Hiperemia: Definición, causas y síntomas

Publicado el 3 noviembre, 2024 por Rodrigo Ricardo

¿Qué es la hiperemia?

La hiperemia se define como un exceso de flujo sanguíneo a una parte del cuerpo. El término hiperemia se divide en hiper, que significa “exceso”, y emia, que significa “sangre”. El cuerpo ajustará la cantidad de sangre que utiliza para abastecer a determinados tejidos y órganos según sus necesidades.

Causas de la hiperemia

Las causas de la hiperemia se determinan en función de si es activa o pasiva. La hiperemia activa es causada por:

  • Ejercicio: se suministra exceso de sangre a los músculos que trabajan duro.
  • Ciclo menstrual: se requiere un exceso de sangre para restablecer el revestimiento uterino.
  • Fiebre: fluye sangre adicional a la piel para ayudar a reducir la temperatura corporal.
  • Digestión: el tracto gastrointestinal requerirá más sangre para apoyar el trabajo de descomposición de los alimentos y absorción de nutrientes.
  • Inflamación: durante una lesión o infección, el flujo sanguíneo aumenta para suministrar glóbulos blancos como respuesta inmunitaria.

La hiperemia pasiva es causada por:

  • Enfermedad cardíaca: arterias obstruidas o bloqueadas debido a la acumulación de placa.
  • Insuficiencia cardíaca: la sangre se acumula y se acumula en el corazón debilitado.
  • Trombosis (coagulación de la sangre): se pueden formar coágulos de sangre en los vasos sanguíneos y bloquear el flujo sanguíneo. Si el coágulo se desprende y queda atascado en los pulmones o el hígado, puede provocar una embolia (un bloqueo que se produce cuando un objeto en movimiento se atasca en un vaso sanguíneo).

Síntomas de hiperemia

Los signos y síntomas generales de hiperemia incluyen calor y enrojecimiento; sin embargo, la mayoría de los síntomas dependen de la afección subyacente y la causa.

Síntomas de hiperemia activa:

  • Ejercicio y fiebre: sudoración
  • Digestión: sensación de letargo
  • Inflamación: hinchazón y dolor.

Síntomas de hiperemia pasiva:

  • Enfermedad o insuficiencia cardíaca: dificultad para respirar, hinchazón en las extremidades externas, fatiga, pérdida de apetito, taquicardia (aumento de los ritmos cardíacos), tos, sibilancia, náuseas y confusión.
  • Trombosis: hinchazón, dolor, picazón y calambres.

Tratamiento de la hiperemia

Salvo en casos de fiebre, infección o lesión, la hiperemia activa es breve y suele resolverse por sí sola. De lo contrario, mantenerse hidratado, tomar antibióticos según lo prescrito por un médico y mantener un cuidado adecuado de la herida son tratamientos adecuados.

La hiperemia pasiva puede requerir un plan de tratamiento más intenso dada la naturaleza de la causa subyacente:

  • Enfermedad o insuficiencia cardíaca: medicación y cirugía
  • Trombosis: medicación, medias de compresión, cirugía, aumentar la actividad física, mantener una dieta saludable y mantenerse hidratado.

Los medicamentos específicos incluyen:

  • Anticoagulantes: apixabán, dabigatrán y heparina
  • Betabloqueantes (medicamentos que disminuyen la frecuencia cardíaca y la presión arterial): carvedilol, metoprolol y bisoprolol
  • Estatinas (medicamentos que reducen el colesterol): atorvastatina, fluvastatina, pravastatina y simvastatina

Complicaciones por hiperemia

La hiperemia activa no se asocia a complicaciones porque suele producirse como respuesta natural del organismo a un problema inmediato. Incluso en casos como la inflamación, la hiperemia activa ayuda a combatir infecciones y curar heridas.

