La Política Exterior de Rosas frente al Bloqueo Francés e Inglés: Soberanía y Resistencia

Publicado el 4 julio, 2025 por Rodrigo Ricardo

El período de Juan Manuel de Rosas al frente de la Confederación Argentina estuvo marcado por una firme defensa de la soberanía nacional frente a las presiones de potencias extranjeras, particularmente Francia y Gran Bretaña. Estos dos países, en su afán de expandir su influencia económica y política en América Latina, implementaron un bloqueo contra Buenos Aires y otras regiones de la Confederación, buscando imponer condiciones favorables a sus intereses comerciales y diplomáticos. Rosas, representante del federalismo y defensor de la autonomía argentina, respondió con una combinación de resistencia política, movilización popular y estrategias económicas que dejaron una huella profunda en la historia del país.

El contexto internacional de la época estaba dominado por el imperialismo europeo, que veía en las jóvenes naciones latinoamericanas un terreno fértil para la explotación de recursos y la imposición de tratados desiguales. Sin embargo, Rosas supo capitalizar el sentimiento nacionalista y antiimperialista que permeaba amplios sectores de la sociedad, desde las elites rurales hasta los sectores populares urbanos, consolidando un frente interno que permitió resistir las agresiones externas.

El bloqueo anglo-francés no fue un evento aislado, sino parte de una estrategia más amplia de intervención en los asuntos internos de los Estados sudamericanos. Francia, en particular, había iniciado hostilidades contra la Confederación Argentina en 1838, bajo el pretexto de proteger los derechos de sus ciudadanos residentes en el país, aunque el trasfondo era claramente económico y político. Los comerciantes franceses buscaban privilegios arancelarios y la libre navegación de los ríos interiores, lo que habría debilitado el control territorial y fiscal de Rosas.

Por su parte, Gran Bretaña, aunque inicialmente más cautelosa, terminó uniéndose al bloqueo en 1845, presionada por sus intereses comerciales y la competencia con Francia por la influencia en la región. La respuesta de Rosas fue contundente: no solo se negó a ceder ante las exigencias extranjeras, sino que también logró galvanizar el apoyo interno presentándose como el garante de la independencia argentina frente a las potencias coloniales. Este enfrentamiento no solo tuvo repercusiones diplomáticas, sino que también reforzó la identidad nacional en formación, al vincular la defensa de la soberanía con la lucha contra la intervención extranjera.

El Nacionalismo Popular y la Movilización Social durante el Bloqueo

Uno de los aspectos más destacados del conflicto con Francia y Gran Bretaña fue la capacidad de Rosas para movilizar a amplios sectores de la sociedad en defensa de su gobierno y de la soberanía nacional. A diferencia de otros líderes de la época, Rosas no dependió exclusivamente de las elites políticas o militares, sino que supo articular un discurso que resonaba entre las clases populares, los gauchos y los habitantes rurales, quienes veían en las potencias extranjeras una amenaza a su forma de vida.

La prensa federal, controlada en gran medida por el régimen, jugó un papel clave en este proceso, difundiendo consignas patrióticas y denunciando las intenciones imperialistas de Francia y Gran Bretaña. Además, Rosas utilizó símbolos y rituales políticos, como el uso del color rojo punzó, para fortalecer la cohesión interna y marcar una clara división entre los partidarios de la Confederación y sus opositores, muchos de los cuales estaban aliados con los intereses extranjeros.

La resistencia al bloqueo también tuvo un componente económico importante. A pesar de las dificultades generadas por el cierre de los puertos, Rosas implementó medidas para sostener la economía, como el fomento del consumo de productos locales y la redistribución de recursos entre las provincias federales. Estas acciones no solo mitigaron el impacto del bloqueo, sino que también reforzaron la idea de una economía nacional autosuficiente, alejada de los dictámenes de las potencias extranjeras.

Por otro lado, el conflicto exacerbó las tensiones entre unitarios y federales, ya que muchos opositores a Rosas vieron en el bloqueo una oportunidad para debilitar su gobierno, llegando incluso a colaborar con los franceses y británicos. Esta división interna reflejaba las profundas fracturas políticas y sociales de la Argentina poscolonial, donde la definición del proyecto nacional aún estaba en disputa. Sin embargo, la habilidad de Rosas para presentar la resistencia al bloqueo como una causa patriótica le permitió mantener una base de apoyo sólida, incluso en momentos de gran presión internacional.

Legado y Reflexiones sobre la Soberanía en el Siglo XIX

El bloqueo francés e inglés contra la Confederación Argentina durante el gobierno de Rosas dejó un legado ambiguo pero profundamente significativo en la historia del país. Por un lado, demostró la capacidad de resistencia de una nación joven frente a las potencias más poderosas de la época, sentando un precedente en la defensa de la soberanía nacional.

Por otro lado, también evidenció las limitaciones de una economía dependiente del comercio exterior y las tensiones internas que caracterizaron el proceso de construcción estatal en el siglo XIX. Rosas, aunque controversial, se convirtió en un símbolo de la lucha contra el intervencionismo extranjero, una figura que sería reivindicada por corrientes nacionalistas y populares en décadas posteriores. Su estrategia combinó la firmeza diplomática con la movilización social, creando un modelo de liderazgo que, pese a sus aspectos autoritarios, logró mantener la integridad territorial y política de la Confederación en un contexto adverso.

Desde una perspectiva sociopolítica, el conflicto con Francia y Gran Bretaña también plantea preguntas sobre la naturaleza de la soberanía en América Latina durante el siglo XIX. Las jóvenes repúblicas enfrentaban no solo el desafío de consolidar sus instituciones internas, sino también el de resistir las presiones de un sistema internacional dominado por potencias imperialistas.

En este sentido, el caso argentino bajo Rosas ilustra cómo las luchas internas entre federales y unitarios, entre proyectos políticos antagónicos, se entrelazaron con las dinámicas globales de poder. La resistencia al bloqueo fue, en última instancia, una defensa de la autonomía política y económica, pero también un reflejo de las contradicciones de una sociedad en transición, donde las nociones de nación, pueblo y gobierno estaban aún en formación. El legado de este período sigue siendo relevante hoy, en un mundo donde las relaciones entre Estados poderosos y periféricos continúan siendo marcadas por la asimetría y la lucha por la autodeterminación.

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