Evidencia fósil: definición y descripción general

Publicado el 3 noviembre, 2020

Evidencia fósil

Los fósiles son esencialmente pistas que han dejado varias formas de seres vivos. Son herramientas fundamentales para comprender los diversos grupos de organismos que han habitado nuestro planeta en un momento u otro. Un fósil es cualquier evidencia conservada de un organismo. Las plantas, los animales e incluso las bacterias pueden formar fósiles de alguna forma.

Aunque hay una rica diversidad de fósiles, y cada día se descubren más, la historia de los fósiles es como un libro al que le faltan muchas páginas. Se estima que aproximadamente el 99% de las especies que alguna vez existieron se han extinguido. Solo un pequeño porcentaje de esos organismos se han conservado como fósiles o se han descubierto.

Tipos de evidencia fósil

¿Por qué hay tan pocos fósiles en relación con la cantidad de especies que han existido? Es muy probable que se deba a que los organismos se descomponen antes de que tengan la posibilidad de fosilizarse. Solo se conservan los organismos que se entierran rápidamente en el sedimento después de su muerte.

Existen numerosos tipos de evidencia fósil que han dejado los organismos. Algunos de los tipos de evidencia fósil comúnmente utilizados por los científicos incluyen rastros de fósiles, moldes y moldes, fósiles de reemplazo, fósiles petrificados, ámbar y fósiles de materiales originales.

Un rastro fósil es cualquier evidencia indirecta dejada por un organismo. Ejemplos de rastros de fósiles incluyen huellas, madrigueras y heces fosilizadas que han sido dejadas por organismos. Simplemente dejan evidencia material de que los organismos existieron en lugar de evidencia de la estructura real del organismo.


Esta imagen muestra rastros de fósiles de conchas que alguna vez existieron.
Una imagen de rastros de fósiles.

Los moldes y moldes también son evidencia fósil importante. Los mohos son impresiones de organismos enteros que han quedado atrás. Los moldes son moldes que se han llenado de sedimentos con el tiempo.


Esta imagen muestra un fósil de molde de un trilobite.
Una imagen de un fósil de moho.

Los fósiles de reemplazo son fósiles donde el material original de un organismo se reemplaza con cristales minerales que pueden dejar réplicas detalladas de partes duras o blandas. Estos tipos de fósiles pueden parecer increíblemente realistas y dar a los científicos una mejor imagen visual del organismo.

Los fósiles petrificados se forman cuando los espacios porosos vacíos del organismo se rellenan con minerales que cristalizan. Un ejemplo clásico de esto es la madera petrificada.


Esta imagen muestra un trozo de madera que se ha petrificado.
Una imagen de madera petrificada.

Los fósiles de ámbar se dieron a conocer a la imaginación popular mediante películas que representan dinosaurios. Están compuestos de organismos que se han conservado en la savia de los árboles que se endurecieron con el tiempo hasta convertirse en ámbar.


Este insecto ha sido fosilizado en ámbar.
Una imagen de un fósil de ámbar.

Los fósiles de material original son fósiles de organismos que se han conservado como resultado de la momificación o congelación. Los titulares recientes han sido sobre animales enteros, como mamuts lanudos, que se han encontrado congelados en el hielo ártico. Esto deja todo el organismo preservado para ser estudiado.

Resumen de la lección

Revisemos. Los fósiles son evidencia de organismos que han existido. Los fósiles pueden consistir en pistas sobre el organismo, como sus huellas o heces, o pueden ser parte del organismo, como un hueso u otra parte del cuerpo. Los fósiles dan a los científicos pistas sobre la estructura y el estilo de vida de los organismos.

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