La Presidencia de Hipólito Yrigoyen: Un Hito en la Historia Argentina
Hipólito Yrigoyen, una de las figuras más emblemáticas y controvertidas de la historia argentina, marcó un antes y un después en la política del país. Su llegada a la presidencia en 1916 no solo representó el triunfo de la Unión Cívica Radical (UCR) sino también la consolidación de la democracia en Argentina. Yrigoyen, conocido como “el peludo” por su estilo reservado y enigmático, fue el primer presidente elegido mediante el voto secreto, universal y obligatorio para los hombres, establecido por la Ley Sáenz Peña de 1912. Su mandato, dividido en dos periodos (1916-1922 y 1928-1930), estuvo marcado por reformas sociales, políticas y económicas que buscaron incluir a las clases populares en el sistema político y mejorar sus condiciones de vida. Sin embargo, su gobierno también enfrentó fuertes críticas y oposición, lo que finalmente condujo a su derrocamiento en 1930. Este artículo explora en profundidad los aspectos más relevantes de la presidencia de Yrigoyen, su legado y su impacto en la Argentina del siglo XX.
Contexto Histórico: Argentina a Principios del Siglo XX
Para comprender la importancia de la presidencia de Yrigoyen, es necesario situarse en el contexto histórico de la Argentina de principios del siglo XX. El país había experimentado un crecimiento económico significativo gracias al modelo agroexportador, basado en la exportación de carne y cereales a Europa. Sin embargo, este crecimiento no se tradujo en una distribución equitativa de la riqueza. La oligarquía terrateniente, aliada con los intereses británicos, dominaba la economía y la política, mientras que las clases medias y trabajadoras quedaban excluidas del sistema.
La política argentina estaba controlada por el Partido Autonomista Nacional (PAN), que perpetuaba el poder de las elites a través de elecciones fraudulentas y el clientelismo. Frente a este sistema, surgió la Unión Cívica Radical (UCR), liderada por Leandro N. Alem y posteriormente por Hipólito Yrigoyen, que abogaba por la democratización del sistema político y la inclusión de las clases populares.
La Ley Sáenz Peña de 1912, que estableció el voto secreto, universal y obligatorio para los hombres, fue un punto de inflexión. Esta reforma permitió que la UCR, representante de las clases medias y populares, accediera al poder en 1916 con la elección de Yrigoyen.
Primera Presidencia (1916-1922): Reformismo y Conflictos
El primer gobierno de Yrigoyen estuvo marcado por un fuerte reformismo social y político, aunque también por tensiones y conflictos. Su estilo de gobierno, caracterizado por un liderazgo personalista y un enfoque populista, generó tanto adhesiones como rechazos.
Reformas Sociales y Laborales
Uno de los aspectos más destacados de su primera presidencia fue la implementación de políticas sociales y laborales destinadas a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. Yrigoyen promovió la intervención del Estado en los conflictos laborales, actuando como mediador entre obreros y patrones. Esto contrastaba con la postura represiva de gobiernos anteriores.
Entre las medidas más importantes se encuentran:
- La creación de la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) en 1922, que nacionalizó la explotación de petróleo y sentó las bases para el desarrollo de una industria estratégica.
- La sanción de leyes que regulaban el trabajo infantil y las condiciones laborales de las mujeres.
- El apoyo a las huelgas obreras, como la de los trabajadores portuarios en 1917, lo que le valió el respaldo de sectores sindicales.
Política Económica
En el ámbito económico, Yrigoyen mantuvo el modelo agroexportador pero intentó diversificar la economía y reducir la dependencia de los capitales extranjeros. Su gobierno promovió la industrialización y la expansión de la infraestructura, aunque con resultados limitados debido a la falta de recursos y la oposición de los sectores conservadores.
Relaciones Internacionales
En el plano internacional, Yrigoyen adoptó una postura neutral durante la Primera Guerra Mundial, lo que le permitió mantener relaciones comerciales con ambos bandos. Sin embargo, esta neutralidad fue criticada por los sectores más conservadores, que simpatizaban con los aliados.
Conflictos y Oposición
A pesar de sus reformas, el gobierno de Yrigoyen enfrentó fuertes críticas y oposición. Los sectores conservadores, representados por la oligarquía terrateniente y los intereses británicos, veían con recelo sus políticas intervencionistas y su acercamiento a los sectores populares. Además, su estilo de gobierno personalista y su falta de diálogo con otros partidos políticos generaron tensiones.
Uno de los episodios más controvertidos de su primera presidencia fue la represión de la Semana Trágica en 1919, una huelga general en Buenos Aires que terminó en una violenta represión por parte de las fuerzas de seguridad. Este hecho manchó su imagen como defensor de los trabajadores y generó críticas desde la izquierda.
Segunda Presidencia (1928-1930): Crisis y Derrocamiento
Tras un breve periodo fuera del poder, Yrigoyen fue reelegido en 1928 con un amplio apoyo popular. Sin embargo, su segunda presidencia estuvo marcada por una profunda crisis económica y política que culminó en su derrocamiento en 1930.
Crisis Económica
La segunda presidencia de Yrigoyen coincidió con el inicio de la Gran Depresión, que tuvo un impacto devastador en la economía argentina. La caída de los precios de las exportaciones agropecuarias y la reducción de la demanda internacional generaron desempleo y malestar social.
Inestabilidad Política
En el plano político, Yrigoyen enfrentó una creciente oposición de los sectores conservadores, militares y medios de comunicación. Su avanzada edad y su estilo de gobierno cada vez más personalista fueron utilizados por sus detractores para cuestionar su capacidad de liderazgo.
Golpe de Estado de 1930
El 6 de septiembre de 1930, un golpe de Estado liderado por el general José Félix Uriburu derrocó a Yrigoyen, poniendo fin a su segunda presidencia y a la experiencia democrática iniciada en 1916. Este golpe marcó el inicio de una serie de gobiernos autoritarios y fraudulentos que caracterizaron a la “Década Infame”.
Legado de Hipólito Yrigoyen
A pesar de su derrocamiento, el legado de Yrigoyen perdura en la historia argentina. Fue el primer presidente en representar los intereses de las clases medias y populares, y su gobierno sentó las bases para la inclusión política de estos sectores. Además, su defensa de la soberanía nacional y su impulso a la industria petrolera fueron hitos importantes.
Sin embargo, su estilo de gobierno personalista y su falta de diálogo con otros sectores políticos también dejaron lecciones sobre los límites del populismo y la importancia de construir consensos en una sociedad diversa.
Conclusión
La presidencia de Hipólito Yrigoyen fue un periodo clave en la historia argentina, marcado por avances democráticos, reformas sociales y conflictos políticos. Su figura, aunque controvertida, representa la lucha por la inclusión y la justicia social en un contexto dominado por las elites. A casi un siglo de su derrocamiento, Yrigoyen sigue siendo un símbolo de la lucha por la democratización y la soberanía en Argentina. Su legado, con luces y sombras, sigue inspirando debates sobre el papel del Estado, la justicia social y la democracia en el país.
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