¿Qué es la toma de la Bastilla?
La Toma de la Bastilla
La Toma de la Bastilla es uno de los eventos más emblemáticos y significativos de la Revolución Francesa, ocurrido el 14 de julio de 1789. Esta acción, aunque breve, marcó el comienzo de un proceso de transformación profunda en Francia, poniendo fin al antiguo régimen monárquico y simbolizando el levantamiento popular contra la tiranía. La Bastilla, una fortaleza y prisión en París, se convirtió en un símbolo de opresión, y su asalto por parte del pueblo fue un acto de resistencia que provocó una serie de eventos que cambiarían para siempre la historia de Francia y del mundo.
¿Qué era la Bastilla?
La Bastilla era una fortaleza medieval ubicada en el este de París, construida en el siglo XIV por el rey Carlos V para defender la ciudad de los ataques ingleses durante la Guerra de los Cien Años. Con el tiempo, la Bastilla dejó de ser un bastión militar y se transformó en una prisión estatal, utilizada principalmente para encarcelar a personas que eran consideradas enemigos del régimen, como intelectuales, opositores políticos y personas de la alta sociedad que caían en desgracia.
A pesar de que en el siglo XVIII la Bastilla ya no tenía la importancia militar que había tenido en el pasado, seguía siendo vista por muchos como un símbolo de abuso de poder y arbitrariedad del gobierno monárquico. En la época de Luis XVI, la prisión albergaba a prisioneros políticos y personas que, a menudo, no recibían un juicio justo. La presencia de esta fortaleza en el corazón de París alimentaba la desconfianza y el resentimiento hacia la monarquía.
El contexto de la Revolución Francesa
La Revolución Francesa se gestaba en un contexto de crisis económica, desigualdad social y política, y un descontento generalizado con el absolutismo de la monarquía. Desde el reinado de Luis XVI, Francia enfrentaba serios problemas económicos: el país estaba sumido en una enorme deuda debido a las costosas guerras, incluidas la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, y a los gastos excesivos de la corte real.
La nobleza y el clero, los dos estamentos privilegiados, estaban exentos de la mayoría de los impuestos, lo que recaía desproporcionadamente sobre el Tercer Estado (el pueblo común), compuesto por campesinos, obreros, y la burguesía. La mala cosecha de 1788 y las elevadas tasas de pan generaron hambre y miseria en las clases bajas, lo que incrementó el malestar social.
En este ambiente de creciente tensión, Luis XVI convocó a los Estados Generales en mayo de 1789 para intentar resolver la crisis financiera. Sin embargo, la situación política se desbordó rápidamente. Los representantes del Tercer Estado comenzaron a autoproclamarse como la Asamblea Nacional y exigieron una nueva constitución que limitara los poderes del monarca.
A lo largo de este periodo, la población parisina se volvió más activa en su oposición al régimen. A principios de julio de 1789, los rumores de que el rey estaba preparando una represión militar aumentaron las tensiones en París.
La toma de la Bastilla
El 14 de julio de 1789, el pueblo de París, compuesto por trabajadores, artesanos y campesinos, comenzó a movilizarse en respuesta a la creciente represión. El acontecimiento fue precipitado por la decisión de Luis XVI de concentrar tropas en las afueras de la capital y el temor de que el monarca intentara sofocar la Asamblea Nacional con violencia.
El asalto a la Bastilla no fue una acción premeditada de una fuerza organizada, sino un levantamiento popular espontáneo. La multitud se dirigió a la Bastilla, con el objetivo de apoderarse de las armas y municiones almacenadas en el edificio para defenderse de la represión que temían. Además, la Bastilla representaba un símbolo de la injusticia y del control arbitrario del poder. Los ciudadanos también querían liberar a los pocos prisioneros que aún se encontraban en su interior, aunque en ese momento eran solo unos siete.
La lucha para tomar la Bastilla fue violenta. A pesar de que la fortaleza tenía solo una pequeña guarnición de alrededor de 80 soldados, la situación rápidamente se intensificó cuando la multitud se enfrentó a las tropas que defendían la prisión. El comandante de la Bastilla, el marqués de Launay, intentó negociar, pero la tensión aumentó rápidamente. Finalmente, después de varias horas de lucha, la prisión fue tomada, y el comandante fue asesinado por la multitud.
Al final, los asaltantes consiguieron liberar a los prisioneros y apoderarse de las armas y municiones. La noticia del triunfo de los revolucionarios se difundió rápidamente, convirtiéndose en un símbolo de la victoria popular sobre la tiranía.
Las consecuencias de la toma de la Bastilla
La Toma de la Bastilla tuvo varias repercusiones inmediatas y a largo plazo:
- Símbolo de la Revolución: La caída de la Bastilla se convirtió en el símbolo de la lucha contra la opresión y el despotismo. Para el pueblo francés, fue la primera gran victoria en su lucha por la libertad y la igualdad. La Revolución Francesa había comenzado de manera abierta, y el asalto a la Bastilla fue un acto de desafío que inspiró a otros sectores de la sociedad a unirse al movimiento.
- Revuelo en la corte real: El rey Luis XVI, al enterarse del asalto a la Bastilla, no entendió la magnitud del evento. Aunque trató de mantener el control, su autoridad fue irreparablemente dañada. La toma de la Bastilla mostró que la monarquía ya no tenía el apoyo popular que una vez tuvo.
- La Gran Miedo: Tras la toma de la Bastilla, se desató un fenómeno conocido como la “Gran Miedo” (La Grande Peur), en el que se produjeron disturbios y saqueos en el campo. Los campesinos temían represalias de la nobleza y comenzaron a atacar los castillos y las propiedades de los nobles, quemando documentos que contenían deudas.
- La Asamblea Nacional Constituyente: A medida que la Revolución avanzaba, la Asamblea Nacional, compuesta principalmente por miembros del Tercer Estado, comenzó a aprobar reformas fundamentales, como la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en agosto de 1789, que proclamaba la libertad, la igualdad ante la ley y la soberanía del pueblo.
- El fin del Antiguo Régimen: El asalto a la Bastilla marcó simbólicamente el comienzo del fin del Antiguo Régimen (el sistema feudal y monárquico). La monarquía absoluta se vería reemplazada por una serie de gobiernos republicanos y, eventualmente, el Reinado del Terror y la Ascensión de Napoleón Bonaparte.
El 14 de julio, fiesta nacional
La Toma de la Bastilla ha quedado grabada en la historia de Francia como uno de los momentos más importantes de la Revolución Francesa. Desde 1880, el 14 de julio es celebrado como el Día Nacional de Francia (Bastille Day), una jornada festiva que recuerda el coraje del pueblo francés y su lucha por la libertad y la justicia.
En este día, se realizan desfiles militares, actos públicos y celebraciones en todo el país, especialmente en París, donde el desfile tiene lugar en los Campos Elíseos y el presidente de la República da un discurso sobre la unidad y los valores republicanos de libertad, igualdad y fraternidad.
Conclusión
La Toma de la Bastilla fue mucho más que un simple asalto a una prisión: fue el inicio de un cambio radical en la estructura política, social y económica de Francia. Este evento no solo representó la derrota de un símbolo del poder absoluto de la monarquía, sino también el triunfo del pueblo y sus ideales revolucionarios. La Revolución Francesa, impulsada por la toma de la Bastilla, transformó no solo a Francia, sino al mundo entero, inspirando movimientos democráticos y de libertad en toda Europa y América.
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