TDAH Tratamiento: Descripción, estrategias y métodos del manejo
Manejo del TDAH: descripción general
El Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, o TDAH, es una afección común que afecta tanto a niños como a adultos. Este trastorno afecta la corteza frontal del cerebro y se caracteriza por falta de atención, hiperactividad mental y/o física e impulsividad. Aunque anteriormente se creía que era una afección específica de los hombres, las investigaciones han demostrado que el TDAH prevalece tanto en hombres como en mujeres, siendo el subtipo hiperactivo más prevalente en los hombres y el subtipo de falta de atención más prevalente en las mujeres. Normalmente, el TDAH se diagnostica por primera vez en la infancia, ya que los síntomas tienden a hacer que la estandarización de la escolarización sea un desafío para los niños afectados por el trastorno. Esto a menudo continúa hasta la edad adulta, donde el desempeño en los espacios de trabajo se ve afectado. Dado que el TDAH es un trastorno neuroconductual, el tratamiento incluye cambios en el estilo de vida, medicación y psicoterapia para controlar los síntomas.
Síntomas del TDAH
Es importante señalar que muchos síntomas del TDAH se superponen con otros trastornos como la depresión y la ansiedad, lo que hace que el proceso de diagnóstico sea largo y más calculado que el diagnóstico basado en síntomas. El TDAH puede presentarse de varias maneras y, a menudo, es diferente entre niños y adultos, y entre hombres y mujeres. Síntomas como falta de concentración, desorganización, pensamientos acelerados (hiperactividad mental), impulsividad, disfunción ejecutiva, dificultad para gestionar el tiempo, inquietud y desregulación emocional son solo algunos de los pilares del TDAH.
Cómo obtener un diagnóstico de TDAH
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad es uno de los trastornos menos diagnosticados, infradiagnosticados y no diagnosticados en la sociedad moderna. Debido a que muchos marcadores del TDAH se superponen con otras afecciones psiquiátricas, es importante comprender que las comorbilidades como el trastorno del procesamiento auditivo, la ansiedad y la depresión a menudo imitan o a veces enmascaran los síntomas de este trastorno, lo que dificulta su diagnóstico. El primer paso para obtener un diagnóstico de TDAH es diferente para los niños que para los adultos. Generalmente, si se sospecha que un niño tiene TDAH, se recomienda realizar pruebas de detección durante sus años escolares, incluso desde el preescolar.
Los maestros dedican de 4 a 8 horas diarias con niños pequeños y aunque no pueden diagnosticar, pueden hacer recomendaciones a los padres en base a sus observaciones objetivas y al desempeño académico del niño. Si los padres dan su consentimiento, el siguiente paso es buscar un profesional que realice una serie de pruebas adecuadas a la edad para diagnosticar o descartar la presencia de TDAH a través del DSM-V y otras evaluaciones del TDAH como la prueba de rendimiento continuo ( CPT).
El profesional hablará con los padres para recopilar un historial de salud y una descripción general de cómo le va al niño tanto en la escuela como en casa. Dado que no existe una prueba única para este trastorno, el psicólogo infantil observará al paciente en varios entornos y situaciones diferentes. Las pruebas pueden parecer un juego libre o una simple conversación para el ojo inexperto, pero las señales de alerta que el profesional puede buscar son no prestar atención a los detalles, incapacidad para seguir instrucciones simples y complejas, olvidos y perder cosas con facilidad, inquietud excesiva. , conversaciones e interrupciones excesivas y evitación de actividades que requieren concentración mental. Si el niño tiene la edad suficiente, se pueden utilizar evaluaciones como el CPT para solidificar aún más la presencia del TDAH. Esta prueba se lleva a cabo en una computadora y emplea un objetivo de estímulo para el paciente con el fin de medir tanto la atención como la rapidez con la que el paciente responde al objetivo.
