Luis XV y la Decadencia de la Monarquía Francesa

Publicado el 11 abril, 2025 por Rodrigo Ricardo

Introducción: El Reinado de Luis XV en el Contexto Histórico

El reinado de Luis XV, conocido como “el Bien-Amado” al principio de su mandato y luego como “el Malquerido” hacia el final, representa un período crucial en la historia de Francia, marcado por la transición entre el esplendor del absolutismo de Luis XIV y la creciente crisis que llevaría a la Revolución Francesa. Ascendiendo al trono a la edad de cinco años en 1715, tras la muerte de su bisabuelo, Luis XV gobernó durante 59 años, uno de los reinados más largos en la historia europea. Sin embargo, su gobierno estuvo plagado de desafíos políticos, económicos y sociales que contribuyeron significativamente a la decadencia de la monarquía.

Durante sus primeros años, Francia fue administrada por un regente, Felipe II de Orleans, quien intentó estabilizar el reino tras las costosas guerras de Luis XIV. Sin embargo, las decisiones financieras, como el experimento fallido del sistema de John Law, generaron inflación y descontento. Cuando Luis XV asumió el poder personal en 1723, heredó un país con graves problemas fiscales y una nobleza cada vez más descontenta. Aunque inicialmente fue recibido con esperanza, su falta de firmeza en la toma de decisiones, su dependencia de favoritos y amantes, como Madame de Pompadour y Madame du Barry, y su política exterior errática debilitaron la autoridad real.

Además, el reinado de Luis XV coincidió con el surgimiento de las ideas de la Ilustración, que cuestionaban el absolutismo y promovían reformas basadas en la razón. Filósofos como Voltaire y Rousseau criticaron abiertamente la corrupción de la corte y el despilfarro de la monarquía, alimentando el descontento popular. A esto se sumaron derrotas militares, como la Guerra de los Siete Años (1756-1763), que llevaron a la pérdida de colonias clave y sumieron a Francia en una crisis económica aún más profunda.


La Influencia de las Favoritas en el Gobierno de Luis XV

Uno de los aspectos más controvertidos del reinado de Luis XV fue la influencia ejercida por sus amantes, en particular Madame de Pompadour y Madame du Barry. Jeanne-Antoinette Poisson, más conocida como Madame de Pompadour, fue una de las figuras más influyentes en la corte francesa durante casi dos décadas. Aunque no pertenecía a la nobleza, su inteligencia y habilidades políticas le permitieron ganarse la confianza del rey, convirtiéndose en su principal consejera. Sin embargo, su influencia generó resentimiento entre la aristocracia y el clero, quienes la acusaban de interferir en asuntos de Estado y favorecer a sus aliados.

Madame de Pompadour jugó un papel clave en la política exterior de Francia, promoviendo alianzas como el “Pacto de Familia” con España, que llevó a Francia a involucrarse en conflictos costosos como la Guerra de los Siete Años. Su apoyo a políticas militaristas y su gusto por el lujo exacerbó la crisis económica, mientras el pueblo francés sufría bajo altos impuestos. Tras su muerte en 1764, Luis XV cayó en una profunda depresión, pero pronto encontró consuelo en Madame du Barry, una cortesana de origen humilde cuya presencia en la corte escandalizó a la nobleza.

La relación del rey con Madame du Barry fue vista como un símbolo de la decadencia moral de la monarquía. Mientras Francia enfrentaba bancarrotas y hambrunas, la corte de Versalles seguía gastando enormes sumas en fiestas y obras de arte. Esta desconexión entre el lujo de la realeza y la miseria del pueblo alimentó el resentimiento que décadas después estallaría en la Revolución Francesa.


La Crisis Económica y el Descontento Social

El reinado de Luis XV estuvo marcado por una creciente crisis financiera que sentó las bases para el colapso final de la monarquía. Francia, aunque todavía una potencia europea, estaba agobiada por deudas acumuladas desde el reinado de Luis XIV. Las guerras constantes, como la Guerra de Sucesión Austriaca (1740-1748) y la Guerra de los Siete Años (1756-1763), drenaron las arcas del Estado sin aportar beneficios significativos. La derrota en la Guerra de los Siete Años, en particular, fue un golpe devastador: Francia perdió territorios clave en América y Asia, incluyendo Canadá y la India, en favor de Gran Bretaña.

Para empeorar la situación, el sistema fiscal francés era profundamente injusto. Mientras el Tercer Estado (campesinos, burgueses y trabajadores urbanos) cargaba con la mayor parte de los impuestos, la nobleza y el clero gozaban de exenciones fiscales. Los intentos de reforma, como los propuestos por el ministro de finanzas Machault d’Arnouville, fueron bloqueados por los privilegiados, que se negaban a ceder sus ventajas. El rey, indeciso y temeroso de enfrentarse a la aristocracia, no logró imponer cambios significativos.

El malestar social creció con las malas cosechas y el aumento del precio del pan, provocando revueltas como la “Guerra de las Harinas” en 1775, ya durante el reinado de Luis XVI pero con raíces en las políticas fallidas de su abuelo. La monarquía, vista como corrupta e incompetente, perdió legitimidad ante los ojos del pueblo.


Conclusión: El Legado de Luis XV y el Camino hacia la Revolución

Luis XV murió en 1774, dejando un reino al borde del colapso. Su reinado, aunque largo, estuvo marcado por oportunidades perdidas y decisiones equivocadas que aceleraron la decadencia de la monarquía absoluta en Francia. Su sucesor, Luis XVI, heredó una crisis institucional y financiera que no pudo resolver, culminando en la Revolución Francesa de 1789.

La figura de Luis XV sigue siendo un recordatorio de cómo la indecisión, el favoritismo y el despilfarro pueden erosionar incluso las instituciones más poderosas. Su reinado fue el preludio de uno de los cambios más radicales en la historia de Europa, demostrando que ninguna dinastía está a salvo cuando pierde el apoyo de su pueblo.

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