La Plusvalía en el Sistema Capitalista: Análisis Marxista y Actualidad

Publicado el 8 abril, 2025 por Rodrigo Ricardo

Introducción: El Concepto de Plusvalía en la Teoría Marxista

El concepto de plusvalía constituye uno de los pilares fundamentales de la crítica económica desarrollada por Karl Marx en su obra cumbre El Capital. Este término describe la diferencia entre el valor producido por el trabajador y el salario que recibe como remuneración, siendo esta diferencia apropiada por el capitalista como ganancia. Marx argumentaba que esta relación es la base misma de la explotación en el sistema capitalista, donde la fuerza de trabajo se convierte en una mercancía más, pero con la particularidad de ser la única capaz de crear nuevo valor. Para comprender cabalmente este mecanismo, es necesario adentrarse en la teoría del valor-trabajo, que postula que el valor de una mercancía está determinado por la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirla. En este marco, el trabajador recibe un salario que equivale al valor necesario para su subsistencia (reproducción de su fuerza de trabajo), mientras que las horas adicionales trabajadas generan un excedente que es confiscado por el capitalista.

El análisis de la plusvalía no se limita a una mera descripción económica, sino que revela las contradicciones inherentes al modo de producción capitalista. Marx distinguía entre plusvalía absoluta (obtenida mediante la prolongación de la jornada laboral) y plusvalía relativa (conseguida a través de incrementos en la productividad que reducen el tiempo de trabajo necesario). Estas categorías permiten entender cómo el capitalismo evoluciona históricamente, buscando constantemente nuevos métodos para intensificar la explotación. En el contexto actual, marcado por la digitalización y la economía de plataformas, estos conceptos adquieren renovada vigencia, pues las nuevas formas de organización laboral han generado modalidades sofisticadas de extracción de plusvalía que requieren ser analizadas críticamente. La comprensión de este mecanismo es esencial no solo para los estudios económicos, sino para cualquier proyecto emancipatorio que busque superar las relaciones de explotación características del sistema capitalista.

Plusvalía Absoluta y Relativa: Mecanismos de Explotación Capitalista

La distinción entre plusvalía absoluta y relativa ofrece un marco analítico poderoso para comprender las estrategias históricas del capital para incrementar la explotación. La plusvalía absoluta, característica de las primeras etapas del capitalismo industrial, se obtenía principalmente mediante la extensión de la jornada laboral hasta límites inhumanos, tal como documentaron Engels en La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra y Marx en sus investigaciones sobre la legislación fabril. Durante el siglo XIX, era común que los obreros, incluyendo mujeres y niños, trabajaran entre 14 y 16 horas diarias en condiciones deplorables, generando enormes ganancias para los capitalistas a costa de su salud y bienestar. Las luchas obreras por la reducción de la jornada laboral, que culminaron en la conquista de las 8 horas, representaron un hito histórico que obligó al capital a buscar otras vías para mantener sus tasas de ganancia.

Fue así como la plusvalía relativa se convirtió en el mecanismo predominante en el capitalismo maduro, basado en el incremento de la productividad mediante innovaciones tecnológicas y reorganización del proceso laboral. El desarrollo del taylorismo y el fordismo en el siglo XX ejemplifican este proceso, donde la introducción de cadenas de montaje y la división científica del trabajo permitieron producir más mercancías en menos tiempo, reduciendo la parte de la jornada dedicada a reproducir el valor de la fuerza de trabajo y ampliando consecuentemente la plusvalía. Sin embargo, estos métodos generaron nuevas formas de alienación y control sobre los trabajadores, tema que sería desarrollado posteriormente por la Escuela de Frankfurt y teóricos como Harry Braverman en Trabajo y Capital Monopolista. En la actualidad, con la revolución digital y la automatización, asistimos a una nueva fase en la producción de plusvalía relativa, donde algoritmos y plataformas digitales permiten una monitorización y intensificación del trabajo sin precedentes, planteando urgentes interrogantes sobre la necesidad de reformular las categorías marxistas para dar cuenta de estas transformaciones.