La hiperemia pasiva suele estar asociada a complicaciones derivadas de una enfermedad específica. La enfermedad cardíaca, la insuficiencia cardíaca y la coagulación pueden provocar:

  • Daños a las válvulas cardíacas
  • Problemas del ritmo cardíaco
  • Enfermedad vascular periférica (EVP): estrechamiento progresivo y crónico de los vasos sanguíneos y linfáticos. La enfermedad arterial periférica (EAP) es una forma de EVP y solo se presenta en las arterias. Los puntajes del ITB por debajo de 0,90 se utilizan para determinar la presencia de EVP.
  • Insuficiencia renal
  • Daño pulmonar
  • Daño hepático
  • Necrosis (muerte de células, tejidos u órganos debido al bajo suministro de sangre)

Durante la insuficiencia cardíaca, el corazón late más rápido para satisfacer la creciente demanda de sangre del cuerpo. A medida que la sangre se acumula en el corazón, la mayor presión daña el tejido y las válvulas cardíacas. Cuanto más daño se produce, el rendimiento del corazón se reduce, lo que aumenta aún más la frecuencia cardíaca a medida que el cuerpo intenta compensar la falta de producción. Además, una acumulación de sangre en el corazón da lugar a acumulaciones en otros órganos importantes. La insuficiencia cardíaca requiere un tratamiento de por vida y, por lo general, empeora en un ciclo perpetuo hasta que el paciente sucumbe a la enfermedad.

Medidas preventivas de la hiperemia

La mayoría de las medidas preventivas se asocian con la hiperemia pasiva debido a su conexión con las enfermedades cardíacas y la trombosis. Ambas afecciones son causadas por complicaciones relacionadas con el flujo sanguíneo inadecuado. El ejercicio constante mueve el cuerpo y estimula el flujo sanguíneo saludable. Los cardiólogos recomiendan hacer ejercicio al menos cinco veces por semana para prevenir activamente la insuficiencia cardíaca. Llevar una dieta saludable ayuda a proporcionar al cuerpo los nutrientes necesarios para una forma y un funcionamiento óptimos. Solicite la ayuda de un nutricionista autorizado o un dietista registrado para desarrollar un plan de alimentación para objetivos y necesidades dietéticas específicas. Beber suficiente agua también ayuda a mantener el volumen sanguíneo adecuado. Si un paciente tiene sobrepeso, es posible que desee buscar la ayuda de un médico para controlar el peso. Tener sobrepeso requiere que el corazón trabaje más en las actividades diarias y físicas. Como siempre, dejar de fumar es un componente curativo importante de casi todas las afecciones o enfermedades.

Resumen de la lección

La hiperemia es el exceso de flujo sanguíneo a una parte del cuerpo. Existen dos tipos principales de hiperemia. La hiperemia activa es una respuesta saludable a una afección o a un aumento de la actividad física. La hiperemia pasiva es anormal y se produce cuando se acumula un exceso de sangre en una zona determinada debido a una enfermedad cardíaca o a una coagulación sanguínea. Los signos y síntomas generales incluyen calor, enrojecimiento, hinchazón, sudoración, frecuencia cardíaca elevada, fatiga, dolor y náuseas. El tratamiento se determina en función de la causa subyacente y puede incluir medicamentos como anticoagulantes, betabloqueantes (para reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca) y estatinas (para reducir el colesterol).

La hiperemia reactiva es un tipo de hiperemia activa en la que un aumento del flujo sanguíneo llena un área que estaba previamente ocluida. Los vasodilatadores expanden el vaso sanguíneo y facilitan que el aumento del volumen de sangre fluya rápidamente. La hiperemia reactiva también se utiliza con fines diagnósticos para comparar la presión arterial entre las extremidades. Entre las personas sanas, la presión sistólica (presión arterial que se produce cuando el corazón se contrae) es más alta en las piernas que en los brazos. Una puntuación de 0,90 o más en la evaluación del índice tobillo-brazo (ITB) se considera saludable. Cualquier valor por debajo de ese valor podría indicar una complicación de la hiperemia pasiva denominada enfermedad vascular periférica (EVP). La EVP es un estrechamiento progresivo y crónico de los vasos sanguíneos y linfáticos. La enfermedad arterial periférica (EAP) es una forma de EVP, pero solo se produce en las arterias. La pletismografía de extremidades es la prueba diagnóstica que mide el volumen sanguíneo.

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