralizada y había iniciado un proceso de reformas inspiradas en el modelo francés. Sin embargo, las continuas guerras y conflictos internacionales habían dejado al país en una situación económica precaria. Fernando VI heredó un reino que necesitaba paz y estabilidad para recuperarse.

Política Exterior: La Neutralidad como Estrategia

Uno de los aspectos más destacados del reinado de Fernando VI fue su política exterior, marcada por una firme neutralidad. A diferencia de su padre, quien había involucrado a España en numerosos conflictos internacionales, Fernando VI optó por mantener al país al margen de las guerras europeas. Esta decisión fue influenciada en gran medida por su principal consejero, José de Carvajal y Lancaster, quien abogaba por una política de equilibrio y no intervención.

La neutralidad de Fernando VI se manifestó claramente durante la Guerra de Sucesión Austríaca (1740-1748) y la posterior Guerra de los Siete Años (1756-1763). Aunque España había participado en la primera durante el reinado de Felipe V, Fernando VI se negó a involucrarse en la segunda, a pesar de las presiones de otras potencias europeas. Esta política de neutralidad permitió a España concentrarse en sus problemas internos y evitar el desgaste económico y militar que suponían los conflictos bélicos.

Sin embargo, la neutralidad no significó un aislamiento completo. Fernando VI mantuvo relaciones diplomáticas con otras potencias, especialmente con Francia y Gran Bretaña. En 1753, firmó el Concordato de 1753 con la Santa Sede, que reforzó el control de la Corona sobre la Iglesia en España y limitó la influencia del papado en los asuntos internos del país. Este acuerdo fue un logro significativo en la política exterior de Fernando VI, ya que consolidó la autoridad real y sentó las bases para futuras reformas eclesiásticas.

Reformas Internas: La Reorganización del Estado

El reinado de Fernando VI también se caracterizó por una serie de reformas internas destinadas a modernizar y fortalecer el Estado español. Estas reformas fueron impulsadas por un grupo de ministros competentes, entre los que destacaron el Marqués de la Ensenada y José de Carvajal.

Uno de los aspectos más importantes de estas reformas fue la reorganización de la Hacienda Real. El Marqués de la Ensenada, como secretario de Hacienda, implementó una serie de medidas destinadas a aumentar los ingresos del Estado y reducir el déficit fiscal. Entre estas medidas se encontraba la realización del Catastro de Ensenada, un ambicioso proyecto de recopilación de información sobre las propiedades y riquezas de los súbditos con el objetivo de establecer un sistema impositivo más justo y eficiente. Aunque el Catastro no se completó en su totalidad, sentó las bases para futuras reformas fiscales.

Además de las reformas fiscales, Fernando VI y sus ministros llevaron a cabo una serie de iniciativas para fomentar el desarrollo económico del país. Se promovió la agricultura, la industria y el comercio, y se realizaron esfuerzos para mejorar las infraestructuras, como la construcción de carreteras y canales. También se fomentó la creación de manufacturas reales, que producían bienes de lujo y estratégicos para el Estado.

En el ámbito militar, se realizaron esfuerzos para modernizar el ejército y la armada. Se construyeron nuevos barcos y se mejoraron las fortificaciones en las costas y fronteras. Estas reformas militares tenían como objetivo garantizar la defensa del país y mantener su posición como potencia marítima.

Relación con la Iglesia: El Concordato de 1753

La relación entre la Corona y la Iglesia fue otro aspecto clave del reinado de Fernando VI. Durante el siglo XVIII, la Iglesia católica seguía siendo una institución poderosa en España, con una influencia significativa en la política y la sociedad. Sin embargo, los reyes Borbones buscaron limitar el poder de la Iglesia y aumentar el control real sobre los asuntos eclesiásticos.

El Concordato de 1753 fue un hito importante en este proceso. Este acuerdo entre la Corona española y la Santa Sede otorgó al rey un mayor control sobre el nombramiento de obispos y otros cargos eclesiásticos, así como sobre los ingresos de la Iglesia. Además, el Concordato estableció que los bienes de la Iglesia estarían sujetos a impuestos, lo que contribuyó a aumentar los ingresos del Estado.

El Concordato de 1753 fue un logro significativo para Fernando VI, ya que reforzó la autoridad real y limitó la influencia del papado en los asuntos internos de España. Sin embargo, también generó tensiones con la Iglesia y con algunos sectores de la sociedad que veían con recelo el aumento del poder real sobre las instituciones religiosas.

Cultura y Educación: El Fomento de las Artes y las Ciencias

El reinado de Fernando VI también fue un periodo de florecimiento cultural y científico. El rey y su esposa, Bárbara de Braganza, eran grandes mecenas de las artes y las ciencias, y promovieron la creación de instituciones culturales y educativas.

Una de las iniciativas más destacadas fue la fundación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1752. Esta institución, que sigue existiendo en la actualidad, tenía como objetivo fomentar el estudio y la práctica de las artes en España. También se promovió la creación de bibliotecas y la publicación de obras literarias y científicas.

En el ámbito de la educación, se realizaron esfuerzos para mejorar la calidad de la enseñanza y fomentar el acceso a la educación. Se fundaron nuevas escuelas y se promovió la creación de cátedras en universidades. Además, se fomentó el estudio de las ciencias y las matemáticas, con el objetivo de modernizar el país y prepararlo para los desafíos del futuro.

La Muerte de Fernando VI y su Legado

Fernando VI falleció el 10 de agosto de 1759, tras una larga enfermedad que lo había sumido en una profunda depresión. Su muerte marcó el fin de un reinado que, aunque menos espectacular que el de sus predecesores y sucesores, fue crucial para la historia de España.

El legado de Fernando VI es complejo y multifacético. Por un lado, su política de neutralidad permitió a España disfrutar de un periodo de paz y estabilidad que facilitó la recuperación económica y la implementación de reformas internas. Por otro lado, su reinado sentó las bases para las reformas más ambiciosas que llevarían a cabo sus sucesores, especialmente Carlos III.

Sin embargo, el reinado de Fernando VI también tuvo sus limitaciones. Aunque se realizaron esfuerzos para modernizar el país, muchas de las reformas no llegaron a completarse o no tuvieron el impacto esperado. Además, la política de neutralidad, aunque beneficiosa a corto plazo, limitó la capacidad de España para influir en los asuntos internacionales y mantener su posición como potencia global.

Conclusión

El reinado de Fernando VI de España (1746-1759) fue un periodo de transición y consolidación en la historia del país. Aunque a menudo eclipsado por los reinados más expansivos de sus predecesores y sucesores, el gobierno de Fernando VI fue crucial para sentar las bases de la España moderna. Su política de neutralidad, sus reformas internas y su relación con la Iglesia contribuyeron a crear un clima de estabilidad y progreso que permitió al país recuperarse de las crisis anteriores y prepararse para los desafíos del futuro.

Fernando VI puede no ser recordado como uno de los reyes más carismáticos o visionarios de la historia de España, pero su reinado fue, sin duda, un momento clave en la evolución del país. En un siglo marcado por los cambios y las transformaciones, Fernando VI supo guiar a España por un camino de moderación y reforma, sentando las bases para el florecimiento cultural, económico y político que caracterizaría el reinado de su sucesor, Carlos III.

Author

Rodrigo Ricardo

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