¿Cómo cayó Tenochtitlán en manos de los españoles?

Publicado el 25 noviembre, 2024 por Rodrigo Ricardo

Tenochtitlán y su caída en manos de los españoles?

La caída de Tenochtitlán, la majestuosa capital del Imperio Mexica, es uno de los eventos más trascendentales de la historia de América. Este acontecimiento marcó el fin de una de las civilizaciones más avanzadas de su tiempo y el inicio de la dominación española en gran parte de América. La ciudad, que se encontraba ubicada sobre un lago en el actual México y era considerada una de las maravillas del mundo prehispánico, cayó en manos de los conquistadores españoles liderados por Hernán Cortés el 13 de agosto de 1521. El proceso que llevó a la derrota de Tenochtitlán fue complejo y estuvo marcado por una combinación de estrategias militares, alianzas políticas, traiciones y la devastadora influencia de enfermedades traídas por los europeos.

El contexto previo a la caída de Tenochtitlán

En 1519, Hernán Cortés y su ejército, compuesto por alrededor de 500 hombres y un pequeño número de caballos, llegaron a las costas de México con la misión de explorar y colonizar nuevas tierras en nombre de la corona española. Tras una serie de alianzas con pueblos indígenas que se oponían al poderío de los mexicas, como los tlaxcaltecas, Cortés se dirigió hacia Tenochtitlán, la capital del Imperio Mexica gobernado por Moctezuma II.

Moctezuma, al recibir a Cortés, lo recibió inicialmente con hospitalidad, quizás debido a las profecías que sugerían la llegada de un dios blanco, y la confusión provocada por la aparición de los extranjeros. Sin embargo, las tensiones entre los españoles y los mexicas comenzaron a escalar rápidamente. Cortés, aprovechando el descontento de otros pueblos indígenas, especialmente de los tlaxcaltecas, comenzó a tomar decisiones estratégicas para asegurar el dominio de los mexicas.

En noviembre de 1519, Cortés entró en Tenochtitlán, y, al principio, las relaciones entre los mexicas y los españoles fueron cordiales. Sin embargo, a medida que avanzaba la estancia de los españoles en la ciudad, las diferencias culturales, religiosas y políticas se hicieron más evidentes. El hecho de que los españoles comenzaron a exigir tributos, y su comportamiento agresivo hacia la población mexica, fue interpretado como una amenaza.

La captura de Moctezuma y la rebelión mexica

A medida que la estancia de los españoles se alargaba, la situación se complicaba. Cortés, al darse cuenta de que Moctezuma no podía contener a su propio pueblo, lo capturó y lo mantuvo prisionero en su palacio. Moctezuma, que se encontraba bajo arresto domiciliario, fue utilizado como un títere por los españoles para ejercer control sobre la ciudad. Sin embargo, la situación pronto se tornó insostenible.

A finales de junio de 1520, mientras Cortés se encontraba fuera de Tenochtitlán enfrentando una expedición enviada para arrestarlo, Pedro de Alvarado, que había quedado al mando, ordenó una masacre durante la celebración religiosa mexica de Toxcatl. Este acto de violencia desató una rebelión en la ciudad, que culminó en la Noche Triste, el 30 de junio de 1520, cuando los españoles intentaron huir de Tenochtitlán, siendo atacados por los mexicas. En esta retirada, los conquistadores sufrieron grandes pérdidas, con muchos soldados muertos, y la mayor parte del oro y los tesoros saqueados durante la estancia en la ciudad fueron perdidos.

Tras esta humillante derrota, Cortés se retiró a la costeña Veracruz con los restos de su ejército. Sin embargo, en ese momento, la situación comenzó a cambiar: los tlaxcaltecas, que habían sido aliados de los españoles, se unieron nuevamente a ellos, y Cortés pudo reagrupar a una fuerza más grande para retomar su avance hacia Tenochtitlán.

El cerco a Tenochtitlán

Después de la Noche Triste, Cortés entendió que la única forma de vencer al Imperio Mexica era sitiar la ciudad y cortar sus suministros. En 1521, con el respaldo de un ejército de más de 1,000 soldados españoles y un número mucho mayor de alrededor de 70,000 guerreros indígenas aliados, Cortés comenzó el cerco a Tenochtitlán. La estrategia de Cortés fue sencilla pero eficaz: aislar la ciudad de sus fuentes de abastecimiento y destruir sus infraestructuras clave.

El asedio a la ciudad de Tenochtitlán fue largo y extremadamente difícil. Cortés y sus aliados cortaron las chinampas (islas artificiales de cultivo) que abastecían de comida a la población, además de destruir los puentes y canales que conectaban la ciudad con el resto del territorio. A pesar de sus esfuerzos, los mexicas, liderados por el nuevo emperador Cuitláhuac, resistieron ferozmente y lograron causar bajas significativas entre los asediadores, especialmente debido a la estrategia de guerra de guerrillas y ataques nocturnos.

Sin embargo, la resistencia de los mexicas se vio severamente debilitada por dos factores decisivos: las enfermedades y la falta de recursos. Las enfermedades traídas por los españoles, como la viruela, diezmaron a la población mexica. La falta de comida y el constante asedio también hicieron que las fuerzas mexicas se agotaran, mientras que los refuerzos de Cortés no dejaban de llegar.

La caída de Tenochtitlán

El cerco de Cortés se intensificó durante varios meses. En agosto de 1521, los españoles, con la ayuda de los aliados indígenas, lograron penetrar las defensas de Tenochtitlán. La ciudad, construida sobre un lago, era vulnerable debido a su diseño y a la falta de recursos. El 13 de agosto de 1521, tras un feroz enfrentamiento, Cuitláhuac fue derrotado y las fuerzas mexicas, exhaustas y desmoralizadas, finalmente se rindieron.

La caída de Tenochtitlán fue un golpe mortal para el Imperio Mexica, que perdió su capital, su centro de poder y su capacidad de resistencia. Moctezuma había muerto poco antes de la caída, bajo circunstancias ambiguas, lo que dejó a los mexicas sin un liderazgo fuerte. Cuitláhuac, el nuevo emperador, no pudo resistir el cerco de Cortés, y la ciudad fue tomada por los conquistadores.

Después de la rendición, Tenochtitlán fue saqueada y destruida en gran medida. Los edificios principales de la ciudad fueron destruidos, y se comenzó la construcción de una nueva ciudad: Ciudad de México, que sería la capital del Virreinato de la Nueva España.

Las consecuencias de la caída

La caída de Tenochtitlán significó el fin del Imperio Mexica y el inicio de la colonización española en el Valle de México. Este evento transformó radicalmente la geografía, la cultura y la población de Mesoamérica. Las costumbres indígenas fueron reemplazadas en gran medida por las instituciones y creencias europeas, principalmente el catolicismo y el sistema colonial.

Sin embargo, la caída también fue el inicio de una nueva era en América Latina, una era de mestizaje cultural, donde las culturas indígenas, africanas y europeas se entrelazarían para formar lo que hoy conocemos como la identidad latinoamericana.

Conclusión

La caída de Tenochtitlán fue el resultado de una serie de factores complejos: la superioridad tecnológica y militar de los españoles, las alianzas con pueblos indígenas enemigos de los mexicas, y las devastadoras enfermedades traídas por los conquistadores. Sin embargo, no fue una victoria fácil para los españoles. Fue el resultado de un largo proceso de guerra, asedio, estrategia política y resistencia. La caída de la ciudad mexica no solo significó la desaparición de uno de los imperios más poderosos del continente, sino también el comienzo de una nueva etapa en la historia de América, marcada por la colonización, el mestizaje y una profunda transformación cultural.

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