Estímulos internos y externos: definición y ejemplos
Homeostasis y estímulos
La gente suele hablar del equilibrio de la naturaleza y de cómo todo debe estar en armonía. Pero su cuerpo también es parte de la naturaleza y tiene su propio equilibrio. No estamos hablando de permanecer erguido o mantener el equilibrio en una repisa. No, este es un tipo diferente de equilibrio. Este tipo de equilibrio se llama homeostasis.
La homeostasis es propiedad de los sistemas biológicos donde las cosas se controlan para mantener las condiciones internas estables e invariables. Por ejemplo, su cuerpo debe mantener una temperatura de 98.6 ° F (37 ° C), la saturación de oxígeno de su sangre debe permanecer entre 95% y 100%, y su sangre debe mantener un pH entre 7.35 y 7.45. Si estas cosas cambian aunque sea levemente, pueden causar problemas importantes dentro del cuerpo. Incluso un aumento de temperatura de 0.2 ° C se considera elevado, y solo se necesita una temperatura de 100.4 ° F (38 ° C) para que se considere fiebre. Su cuerpo también necesita mantenerse seguro y protegerse para mantener la homeostasis.
El cuerpo mantiene la homeostasis respondiendo a los estímulos. Estas respuestas complejas devuelven rápidamente al cuerpo a su estado habitual. Si no lo hicieran, constantemente tendríamos fiebre o nos sentiríamos enfermos. Echemos un vistazo a cómo responde el cuerpo a los estímulos que pueden afectar su homeostasis.
Estímulos internos vs externos
Hay dos tipos de estímulos que afectan al organismo: externos e internos. Los estímulos externos son cambios en las condiciones externas al cuerpo o, en general, información externa al cuerpo que detectan nuestros sentidos. Por ejemplo, nuestros cuerpos responden a los cambios de luz y temperatura y a las fuentes de peligro. La luz afecta los ritmos circadianos de nuestro cuerpo , lo que hace que nos sintamos somnolientos o despiertos en los momentos adecuados. La temperatura hace que nuestros cuerpos encuentren rápidamente formas de calentarse o enfriarse. Lo hace sudando, temblando, aumentando o disminuyendo el tamaño de los vasos sanguíneos cerca de la superficie de la piel y creando la piel de gallina para reposicionar el cabello. Y el peligro provoca la liberación de hormonas, que crean una respuesta de lucha o huida: quedarse y luchar contra el peligro o huir a un lugar seguro.
Los estímulos internos son cambios en las condiciones internas del cuerpo. Los ejemplos que mejor conocemos son cuando su cuerpo carece de agua o alimentos, cuando ha ingerido alimentos contaminados o cuando hay un virus presente en el cuerpo. El cuerpo también responde rápidamente a estas situaciones. Si su cuerpo carece de comida o agua, le hará sentir hambre o sed. Si ha ingerido alimentos contaminados, su cuerpo puede provocarle el vómito para eliminarlos. Si un virus está presente en el cuerpo, su temperatura central puede aumentar para ayudar a ralentizar el progreso del virus.
Nuestros cuerpos tienen una capacidad asombrosa para adaptarse a las situaciones en las que se encuentran. Así es como hemos podido sobrevivir durante al menos decenas de miles de años y mucho más a lo largo de nuestra evolución. Los animales que no pudieron adaptarse a las situaciones a las que se enfrentaron se extinguieron, mientras que los que pudieron sobrevivir. Esto nos ha dejado algunas respuestas increíbles a los estímulos internos y externos que nos mantienen seguros y saludables.
Resumen de la lección
La homeostasis es la propiedad de los sistemas biológicos donde las cosas se controlan para mantener las condiciones internas estables e invariables. Nuestros cuerpos deben mantener una cierta temperatura y un cierto pH sanguíneo, mantenernos a salvo y mantener varias otras condiciones respondiendo a estímulos internos y externos.
Los estímulos externos son cambios fuera del cuerpo, o conocimientos que se nos transmiten a través de nuestros sentidos. Esto podría ser clima frío o caluroso, niveles de luz o peligro. Los estímulos internos son cambios en las condiciones internas del cuerpo, como alimentos peligrosos en el estómago, virus en el cuerpo o falta de alimentos o agua.
El cuerpo puede responder a los estímulos externos de muchas maneras, como sudoración, escalofríos, piel de gallina, somnolencia, sensación de vigilia o una respuesta de lucha o huida. El cuerpo puede responder a los estímulos internos vomitando, haciéndote sentir hambre o sed y aumentando tu temperatura, entre otras formas.
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