¿Cómo afectó la Era Soviética a la Celebración de la Navidad?

Publicado el 4 diciembre, 2024 por Rodrigo Ricardo

La era soviética y su efecto en la celebración de la Navidad

La era soviética (1922-1991) fue un período de profundas transformaciones para la sociedad rusa, que abarcó casi 70 años. Durante este tiempo, el régimen comunista, bajo la dirección del Partido Bolchevique, implementó políticas que afectaron prácticamente todos los aspectos de la vida de los ciudadanos soviéticos, incluida la religión y, por ende, las celebraciones religiosas.

Una de las festividades más impactadas fue la Navidad. Aunque en la Rusia zarista y en las primeras décadas del siglo XX la Navidad era una celebración profundamente arraigada en las tradiciones ortodoxas y en la vida de los rusos, la llegada del comunismo cambió radicalmente la forma en que esta festividad era vista y celebrada. En este artículo, exploraremos cómo la era soviética transformó la celebración de la Navidad, las políticas que llevaron a su persecución y el impacto cultural que tuvo en las generaciones que crecieron bajo el régimen soviético.


La Revolución Rusa y la llegada del comunismo

Tras la Revolución de Octubre de 1917, en la que los bolcheviques tomaron el poder en Rusia, el nuevo gobierno de Vladimir Lenin implementó políticas que buscaban crear una sociedad ateísta y laica. La Iglesia Ortodoxa Rusa, que había sido una institución central en la vida de la gente durante siglos, fue vista como un obstáculo para los ideales del materialismo histórico y la lucha de clases. En este contexto, las celebraciones religiosas fueron desalentadas y, en muchos casos, prohibidas.

Aunque el comunismo no erradicó de inmediato la práctica religiosa, los bolcheviques adoptaron medidas que restringieron las festividades religiosas y promovieron una cultura secular. Entre las festividades religiosas afectadas estaba, por supuesto, la Navidad.


La prohibición oficial de la Navidad

En 1929, el gobierno soviético tomó una decisión clave que afectó la celebración de la Navidad: la Navidad fue oficialmente eliminada como fiesta estatal. El 27 de diciembre de 1929, el gobierno de Josef Stalin aprobó una ley que prohibió la celebración de la Navidad en la Unión Soviética, sustituyéndola por celebraciones laicas. Esta medida formaba parte de un conjunto de políticas que buscaban suprimir la religión y fortalecer el ateísmo en la sociedad.

El hecho de que la Navidad fuera una celebración cristiana, vinculada a la Iglesia Ortodoxa y a las tradiciones religiosas, hizo que fuera vista como contrarrevolucionaria y un residuo del pasado zarista. El Partido Comunista, en su afán de promover una ideología atea y científica, consideraba que tales celebraciones no tenían cabida en la nueva sociedad socialista que estaban construyendo.

Sustitución de la Navidad por el Año Nuevo

Con la prohibición de la Navidad, el gobierno soviético trató de llenar el vacío con una festividad que no tuviera connotaciones religiosas: el Año Nuevo. El 31 de diciembre se convirtió en la principal festividad del invierno, adoptando muchas de las características que anteriormente pertenecían a la Navidad. Esta transformación fue un proceso gradual, pero efectivo. Mientras que la Navidad había sido asociada con las iglesias, el Año Nuevo se centró en la familia, el consumo y la diversión laica.

El Árbol de Navidad, tradicionalmente un símbolo de la celebración cristiana del nacimiento de Cristo, también fue asociado con el Año Nuevo. Se adoptó el nombre de “Yolka” (Ёлка), y se convirtió en un elemento central de la celebración del 31 de diciembre, aunque con un enfoque completamente secular. Los regalos, la decoración y las fiestas familiares se mantuvieron, pero se despojaron de su carácter religioso.


