¿Por qué la Biblia se considera la “palabra de Dios”?

Publicado el 25 noviembre, 2024 por Rodrigo Ricardo

La Biblia y el porque se considera la “palabra de Dios”

La Biblia es un texto central en la tradición judeocristiana, considerado por millones de personas en todo el mundo como la “palabra de Dios”. Esta expresión, que aparece a lo largo de las Escrituras, refleja la convicción profunda de que los textos bíblicos no son simplemente escritos humanos, sino que están inspirados y guiados directamente por Dios. Pero, ¿por qué la Biblia se considera la palabra de Dios? En este artículo, exploraremos los fundamentos bíblicos y teológicos que respaldan esta creencia y cómo esta percepción ha influido en la vida de los creyentes a lo largo de la historia.

1. La Inspiración Divina: La Clave para Comprender la Palabra de Dios

Una de las razones fundamentales por las que se considera que la Biblia es la palabra de Dios es el concepto de inspiración divina. Los cristianos creen que, aunque fueron escritos por autores humanos, los textos bíblicos fueron inspirados por el Espíritu Santo. Esto significa que los escritores de la Biblia no escribieron solo desde su propia perspectiva o imaginación, sino que Dios los guió para que transmitieran Su mensaje de manera precisa y verdadera.

El apóstol Pablo lo explica claramente en 2 Timoteo 3:16:

  • “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.” (2 Timoteo 3:16)

Este versículo afirma que las Escrituras no son simplemente textos humanos, sino que son inspiradas por Dios y, por tanto, poseen autoridad divina. La palabra “inspirada” en el griego original significa literalmente “soplada por Dios”, lo que sugiere que el Espíritu Santo guió a los escritores de la Biblia para que registraran fielmente Su mensaje.

2. Los Profetas y los Apóstoles: Testigos de la Revelación Divina

Otro aspecto importante de la creencia de que la Biblia es la palabra de Dios es el hecho de que los profetas del Antiguo Testamento y los apóstoles del Nuevo Testamento fueron considerados como portavoces de Dios. En la tradición bíblica, los profetas eran individuos escogidos por Dios para revelar Su voluntad al pueblo. La Biblia, por tanto, se considera un registro de esta revelación divina a lo largo de la historia.

Los profetas del Antiguo Testamento, como Isaías, Jeremías y Ezequiel, declaraban frecuentemente: “Así dice el Señor” o “La palabra de Dios vino a mí”, indicando que lo que estaban proclamando no era solo su opinión, sino un mensaje recibido directamente de Dios. Del mismo modo, los apóstoles del Nuevo Testamento, como Pedro, Pablo y Juan, creían que sus escritos y enseñanzas estaban inspirados por el Espíritu Santo y, por tanto, eran la palabra de Dios.

  • “Y nosotros hemos oído esta voz, que vino del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.” (2 Pedro 1:18)

Este pasaje, escrito por el apóstol Pedro, refleja la convicción de que los apóstoles no solo hablaron desde su propia experiencia, sino que testificaron de lo que Dios les había revelado, considerando sus palabras como una transmisión fiel de la voluntad divina.

3. La Autoridad Divina de las Escrituras

Una de las razones por las que la Biblia es considerada la palabra de Dios es su autoridad. Para los cristianos, la Biblia no es simplemente un libro de sabiduría moral o historia, sino una fuente de autoridad divina sobre cómo deben vivir los creyentes y cómo deben entender a Dios. Las enseñanzas contenidas en la Biblia no son sugerencias, sino mandamientos dados por Dios para guiar la vida espiritual, moral y ética de los seguidores de Cristo.

Jesucristo mismo reconoció la autoridad de las Escrituras como la palabra de Dios. En Mateo 4:4, cuando Jesús fue tentado por el diablo en el desierto, Él respondió:

  • “Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mateo 4:4)

En este versículo, Jesús reafirma que las Escrituras tienen la autoridad divina para dirigir la vida humana. Además, durante Su ministerio, Jesús citó frecuentemente el Antiguo Testamento como palabra revelada de Dios y lo utilizó para enseñar a sus seguidores sobre el Reino de Dios.

4. El Testimonio de Jesús sobre las Escrituras

La convicción de que la Biblia es la palabra de Dios se ve reforzada por las palabras y acciones de Jesucristo. Jesús, como el Hijo de Dios, reconoció y enseñó que las Escrituras, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento, eran la autoridad divina. En varias ocasiones, Jesús citó y explicó las Escrituras, mostrando cómo todas ellas apuntaban a Él como el cumplimiento de las promesas de Dios.

En Lucas 24:44, después de su resurrección, Jesús les dice a sus discípulos:

  • “Estas son las palabras que os hablé estando aún con vosotros, que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.”

Aquí, Jesús afirma que las Escrituras, desde la ley hasta los profetas, apuntan a Él y se cumplen en Su vida, muerte y resurrección. Para los cristianos, esto establece que toda la Biblia es una revelación coherente y unificada de la voluntad de Dios, que culmina en la persona de Jesucristo.

5. El Papel del Espíritu Santo en la Escritura

El Espíritu Santo juega un papel clave en la consideración de la Biblia como la palabra de Dios. Según la enseñanza cristiana, no solo fue el Espíritu Santo quien inspiró a los escritores bíblicos, sino que también sigue siendo el guía y maestro para los creyentes al interpretar las Escrituras.

  • “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.” (Juan 14:26)

El Espíritu Santo, al iluminar la mente y el corazón de los creyentes, les permite comprender y aplicar la palabra de Dios de manera personal y transformadora. La presencia continua del Espíritu Santo en la vida del cristiano asegura que la Biblia siga siendo una fuente de verdad viva y relevante.

6. La Biblia como Testimonio del Amor y la Redención de Dios

La razón última por la que la Biblia es considerada la palabra de Dios tiene que ver con su mensaje central de redención y salvación. A lo largo de toda la Biblia, el mensaje de Dios se revela como el camino de salvación para la humanidad, centrado en la figura de Jesucristo. Este mensaje no es solo un conjunto de reglas o doctrinas, sino una relación personal con Dios, ofrecida a través de Su Hijo.

La Biblia, en su totalidad, es vista como el testimonio de un Dios amoroso, que ha hablado de diversas formas a lo largo de la historia, pero que, finalmente, se reveló de manera definitiva en la persona de Jesucristo. El sacrificio de Jesús en la cruz y Su resurrección son el clímax de la revelación divina, y la Biblia es el medio a través del cual los creyentes conocen esta verdad.

  • “Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria…” (Juan 1:14)

En resumen, la Biblia es considerada la “palabra de Dios” porque está inspirada por Él, es autoritativa, y revela Su voluntad, Su carácter y Su plan de salvación a lo largo de la historia. A través de las Escrituras, los creyentes encuentran la guía para la vida, la moral y la relación con Dios, y experimentan un camino de fe que culmina en la obra redentora de Jesucristo. Para los cristianos, la Biblia es mucho más que un libro: es un medio divino por el cual Dios sigue hablando, guiando y transformando la vida de las personas.

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