Investigaciones sobre OVNIs en México: Un Fenómeno que Desafía la Ciencia

México ha sido escenario de numerosos avistamientos de objetos voladores no identificados (OVNIs) a lo largo de su historia, convirtiéndose en uno de los países con mayor registro de fenómenos aéreos anómalos en el mundo. Desde las antiguas culturas prehispánicas, que dejaron testimonio de estos eventos en códices y petroglifos, hasta los casos más recientes documentados por pilotos, militares y civiles, el fenómeno OVNI en México sigue siendo un tema de intenso debate científico, militar y social. Este artículo explora las investigaciones más relevantes sobre OVNIs en territorio mexicano, analizando casos emblemáticos, las posturas gubernamentales, los esfuerzos de investigadores independientes y las posibles explicaciones detrás de estos misteriosos avistamientos.

1. Los OVNIs en la Historia Prehispánica y Colonial

Las culturas mesoamericanas, como los mayas, aztecas y olmecas, dejaron registros que muchos investigadores interpretan como evidencia de encuentros con fenómenos aéreos inexplicables. En el Códice Florentino, escrito por fray Bernardino de Sahagún, se describen “escudos ardientes” en el cielo, mientras que el Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas-quichés, menciona seres celestiales que descendieron a la Tierra. Algunos arqueólogos sugieren que las representaciones de seres alados en Teotihuacán o las figuras de “astronautas” en los relieves de El Tajín podrían estar relacionadas con avistamientos OVNI.

Durante la época colonial, cronistas como Diego de Landa y Bernal Díaz del Castillo narraron fenómenos luminosos en los cielos de la Nueva España. Un caso destacado ocurrió en 1527, cuando los conquistadores españoles observaron una “gran bola de fuego” sobre la Ciudad de México, descrita como un presagio de eventos catastróficos. Estos relatos, aunque interpretados bajo un contexto religioso, coinciden con descripciones modernas de OVNIs, lo que ha llevado a ufólogos a considerar que el fenómeno lleva siglos manifestándose en México.

2. El Caso Roswell Mexicano: El Incidente de Coyame (1974)

Uno de los casos más intrigantes en la ufología mexicana es el Incidente de Coyame, ocurrido en 1974 en Chihuahua, cerca de la frontera con Texas. Según testimonios de pobladores y documentos filtrados, un objeto no identificado colisionó en el desierto, siendo recuperado posteriormente por el ejército mexicano en colaboración con autoridades estadounidenses. Testigos afirmaron haber visto una nave metálica de forma ovalada, con inscripciones desconocidas, y que varios soldados murieron al entrar en contacto con el artefacto debido a una supuesta contaminación radiactiva.

Aunque el gobierno mexicano nunca confirmó oficialmente el incidente, documentos desclasificados en años recientes sugieren que hubo un operativo militar en la zona. Investigadores como Jaime Maussan han recopilado testimonios de exmilitares que aseguran que los restos fueron trasladados a una base secreta en Estados Unidos. El caso de Coyame ha sido comparado con el Roswell de México, debido a su similitud con el famoso incidente de 1947 en Nuevo México, y sigue siendo uno de los episodios más enigmáticos de la ufología nacional.

3. La Oleada de 1991: Los OVNIs sobre la Ciudad de México

El 11 de julio de 1991, durante un eclipse solar, miles de personas en la Ciudad de México observaron una flotilla de objetos luminosos que se mantuvieron estáticos en el cielo por varias horas. El fenómeno fue captado en video por múltiples testigos, incluyendo periodistas y astrónomos, convirtiéndose en uno de los avistamientos masivos mejor documentados de la historia. Las imágenes mostraban esferas brillantes realizando maniobras imposibles para aeronaves convencionales, lo que descartó la posibilidad de globos meteorológicos o aviones.

