Musicoterapia: Historia, tipos y beneficios

Publicado el 20 marzo, 2024 por Rodrigo Ricardo

¿Qué es la musicoterapia?

La Asociación Estadounidense de Musicoterapia (AMTA) define la musicoterapia como “el uso clínico y basado en evidencia de intervenciones musicales para lograr objetivos individualizados dentro de una relación terapéutica por parte de un profesional acreditado que ha completado un programa de musicoterapia aprobado”. En otras palabras, es una forma de terapia que utiliza la música para ayudar al paciente con sus objetivos individuales.

El profesional acreditado mencionado por la AMTA se llama musicoterapeuta. Las técnicas de musicoterapia utilizan no sólo la música como terapia, sino también otras herramientas dentro de una amplia gama de enfoques terapéuticos. Utilizando estas variadas técnicas, los musicoterapeutas han podido ayudar a los pacientes a controlar aspectos como el estrés cotidiano y las afecciones de salud mental, mejorar su memoria y navegar por la rehabilitación de afecciones físicas y relacionadas con el habla.

Historia de la musicoterapia

Sorprendentemente, la historia de la musicoterapia es bastante corta. Durante siglos ha habido teorías sobre los beneficios potenciales de la música, desde tocarla o componerla hasta escucharla y bailarla. Filósofos griegos como Platón y Pitágoras escribieron sobre los efectos de la música y la educación musical, teorizando que puede tener muchos impactos positivos en el desarrollo y la salud humanos.

El primer trabajo científico sobre el tema se publicó en 1789: “La música considerada físicamente” (se desconoce el autor). Más tarde, dos estudiantes que estudiaron con el pionero psiquiatra estadounidense Benjamin Rush, Edwin Augustus Atlee y Samuel Mathews, publicaron sus disertaciones en 1804 y 1806, respectivamente, elaborando sus creencias sobre el potencial de la musicoterapia.

Sin embargo, después de la Primera y Segunda Guerra Mundial, la musicoterapia se hizo mucho más popular. Estados Unidos contrató músicos para trabajar con veteranos que tenían dificultades después de su servicio, y muchos de los veteranos se beneficiaron de estos programas. Nadie encabezó la creación de la musicoterapia: muchos músicos y profesionales médicos vieron su potencial y, tras dos guerras devastadoras, finalmente pudieron comenzar a intentar ayudar a otros con esta idea.

La Asociación Nacional de Musicoterapia se formó en Estados Unidos en 1950, seguida de la Federación Urbana de Musicoterapeutas en 1971. En 1998, las dos se fusionaron para convertirse en la Asociación Estadounidense de Musicoterapia (AMTA). El primer número del Journal of Music Therapy se publicó en 1964, lo que ayudó a solidificar el campo dentro del mundo académico. También existen dos organizaciones internacionales: la Federación Mundial de Musicoterapia, creada en 1985, y la Confederación Europea de Musicoterapia, creada en 1990.

Estudios más recientes en revistas como Psychomusicology han proporcionado evidencia empírica que respalda que la musicoterapia es beneficiosa para muchas personas que luchan contra el trastorno de estrés postraumático (TEPT), como los veteranos. Los académicos y profesionales de la musicoterapia continúan explorando nuevas formas en que la musicoterapia puede ser útil para los pacientes. Más recientemente, la musicoterapia ha beneficiado a muchas personas diagnosticadas con trastornos del espectro autista (TEA) y a aquellas con trastornos por uso de sustancias.

Tipos de musicoterapia

Hay muchos tipos de musicoterapia. No varían necesariamente según la música que se utiliza, sino cómo se utiliza esa música; cualquier género musical se puede utilizar para musicoterapia y se tienen en cuenta las preferencias individuales y las asociaciones culturales. Por ejemplo, la música que a menudo se percibe como relajante en las culturas occidentales puede no producir el mismo efecto en otras culturas. Como resultado, la terapia se adaptará. Del mismo modo, un individuo puede encontrar estresante lo que debería ser música relajante, en contraste con la percepción general de su cultura. En ese caso, la terapia se adaptará nuevamente a cada individuo.

Las musicoterapias comúnmente se analizan en términos de si son activas o receptivas. En las formas activas de musicoterapia, el paciente participa de alguna manera en la creación de música. En las formas receptivas, el paciente sólo puede escuchar la música antes de participar en otro elemento de la intervención terapéutica, como la discusión.