Para los adultos, el proceso de obtener un diagnóstico de TDAH es un poco diferente. La evaluación inicial es prácticamente la misma que para los niños. Por ejemplo, se concertaría una cita con un psicólogo. Luego, el psicólogo tomará un historial médico y se reunirá con el paciente sobre cuáles son sus obstáculos y desafíos en el trabajo, en su vida personal o en ambos. Si se sospecha TDAH, se llevan a cabo una serie de pruebas y observaciones durante un período para asegurarse de que se cumplan todas las condiciones para un diagnóstico de TDAH. Al igual que ocurre con los niños, los adultos pueden presentar un diagnóstico de subtipo.
Los síntomas del trastorno por déficit de atención con hiperactividad pueden ocurrir como de tipo predominantemente desatento, de tipo predominantemente hiperactivo-impulsivo o de tipo combinado. En cada uno de esos casos, el psicólogo busca marcadores que se encuentran en el DSM-V, como dificultad para permanecer concentrado en tareas o conversaciones, incumplimiento de instrucciones, olvido excesivo, inquietud y hablar impulsivamente fuera de turno en una conversación. Estos síntomas deben estar presentes durante un mínimo de seis meses y deben tener un impacto en la vida social, académica y/o profesional del paciente.
Tratamiento para el TDAH
Los tratamientos para el TDAH para adultos y niños implican farmacoterapia individualizada, así como intervenciones conductuales y cambios en el estilo de vida. El tratamiento depende de la precisión del diagnóstico y de si hay comorbilidades presentes. Aunque a los niños a menudo se les recetaban medicamentos como Ritalin cuando los psicólogos apenas comenzaban a comprender el TDAH en las décadas de 1980 y 1990, ahora sabemos que simplemente enmascarar el síntoma hiperactivo del TDAH no proporciona la estabilidad que el niño afectado necesita para prosperar en el aula y en casa. Aunque hoy en día todavía se prescribe Ritalin, existen muchas intervenciones alternativas y holísticas tanto para niños como para adultos para tratar el TDAH, como aumentar la ingesta de vitaminas e introducir suplementos naturales para ayudar a la concentración mental y la regulación de las emociones.
Medicamentos para el TDAH
El control del TDAH puede ocurrir de varias maneras, siendo una de las más comunes los medicamentos que estimulan partes del cerebro para reducir los comportamientos impulsivos/hiperactivos. Estos medicamentos para el TDAH incluyen metilfenidato, lisdexanfetamina y dexanfetamina, y mejoran la concentración y la atención. Estos medicamentos actúan para reducir los niveles de dopamina y norepinefrina (sintetizada a partir de dopamina) en el cerebro. Cada neurotransmisor proviene de la corteza prefrontal del cerebro e impacta la regulación del estado de ánimo, la salud intestinal, la salud inmunológica y el funcionamiento cognitivo, como el aprendizaje y la memoria. Por eso es tan importante un historial médico completo antes del diagnóstico. En combinación con estimulantes, a veces se utilizan medicamentos no estimulantes en el proceso de tratamiento, como inhibidores de la recaptación (aumentan la concentración) y antidepresivos.
Psicoterapia
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad es un trastorno del desarrollo neurológico, lo que significa que la psicoterapia y la terapia cognitivo-conductual (TCC) son tan esenciales como la farmacoterapia para controlar el TDAH. A medida que los niños atraviesan fases de desarrollo, mucho más que su atención se ve afectada. Debido a esto, las emociones pueden ser difíciles de manejar por sí solas y, a menudo, un niño afectado por el TDAH necesitará intervención profesional para superar las frustraciones, preocupaciones e inquietudes, así como sus mayores niveles de energía, a través del juego terapéutico. La TCC ayuda tanto a niños como a adultos a procesar las emociones que conlleva el TDAH y a aprender a afrontar momentos de falta de atención, aburrimiento, impulsividad y pensamientos acelerados. Durante las sesiones de TCC, también se le puede pedir al paciente que realice tareas que afirmen un comportamiento positivo, reconfigurando así el cerebro para que se concentre en estrategias que beneficien su funcionamiento también fuera de la terapia.