El gobierno mexicano, a través de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), declaró que no tenía registros de vuelos militares en la zona, aumentando el misterio. Investigadores como Carlos Clemente y Alejandro Franz analizaron las grabaciones, concluyendo que los objetos no tenían una explicación convencional. Este evento marcó un antes y después en la ufología mexicana, generando mayor interés en el tema y llevando a la creación de grupos civiles dedicados al estudio de estos fenómenos.

4. La Postura del Gobierno Mexicano ante los OVNIs

A diferencia de otros países que han desclasificado archivos militares sobre objetos voladores no identificados, el gobierno mexicano ha mantenido una actitud ambigua frente al fenómeno. Sin embargo, en las últimas décadas, han surgido filtraciones y declaraciones que sugieren un interés oficial en el tema. Uno de los casos más relevantes fue la liberación de videos militares en 2004, captados por pilotos de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), que mostraban objetos luminosos realizando maniobras a velocidades supersónicas sin explicación aparente. Estos videos, similares a los publicados por el Pentágono en 2020, fueron analizados por expertos en aeronáutica, quienes descartaron fallos técnicos o fenómenos atmosféricos conocidos.

En 2021, el Senado de la República organizó una audiencia pública sobre OVNIs, convocando a investigadores y exfuncionarios para discutir la necesidad de mayor transparencia. Aunque no se llegó a una conclusión oficial, este hecho marcó un precedente en la apertura gubernamental hacia el tema. Por otro lado, la SEDENA ha negado en repetidas ocasiones poseer información clasificada sobre OVNIs, aunque documentos desclasificados en Estados Unidos mencionan colaboraciones entre ambos países en investigaciones de fenómenos aéreos anómalos en la frontera.

5. Investigaciones Científicas Recientes en México

En los últimos años, universidades y grupos de investigación independientes han comenzado a estudiar el fenómeno OVNI con metodología científica. Uno de los proyectos más destacados es el “Sky Alert”, liderado por el ingeniero Julio César Chávez, que utiliza tecnología de detección satelital para registrar objetos no identificados en el espacio aéreo mexicano. Este sistema ha captado múltiples eventos inexplicables, incluyendo esferas metálicas que alcanzan velocidades de Mach 10 sin producir estampidos sónicos.

Otra iniciativa relevante es la del Instituto de Astronomía de la UNAM, que en 2022 publicó un estudio sobre posibles explicaciones naturales a avistamientos OVNI, como plasmas atmosféricos o reflejos de satélites. Sin embargo, reconocieron que alrededor del 5% de los casos analizados no tenían explicación convencional, coincidiendo con estadísticas similares en otros países.

6. Teorías y Explicaciones Alternativas

El debate sobre el origen de los OVNIs en México sigue dividido entre hipótesis extraterrestres, proyectos militares secretos y fenómenos naturales aún no comprendidos. Algunos investigadores, como Ana Luisa Cid, sugieren que ciertos avistamientos podrían estar relacionados con tecnología experimental de Estados Unidos, especialmente en zonas cercanas a la frontera, donde se han reportado objetos triangulares similares a los descritos en bases como el Área 51.

Por otro lado, la teoría de visitantes extraterrestres gana fuerza debido a la frecuencia de avistamientos en zonas arqueológicas, como Teotihuacán o Chichén Itzá, donde testigos afirman haber visto luces interactuando con pirámides. Finalmente, están quienes proponen explicaciones más controvertidas, como portales dimensionales en regiones como el Volcán Popocatépetl, donde se han filmado objetos entrando y saliendo del cráter activo.

7. Conclusión: ¿Qué Sabemos Realmente?

México sigue siendo un epicentro del fenómeno OVNI, con casos que desafían la comprensión científica actual. Aunque algunos avistamientos pueden atribuirse a errores de percepción o tecnología humana, otros permanecen sin explicación, alimentando el misterio. La creciente participación de instituciones académicas y la presión por mayor transparencia gubernamental podrían, en un futuro cercano, revelar información que cambie nuestra comprensión de estos fenómenos.

Hasta entonces, los OVNIs en México seguirán siendo un enigma que combina historia, ciencia y un profundo cuestionamiento sobre nuestra lugar en el universo.