La Plusvalía en la Era del Capitalismo Digital y las Plataformas

El advenimiento de la economía digital ha generado profundas transformaciones en los mecanismos de extracción de plusvalía, requiriendo una actualización del marco teórico marxista para comprender estas nuevas realidades. Plataformas como Uber, Amazon Mechanical Turk o Deliveroo operan bajo un modelo que algunos teóricos denominan “capitalismo de plataformas”, donde la relación laboral tradicional es reemplazada por una ficción de autonomía que oculta formas más sutiles pero igualmente efectivas de explotación. Los trabajadores de estas plataformas, lejos de ser “emprendedores independientes” como pretenden presentarlos las empresas, se encuentran sometidos a algoritmos que controlan su ritmo de trabajo, establecen tarifas decrecientes y los obligan a competir entre sí en una carrera hacia el fondo que beneficia exclusivamente a los dueños de las plataformas. Este fenómeno ha sido conceptualizado como “uberizacióon” del trabajo, representando una nueva fase en la generación de plusvalía donde la frontera entre tiempo de trabajo y tiempo de vida se difumina completamente.

Paralelamente, la economía de los datos ha surgido como un nuevo terreno de acumulación capitalista, donde la información personal de los usuarios se convierte en materia prima para la generación de ganancias. Empresas como Google o Facebook ofrecen servicios aparentemente gratuitos a cambio de extraer y monetizar los datos de sus usuarios, en lo que el teórico Christian Fuchs ha denominado “trabajo digital no remunerado”. En este modelo, los usuarios generan valor a través de su actividad en línea (contenidos, interacciones, preferencias), pero este valor es apropiado íntegramente por las corporaciones tecnológicas. Esta forma de plusvalía, que algunos autores llaman “plusvalía 2.0”, plantea desafíos teóricos y políticos considerables, pues las herramientas tradicionales de lucha obrera (sindicatos, huelgas) resultan insuficientes frente a estas nuevas modalidades de explotación difusa y aparentemente voluntaria. La comprensión de estos fenómenos desde la teoría marxista requiere tanto de fidelidad a los principios fundamentales del análisis de la plusvalía como de la flexibilidad para incorporar estas novedosas formas de valorización del capital.

Críticas y Vigencia Actual de la Teoría de la Plusvalía

La teoría marxista de la plusvalía ha enfrentado diversas críticas a lo largo de su historia, desde los economistas neoclásicos hasta los teóricos posmodernos, pero sigue demostrando una notable capacidad explicativa para entender las dinámicas del capitalismo contemporáneo. La escuela neoclásica, representada por figuras como Eugen von Böhm-Bawerk, cuestionó la teoría del valor-trabajo argumentando que el valor deriva de la utilidad marginal y las preferencias subjetivas de los consumidores, no del tiempo de trabajo incorporado. Sin embargo, esta crítica pasa por alto que el análisis marxista no pretende explicar los precios de mercado inmediatos, sino las leyes fundamentales que rigen la acumulación capitalista a largo plazo. Más sofisticadas resultan las objeciones de economistas como Joan Robinson, quien si bien reconocía la importancia de la teoría de la explotación, señalaba dificultades en la transformación de valores a precios, un debate que dio origen a la famosa “controversia sobre el problema de la transformación” y que sigue siendo objeto de discusión entre economistas marxistas.

En el plano político, la teoría de la plusvalía mantiene plena vigencia como herramienta para analizar fenómenos como la creciente desigualdad global, la precarización laboral y las crisis económicas recurrentes. El informe anual de Oxfam revela cómo el 1% más rico de la población mundial captura una proporción cada vez mayor de la riqueza generada, confirmando en términos empíricos la tendencia marxista a la concentración y centralización del capital. Al mismo tiempo, el resurgimiento de debates sobre la renta básica universal, la reducción de la jornada laboral y los derechos de los trabajadores de plataformas demuestra que la cuestión de la distribución del excedente sigue siendo central en el debate político-económico. En este contexto, la teoría de la plusvalía no solo ofrece un diagnóstico potente de los males del capitalismo, sino que apunta hacia alternativas posibles, donde la socialización de los medios de producción y la democratización del excedente aparecen como horizontes necesarios para construir una sociedad más justa. La actual crisis ecológica añade otra dimensión a este análisis, pues evidencia cómo la lógica de acumulación infinita basada en la explotación de trabajo y naturaleza ha llevado al sistema al borde del colapso, haciendo más urgente que nunca la búsqueda de alternativas poscapitalistas.

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