Peugeot en Argentina durante la Dictadura Militar (1976-1983): Historia y Impacto
La historia de Peugeot en Argentina está marcada por períodos de expansión, crisis y adaptación a los contextos políticos y económicos del país. Uno de los capítulos más controversiales de esta trayectoria se desarrolló durante la última dictadura cívico-militar argentina (1976-1983), un período caracterizado por la represión política, el neoliberalismo económico y profundas transformaciones en la industria automotriz.
En este artículo, exploraremos el rol de Peugeot en Argentina durante esos años, analizando su crecimiento bajo las políticas económicas de la dictadura, su relación con el gobierno de facto y el impacto en los trabajadores y el mercado automotor.
Contexto Histórico: La Dictadura Militar y la Industria Automotriz
El 24 de marzo de 1976, un golpe de Estado derrocó al gobierno de Isabel Perón e instaló una junta militar liderada por Jorge Rafael Videla, que gobernó hasta 1983. Este régimen implementó un modelo económico neoliberal, con medidas como la apertura de importaciones, la desregulación financiera y la flexibilización laboral.
En este contexto, la industria automotriz argentina experimentó cambios significativos:
- Apertura a capitales extranjeros: Se incentivó la inversión de multinacionales.
- Concentración del mercado: Las automotrices más grandes absorbieron a las más pequeñas.
- Proteccionismo selectivo: Algunas empresas recibieron beneficios, mientras que otras enfrentaron dificultades.
Peugeot, que ya operaba en Argentina desde hacía años, aprovechó estas políticas para consolidarse.
Peugeot en Argentina antes de la Dictadura
Peugeot llegó a Argentina en 1958, de la mano de Industrias Kaiser Argentina (IKA), que fabricaba los modelos Peugeot 403 y 404 bajo licencia. En 1967, IKA fue adquirida por Renault, pero Peugeot mantuvo su presencia en el mercado local.
En 1974, se creó Peugeot Argentina S.A., con una planta en Berazategui (Provincia de Buenos Aires), donde se ensamblaban los modelos 504 y 504 Break. Sin embargo, la crisis política y económica del gobierno de Isabel Perón complicó su desarrollo.
Peugeot durante la Dictadura (1976-1983)
Con el golpe militar, el nuevo gobierno impulsó políticas favorables para las automotrices extranjeras. Peugeot se benefició de:
- Exenciones impositivas para la importación de autopartes.
- Subsidios estatales para la producción local.
- Restricciones a la competencia, eliminando marcas menos consolidadas.
Expansión y Modelos Clave
Durante estos años, Peugeot lanzó modelos exitosos:
- Peugeot 504 (sedán y rural): Un éxito de ventas, considerado robusto y elegante.
- Peugeot 505 (a partir de 1981): Un auto más moderno, que buscaba competir con Ford Taunus y Renault 18.
La marca también incursionó en vehículos utilitarios, como la Pick-Up 504, muy usada en el campo y por fuerzas de seguridad.
Relación con el Régimen Militar
Peugeot, como otras automotrices, mantuvo una relación cercana con el gobierno de facto:
- Contratos con el Estado: Suministró vehículos a las fuerzas armadas y policiales.
- Publicidad en medios oficialistas: Sus avisos aparecían en medios afines a la dictadura.
- Flexibilización laboral: Aplicó despidos y ajustes, en línea con las políticas de la época.
Conflictos Laborales y Represión
Aunque no hay evidencias directas de que Peugeot participara en la represión, la planta de Berazategui no estuvo exenta de la persecución sindical:
- Intervención en sindicatos: El gobierno militar intervino la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), afectando a los trabajadores de Peugeot.
- Despidos y censura: Se aplicaron políticas de disciplina laboral, con despidos a empleados vinculados al activismo gremial.
Impacto Económico y Legado
Ventas y Mercado
Peugeot logró posicionarse como una de las marcas más vendidas en los ’70 y principios de los ’80, compitiendo con Renault, Ford y Fiat. Sin embargo, hacia 1982-1983, la crisis económica (guerra de Malvinas, hiperinflación) afectó sus ventas.
¿Beneficiario de la Dictadura?
Al igual que otras empresas multinacionales, Peugeot se adaptó al modelo económico de la dictadura, aprovechando:
- Menor presión fiscal.
- Mano de obra barata y reprimida.
- Protección estatal frente a competidores.
Sin embargo, con el regreso de la democracia en 1983, la empresa debió readecuarse a un nuevo contexto político.
Conclusión
La historia de Peugeot en Argentina durante la dictadura militar refleja las complejas relaciones entre el poder económico y un régimen represivo. La marca logró expandirse gracias a políticas favorables, pero también fue parte de un sistema que perjudicó a miles de trabajadores.
Hoy, Peugeot sigue operando en Argentina (como parte de Stellantis), pero su pasado durante los años oscuros del país sigue siendo un tema de análisis para entender cómo las corporaciones interactúan con regímenes autoritarios.
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