La “Navidad” de la era soviética: El Padre Frost (Ded Moroz)

En lugar de Papá Noel o Santa Claus, la figura tradicionalmente vinculada a la Navidad en muchas culturas occidentales, en la Unión Soviética se popularizó la figura de Ded Moroz (Дед Мороз), o “Abuelo Frío”, que se convirtió en el equivalente soviético de Santa Claus. Ded Moroz es una figura parecida a Santa, pero con algunas diferencias clave. En lugar de ser una figura asociada con la Navidad, Ded Moroz estaba relacionado principalmente con las celebraciones del Año Nuevo.

En la época soviética, Ded Moroz reemplazó a la figura de Jesucristo en las celebraciones de la Navidad. En lugar de traer regalos a los niños como una recompensa por su bondad, Ded Moroz traía regalos en la víspera del Año Nuevo. La figura de Ded Moroz estaba acompañada por Snegurochka (Снегурочка), su nieta, que representaba el espíritu del invierno. Aunque esta figura estaba vinculada al Año Nuevo, su aspecto festivo y su función de traer regalos a los niños la convertían en una figura parecida a Santa Claus, pero sin las connotaciones religiosas asociadas con la Navidad.


La resurrección de la Navidad en la era posterior a la URSS

La Navidad siguió siendo prohibida como festividad religiosa a lo largo de la mayor parte de la era soviética. Sin embargo, a partir de los años 70 y 80, las restricciones empezaron a aflojarse en ciertos aspectos. La Navidad Ortodoxa, que se celebra el 7 de enero en el calendario juliano, se mantuvo en el ámbito privado, aunque no se celebraba de manera oficial ni en espacios públicos. Algunas personas seguían asistiendo a los servicios religiosos de Navidad, pero esto debía hacerse de forma discreta, ya que la religión en general seguía siendo vista como un obstáculo para la ideología comunista.

A pesar de que la Navidad estaba prohibida, algunas tradiciones relacionadas con la Navidad, como las reuniones familiares y las cenas festivas, persistieron bajo la forma de celebraciones privadas o de poco perfil. Sin embargo, la Navidad ortodoxa no volvió a ser una fiesta pública hasta después del colapso de la Unión Soviética en 1991, cuando la Iglesia Ortodoxa Rusa recuperó parte de su poder y la Navidad fue restaurada como una festividad religiosa en el país.


El impacto cultural: La transformación de las tradiciones

El impacto de la era soviética en la celebración de la Navidad fue significativo, tanto en términos religiosos como culturales. El régimen soviético logró transformar la Navidad en una festividad completamente secular y desvinculada de su significado cristiano. El Año Nuevo, en lugar de la Navidad, se convirtió en el evento central de las festividades de invierno, mientras que figuras como Ded Moroz remplazaron a los personajes religiosos como Jesucristo y los Reyes Magos.

A lo largo de las décadas de control soviético, las generaciones que crecieron en la Unión Soviética no solo perdieron el contacto con las tradiciones religiosas asociadas con la Navidad, sino que también vivieron en un ambiente cultural donde la religión era reprimida y las festividades fueron secularizadas para ajustarse a los valores del estado socialista.


Conclusión

La era soviética dejó una huella profunda en la forma en que se celebraba la Navidad en Rusia y en otros países de la Unión Soviética. La prohibición oficial de la Navidad y la sustitución de las celebraciones religiosas por el Año Nuevo marcó un cambio radical en las costumbres y tradiciones, transformando la Navidad en una festividad secular centrada en la familia y el consumo. Aunque la Navidad nunca desapareció por completo, durante décadas fue opacada por la festividad del Año Nuevo, con figuras como Ded Moroz asumiendo el papel de Santa Claus en un contexto totalmente laico.

Con el colapso de la Unión Soviética en 1991, muchas de las viejas tradiciones religiosas fueron restauradas, y la Navidad ortodoxa comenzó a celebrarse nuevamente en público. Sin embargo, el legado cultural de la era soviética sigue presente, especialmente en la falta de familiaridad con las celebraciones religiosas de la Navidad entre las generaciones que crecieron bajo el régimen ateo del Partido Comunista.

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