¿Por qué Dios eligió a Israel como su Pueblo?
Dios e Israel: Por qué lo eligió como su pueblo
Una de las preguntas más fundamentales en la teología judeocristiana es por qué Dios eligió a Israel como su pueblo. Este concepto, conocido como la elección divina, es central en el Antiguo Testamento y forma la base de la relación entre Dios e Israel. Para entender este tema, es necesario explorar las narrativas bíblicas, el propósito detrás de esta elección y cómo se interpreta en las tradiciones judía y cristiana.
La elección de Israel en la Biblia
El Antiguo Testamento relata cómo Dios seleccionó a Abraham y su descendencia para establecer un pacto especial con ellos. En Génesis 12:1-3, Dios le dice a Abraham:
“Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre a la tierra que te mostraré. Haré de ti una nación grande, te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.”
Este pacto se reitera con los descendientes de Abraham: Isaac, Jacob (también llamado Israel) y posteriormente con el pueblo de Israel como nación en el monte Sinaí, cuando Dios entrega la Ley a Moisés. En Éxodo 19:5-6, Dios declara:
“Ahora, pues, si dais oído a mi voz y guardáis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra. Vosotros me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa.”
Motivos detrás de la elección divina
1. Por su amor y soberanía
La elección de Israel no se basa en sus méritos, poder o número, sino en el amor soberano de Dios. En Deuteronomio 7:7-8, se explica:
“No por ser vosotros el pueblo más numeroso de todos los pueblos os ha querido el Señor y os ha escogido, pues erais el más insignificante de todos los pueblos, sino porque el Señor os amó y quiso guardar el juramento que hizo a vuestros padres.”
Dios eligió a Israel simplemente porque así lo quiso, mostrando que Su amor y fidelidad no dependen de las cualidades humanas, sino de Su propósito divino.
2. Para cumplir Su promesa a los patriarcas
La elección de Israel está estrechamente vinculada al pacto que Dios hizo con Abraham, Isaac y Jacob. En Génesis 17:7, Dios promete a Abraham:
“Estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia después de ti por sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios y el de tu descendencia después de ti.”
Este pacto incluye la promesa de una tierra, una descendencia numerosa y el propósito de que, a través de ellos, todas las naciones de la tierra sean bendecidas.
3. Para ser un testimonio al mundo
Dios eligió a Israel no solo para su propio beneficio, sino para que fueran un testimonio de Su gloria y carácter al resto de las naciones. En Isaías 49:6, se dice:
“Te pongo como luz para las naciones, a fin de que seas mi salvación hasta los confines de la tierra.”
El propósito de Israel era reflejar la justicia, santidad y amor de Dios al mundo, mostrando cómo es vivir bajo Su soberanía.
El papel de Israel como pueblo elegido
La relación entre Dios e Israel se describe como un pacto, una alianza que incluye tanto bendiciones como responsabilidades. Israel debía:
- Guardar la Ley de Dios: Los mandamientos y estatutos entregados a Moisés en el monte Sinaí eran una guía para vivir en santidad y justicia.
- Ser una nación santa: Esto significaba estar separados de las prácticas paganas de las naciones vecinas.
- Ser un reino de sacerdotes: Israel debía interceder entre Dios y las demás naciones, acercándolas al conocimiento del verdadero Dios.
Sin embargo, la historia bíblica muestra que Israel falló repetidamente en cumplir con estas responsabilidades, lo que llevó a castigos como el exilio. A pesar de ello, Dios permaneció fiel a Su pacto.
La elección de Israel en la teología cristiana
En el cristianismo, la elección de Israel se entiende como parte del plan redentor de Dios que culmina en Jesucristo. Según esta perspectiva, Israel fue elegido para ser el canal a través del cual vendría el Mesías, quien ofrecería salvación no solo a Israel, sino a todas las naciones.
En Romanos 9:4-5, el apóstol Pablo afirma:
“A ellos pertenecen la adopción, la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; de ellos son los patriarcas, y de ellos, según la carne, vino Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas.”
La elección de Israel, por lo tanto, es vista como un paso esencial en el plan de Dios para redimir a la humanidad.
Interpretaciones modernas
En el judaísmo contemporáneo, la elección divina de Israel sigue siendo una creencia central. Sin embargo, no siempre se interpreta en términos de privilegio, sino más bien como una responsabilidad moral y espiritual. Ser el pueblo elegido implica llevar una vida que sea un ejemplo ético y espiritual para el mundo.
Por otro lado, algunas interpretaciones cristianas sostienen que, con la llegada de Cristo, la noción de un pueblo elegido se amplía para incluir a todas las personas que tienen fe en Jesús, haciendo que la iglesia sea el nuevo pueblo de Dios.
Conclusión
Dios eligió a Israel como Su pueblo por razones que van más allá de la comprensión humana, basadas en Su amor, soberanía y propósito redentor. Israel fue llamado a ser un testimonio vivo del carácter de Dios, un ejemplo para las naciones y el canal para la llegada del Mesías. Aunque esta elección conlleva privilegios, también implica grandes responsabilidades.
La elección de Israel sigue siendo un tema profundo y significativo, que invita a reflexionar sobre el compromiso de vivir una vida alineada con la voluntad de Dios y su plan para bendecir a toda la humanidad.
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