La terapia ocupacional (TO) es otra forma común de psicoterapia que se puede implementar en protocolos para el manejo del TDAH tanto en niños como en adultos. Este método de terapia se centra en el funcionamiento, los conflictos interpersonales, las relaciones y las tareas cotidianas que el paciente puede considerar un desafío. El objetivo de la TO es enseñar al paciente a adaptarse a situaciones en lugar de evitarlas. Se recomienda que las tareas cotidianas, como cultivar rutinas matutinas, completar la tarea o el trabajo de oficina y las prácticas de higiene personal, se realicen de forma independiente y sin mucha supervisión.
Estrategias para el manejo del TDAH
Los cambios en el estilo de vida, en combinación con ciertos medicamentos, se utilizan tanto en niños como en adultos para facilitar una vida más manejable con TDAH. La prescripción o no de medicamentos junto con cambios en el estilo de vida, como ejercicio, limitación de las distracciones, sueño adecuado, una dieta saludable y disminución de la ingesta de cafeína y azúcar, depende de la gravedad de los síntomas. Es importante tener en cuenta que, como ocurre con la mayoría de las cosas, los cambios en el estilo de vida requieren más tiempo y esfuerzo que la terapia con medicamentos para el TDAH. El ejercicio, por ejemplo, ayuda a disminuir las hormonas del estrés, como el cortisol, y a aumentar la actividad de los neurotransmisores en el cerebro.
Con el tiempo, el cerebro se reconfigura para comenzar el día en un estado más concentrado. Además de los cambios en la salud general, participar en grupos de apoyo puede ayudar a aliviar la ansiedad que acompaña al TDAH. A menudo, las personas con TDAH se sienten aisladas de sus compañeros. Esto puede provocar sentimientos de tristeza, soledad y depresión. Los grupos de apoyo son una forma de conectarse y compartir con otras personas afectadas por el TDAH y aprender nuevas formas de afrontar las diversas emociones que surgen con este trastorno.
Resumen de la lección
El Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, o TDAH, se está volviendo cada vez más común a medida que aprendemos más sobre la naturaleza compleja de sus síntomas y cómo afectan a cada individuo de manera diferente. Caracterizado por períodos crónicos de falta de atención, hiperactividad, disfunción ejecutiva y comportamiento impulsivo, este trastorno, que generalmente se diagnostica por primera vez en la primera infancia y, en ocasiones, se prolonga hasta la edad adulta, no se puede curar, pero es una afección manejable. TDAH El tratamiento será diferente para cada paciente e imitará tanto la presentación como la gravedad de sus síntomas. Las personas de todas las edades que padecen TDAH pueden llevar y de hecho llevan una vida normal cuando la afección se controla mediante medicamentos para el TDAH, psicoterapia y/o cambios en el estilo de vida. como ejercicio, cambio de dieta, participación en grupos de apoyo y limitación tanto de las distracciones como de los estímulos que desencadenan los síntomas del TDAH. Se recetan medicamentos como Ritalin para alterar el funcionamiento del cerebro y fomentar un estado de concentración en el que las tareas cotidianas no parezcan tan desafiantes.
Combinado con cambios en el estilo de vida y medicación, los pacientes también pueden necesitar tratamientos para el TDAH como psicoterapia (terapia cognitivo-conductual o terapia ocupacional, por ejemplo, ) para ayudar a gestionar las emociones intensas que pueden surgir con el TDAH. Ya sea que el TDAH sea un inconveniente leve o un obstáculo importante en la vida, el primer paso para tratar y controlar este trastorno es obtener un diagnóstico adecuado a través de un profesional autorizado. A veces llamada ”la discapacidad invisible” El TDAH no siempre es evidente para el ojo inexperto, lo que hace que los diagnósticos oficiales sean poco frecuentes y, a menudo, se diagnostiquen erróneamente como ansiedad o depresión. La investigación sobre este trastorno ha avanzado mucho y aún queda mucho por hacer. Lo que sí sabemos es que el TDAH se puede controlar mediante terapias adaptativas y cambios en el estilo de vida.
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