Los diferentes tipos de musicoterapia incluyen:

  • Composición: los pacientes componen música solos o con su terapeuta, con o sin letra. En una forma, llamada musicoterapia Benenzon, el paciente crea su “identidad musical” que luego puede discutir con su terapeuta. Esto puede ayudar a facilitar la expresión creativa y el diálogo. Los pacientes que pueden tener dificultades para expresar cosas a través de palabras pueden ser capaces de articular sus sentimientos a través del sonido.
  • Improvisación: existen muchas formas de musicoterapia de improvisación, incluido el modelo de musicoterapia de Nordoff-Robbins, donde el paciente y el terapeuta improvisan juntos. Los pacientes pueden beneficiarse de este enfoque de muchas maneras. La improvisación es un desafío para el cerebro y el control motor, y la música puede ayudar a facilitar la rehabilitación física y la recuperación de diferentes formas de lesiones cerebrales traumáticas. Este enfoque también facilita la expresión creativa y el diálogo y puede ayudar al paciente a sentirse más conectado socialmente.
  • Musicoterapia recreativa: esta forma implica que el paciente recree la música que el terapeuta toca (o canta). Esto ha sido especialmente útil para los pacientes que trabajan para recuperar el control del habla. A través del canto, pueden afinar su control motor y las funciones cerebrales relacionadas con el habla y, con el tiempo, pueden dejar lentamente el canto como su principal forma de comunicación si así lo desean.
  • Escucha: en métodos como el método Bonny de imágenes y música guiadas (GIM), los pacientes escuchan una pieza musical elegida por el musicoterapeuta y discuten las cosas que sintieron, recordaron o visualizaron mientras escuchaban. Esto puede proporcionar una entrada a conversaciones diferentes y, a veces, difíciles para el paciente.

Beneficios de la musicoterapia

Los musicoterapeutas pueden participar en muchos otros tipos de musicoterapia. Algunos otros beneficios notables de la musicoterapia incluyen:

  • Desarrollar la regulación emocional: la música puede ayudar a regular la respiración y proporcionar un enfoque externo. También puede ayudar a desarrollar habilidades de atención plena, mediante las cuales uno puede estar más en sintonía con sus emociones como sentimientos físicos, ayudándole a regular estas emociones antes de sentirse abrumado.
  • Fortalecer la autoestima: El acto de crear algo puede, en sí mismo, ayudar a aumentar la autoestima y la autoimagen. En musicoterapia, el musicoterapeuta también puede llamar la atención sobre las cualidades positivas del paciente y también sobre la música que puede crear o elegir.
  • Desarrollar mecanismos de afrontamiento: dado que la música puede ayudar con la regulación emocional y la autoestima, no sorprende que también pueda ser un buen mecanismo de afrontamiento. Usar la música para regular sentimientos o procesar experiencias suele ser parte de la musicoterapia.
  • Mejorar la memoria: Especialmente a los pacientes con pérdida de memoria progresiva o asociada a la edad, utilizar música que les resulte familiar desde la infancia, por ejemplo, puede aportarles mucha alegría y ayudarles a recordar cosas que pueden haber olvidado.

Resumen de la lección

La musicoterapia es una forma relativamente nueva de intervención terapéutica adecuada a una amplia gama de preocupaciones. Comenzó después de la Primera y Segunda Guerra Mundial, cuando músicos y veteranos descubrieron que la música era una forma útil para que los ex miembros del servicio afrontaran lo que ahora llamamos PTSD (trastorno de estrés postraumático). Ahora, es más conocido que los pacientes que trabajan con un musicoterapeuta acreditado pueden acceder a una amplia gama de beneficios. Los beneficios de la musicoterapia incluyen aprender a afrontar situaciones emocionalmente complejas, desarrollar habilidades de regulación emocional y nuevos mecanismos de afrontamiento, y mejorar la memoria y las habilidades motoras. La musicoterapia también ha demostrado ser útil para ayudar a los pacientes que se someten a rehabilitación física, terapia del habla o se recuperan de lesiones cerebrales traumáticas.

La mayoría de los tipos de musicoterapia se describen como activa o receptiva. En las formas activas de musicoterapia, el paciente crea música mediante la composición, la improvisación o la repetición de lo que ha hecho el terapeuta. Estas formas pueden ayudar en la conexión social, la expresión emocional y creativa y la rehabilitación. Las formas receptivas de musicoterapia implican escuchar música. Por ejemplo, el paciente puede escuchar una canción pop y luego comentar los pensamientos, sentimientos e imágenes que experimentó mientras la escuchaba. A medida que continúe la investigación sobre la musicoterapia, es probable que se introduzca en más planes de tratamiento para una gama más amplia de afecciones y objetivos.

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