Índice de calidad del aire: definición y usos

¿Qué es el índice de calidad del aire?

El índice de calidad del aire (AQI) es un número que se utiliza para informar la calidad del aire en un día determinado: básicamente le dice qué tan limpio está el aire. Mide partículas y productos químicos en el aire que afectan la salud de las personas (e ignora los que no lo hacen). Los efectos en la salud de la contaminación extrema en lugares como China pueden ser graves. Estos efectos pueden variar desde leves irritaciones, resistencia reducida y problemas respiratorios.

Smog en Nueva York en 1988

Los diferentes países tienen diferentes AQI, por lo que es difícil comparar una ubicación con otra a escala mundial. Algunos países son más conscientes de la seguridad que otros. Estados Unidos utiliza una escala de 500 puntos para informar la calidad del aire. Cualquier calificación entre 0 y 50 se considera buena. Una puntuación entre 51 y 100 indica un nivel moderado de preocupación por la salud. Un número de AQI entre 101 y 150 se considera poco saludable para grupos sensibles como los ancianos o las personas con problemas cardíacos o respiratorios. Las puntuaciones entre 151 y 200 se describen como insalubres, mientras que entre 201 y 300 se consideran muy insalubres. Y finalmente, la calidad del aire en el rango de 301 a 500 se considera peligrosa.

Índice de calidad del aire de EE. UU.

La calidad del aire generalmente disminuye a medida que avanza el día, porque las empresas y los automóviles están liberando cantidades cada vez mayores de contaminación a medida que funcionan. La calidad del aire puede variar según la época del año, pero esto depende del país o ciudad exactos. El invierno puede ser peor en lugares donde se queman grandes cantidades de combustibles fósiles para obtener calor, mientras que el calor del verano puede conducir a niveles más altos de ozono debido a procesos naturales que ocurren en el aire contaminado. La calidad también se ve afectada por el aire estancado, la velocidad del viento y las reacciones químicas entre los contaminantes del aire. Si el aire no se mueve mucho, por ejemplo, la contaminación no se disipará tan rápido.

Sin embargo, el AQI tiene limitaciones: solo registra ciertos productos químicos y no diferencia entre ellos. Por ejemplo, la mezcla exacta de contaminantes tiende a ser diferente en el verano que en el invierno: el monóxido de carbono es común en el invierno, mientras que el ozono es común en el verano. Dado que es una medida general, el AQI no puede decirle qué tan peligrosos son los contaminantes particulares presentes en un día.

Usos del índice de calidad del aire

El uso principal del Índice de Calidad del Aire es alertar a los ciudadanos, manteniéndolos informados de las condiciones actuales. Esto es particularmente importante para grupos sensibles como ancianos, niños o personas con problemas respiratorios o cardíacos. Estas personas deben permanecer en el interior cuando la calidad del aire es baja. A veces, las autoridades recomendarán el uso de máscaras para evitar que las partículas ingresen a los pulmones, o incluso promoverán un día de acción para enfrentar la crisis de la calidad del aire. Los índices de calidad del aire ayudan a proteger al público y se pueden utilizar como datos para inspirar acciones políticas.

Ejemplo de un mapa de la calidad del aire: Los colores coinciden con la tabla de AQI anterior; el rojo es el peor, el verde el mejor.

Resumen de la lección

La contaminación del aire puede ser peligrosa y causar problemas de salud, desde irritaciones hasta pérdida de resistencia y enfermedades respiratorias. El índice de calidad del aire (o AQI) es un número que representa la cantidad de contaminación en un área día a día, y en los Estados Unidos se mide en una escala de 0 a 500. Muchos países tienen sus propias escalas de AQI.

La calidad del aire se ve afectada por la hora del día, la época del año, el movimiento del aire, las reacciones químicas y la causa exacta de la contaminación en un área local. Tener cifras de calidad del aire permite a los gobiernos difundir información y advertencias a sus ciudadanos, especialmente a grupos vulnerables como ancianos, niños o personas con problemas respiratorios o cardíacos. Tener datos de AQI puede incluso inspirar cambios políticos y llevar a la declaración de ‘días de acción’ para abordar el problema.