La Reina Isabel II de España (1833-1868): Un Reinado de Turbulencias y Transformaciones

Publicado el 7 marzo, 2025 por Rodrigo Ricardo

Isabel II de España, nacida el 10 de octubre de 1830 y fallecida el 9 de abril de 1904, fue una de las figuras más controvertidas y fascinantes de la historia española del siglo XIX. Su reinado, que abarcó desde 1833 hasta 1868, estuvo marcado por una serie de conflictos políticos, sociales y económicos que reflejaban las tensiones de una España en transición entre el Antiguo Régimen y el liberalismo moderno. Aunque ascendió al trono siendo una niña, su reinado estuvo dominado por las luchas entre liberales y conservadores, las intrigas palaciegas y los intentos de modernizar el país. Este artículo explora la vida, el reinado y el legado de Isabel II, analizando los principales eventos que definieron su época y su impacto en la historia de España.

Infancia y Ascenso al Trono

Isabel II nació en el Palacio Real de Madrid, hija del rey Fernando VII y de su cuarta esposa, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. Su nacimiento fue recibido con entusiasmo por los partidarios de la monarquía, pero también generó tensiones políticas. Fernando VII, consciente de la fragilidad de su dinastía, promulgó la Pragmática Sanción de 1830, que abolía la Ley Sálica y permitía que las mujeres heredaran el trono. Esta decisión fue crucial para asegurar la sucesión de Isabel, ya que su tío, Carlos María Isidro de Borbón, había esperado heredar el trono bajo la Ley Sálica.

Cuando Fernando VII murió en 1833, Isabel fue proclamada reina con solo tres años de edad, bajo la regencia de su madre, María Cristina. Sin embargo, la ascensión de Isabel al trono no fue aceptada por todos. Los partidarios de Carlos María Isidro, conocidos como carlistas, se alzaron en armas en lo que se conoció como la Primera Guerra Carlista (1833-1840). Este conflicto no fue solo una disputa dinástica, sino también una lucha ideológica entre los defensores del absolutismo y los partidarios del liberalismo.

La Regencia de María Cristina y Espartero

Durante los primeros años de su reinado, Isabel II fue una figura simbólica, mientras que el poder real recaía en su madre, María Cristina, y posteriormente en el general Baldomero Espartero. La regencia de María Cristina (1833-1840) estuvo marcada por la inestabilidad política y los intentos de consolidar un régimen liberal. Durante este período, se promulgaron una serie de reformas, como la desamortización de Mendizábal (1836), que buscaba modernizar la economía española mediante la expropiación y venta de tierras eclesiásticas y municipales. Sin embargo, estas reformas generaron resistencia entre los sectores más conservadores de la sociedad, incluyendo la Iglesia y los carlistas.

En 1840, María Cristina renunció a la regencia debido a las presiones políticas y al descontento popular. Fue sucedida por el general Baldomero Espartero, un héroe de la guerra carlista y líder del Partido Progresista. La regencia de Espartero (1840-1843) estuvo marcada por su estilo autoritario y su enfrentamiento con los moderados. Finalmente, en 1843, Espartero fue derrocado por un golpe de Estado, y Isabel II fue declarada mayor de edad con solo 13 años, comenzando así su reinado personal.

El Reinado Personal de Isabel II (1843-1868)

El reinado personal de Isabel II estuvo dominado por la inestabilidad política, los escándalos personales y los intentos fallidos de modernizar el país. Aunque Isabel era formalmente la reina, el poder real estaba en manos de una serie de políticos y militares que competían por influir en la corte. Durante este período, España experimentó una alternancia en el poder entre los liberales moderados y los progresistas, lo que generó una constante inestabilidad gubernamental.

Uno de los aspectos más controvertidos del reinado de Isabel II fue su vida personal. En 1846, contrajo matrimonio con su primo Francisco de Asís de Borbón, un matrimonio arreglado que resultó ser infeliz y sin amor. La relación entre Isabel y Francisco de Asís fue objeto de numerosos rumores y escándalos, lo que dañó la imagen pública de la reina. Además, Isabel tuvo varios amantes, lo que generó críticas y alimentó la oposición a su reinado.

En el ámbito político, el reinado de Isabel II estuvo marcado por el predominio de los moderados, liderados por el general Ramón María Narváez. Durante este período, se promulgó la Constitución de 1845, que estableció un régimen conservador y centralista. Sin embargo, la falta de reformas significativas y la represión de la oposición generaron un creciente descontento entre la población.

La Crisis del Reinado y la Revolución de 1868

A mediados de la década de 1860, el reinado de Isabel II entró en una crisis irreversible. La economía española estaba en declive, y el descontento social era cada vez más evidente. Además, la corrupción y el nepotismo en la corte generaron una creciente oposición a la reina. En 1866, se produjo un intento fallido de golpe de Estado conocido como la Sublevación del Cuartel de San Gil, que fue reprimido con dureza por el gobierno.

Finalmente, en septiembre de 1868, estalló la Revolución Gloriosa, un levantamiento militar y civil que puso fin al reinado de Isabel II. La reina, que se encontraba de vacaciones en San Sebastián, fue informada de la situación y decidió exiliarse en Francia. El 30 de septiembre de 1868, Isabel II firmó su abdicación en el Palacio de Castilla, poniendo fin a 35 años de reinado.

El Exilio y los Últimos Años

Tras su abdicación, Isabel II se estableció en París, donde vivió el resto de su vida en el exilio. Aunque mantuvo su título de reina, nunca regresó a España. Durante su exilio, Isabel II se dedicó a la vida social y religiosa, y mantuvo contacto con sus partidarios en España. En 1870, abdicó en favor de su hijo, Alfonso XII, quien finalmente restauró la monarquía borbónica en 1874.

Isabel II murió en París el 9 de abril de 1904, a la edad de 73 años. Sus restos fueron trasladados a España y enterrados en el Panteón de los Reyes del Monasterio de El Escorial.

Legado de Isabel II

El reinado de Isabel II fue un período de grandes contradicciones y desafíos para España. Por un lado, su reinado estuvo marcado por la inestabilidad política, los escándalos personales y la falta de reformas significativas. Por otro lado, durante su reinado se sentaron las bases para la modernización de España, con la consolidación del Estado liberal y la promulgación de una serie de reformas económicas y sociales.

Aunque Isabel II fue una figura controvertida y criticada, su reinado representó un momento crucial en la historia de España, marcando la transición entre el Antiguo Régimen y el Estado liberal moderno. Su legado sigue siendo objeto de debate entre los historiadores, pero es indudable que su reinado dejó una huella profunda en la historia de España.

Conclusión

Isabel II de España fue una figura compleja y fascinante, cuyo reinado estuvo marcado por la turbulencia y la transformación. Aunque su vida personal y su estilo de gobierno generaron críticas y oposición, su reinado representó un momento crucial en la historia de España, marcando el inicio de la era liberal y sentando las bases para la modernización del país. A pesar de sus defectos, Isabel II fue una reina que luchó por mantener su trono en un período de grandes cambios y desafíos, y su legado sigue siendo un tema de interés y debate en la historia de España.

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Rodrigo Ricardo

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