Resolución de conflictos y prevención de atrocidades en las relaciones internacionales

Publicado el 18 noviembre, 2020 por Rodrigo Ricardo

Un mundo sin violencia

Ha habido una sorprendente cantidad de teorías a lo largo de los años diseñadas para justificar la guerra. Durante gran parte de la historia de la humanidad, la guerra se consideró necesaria, algo que fortalecía a los fuertes y eliminaba a los débiles. Incluso en los tiempos modernos, algunos argumentaron que la guerra era un imperativo biológico para evitar que nuestra especie abrumara al planeta.

Luego ocurrió la Primera Guerra Mundial. Y luego ocurrió la Segunda Guerra Mundial. Estos conflictos combinados llevaron al mundo a atrocidades y destrucción nunca antes vistas. Después de 1945, el mundo finalmente dejó de considerar la guerra únicamente en términos de fuerza nacional y examinó detenidamente el costo humano de la guerra. ¿Era la guerra realmente la única forma de resolver conflictos o había una forma mejor? Es una cuestión que todavía se debate hoy, pero que la comunidad internacional está decidida a resolver.

La resolución de conflictos

La segunda mitad del siglo XX estuvo dominada por cambios en las relaciones internacionales y en el centro de eso estaban las Naciones Unidas . Formada en 1945 al final de la Segunda Guerra Mundial, la ONU fue creada para ser un organismo internacional de mantenimiento de la paz, dedicado a la perspectiva de una seguridad colectiva y duradera.


La ONU se fundó en nombre de la seguridad colectiva y la paz duradera
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Ahora bien, la ONU podría haberse creado como un ejército internacional que resolvía los conflictos por la fuerza, pero ese nunca fue el objetivo. El objetivo era resolver los conflictos de forma no violenta. Al aceptar otorgar autoridad a la ONU para mediar en disputas, los estados miembros son animados a través de la presión política y económica internacional a encontrar soluciones diplomáticas a conflictos internos e internacionales. La ONU ha mantenido este papel en el siglo XXI, interviniendo notablemente en la crisis de 2008 en Kenia, cuando una guerra civil estuvo a punto de surgir en medio de una violencia masiva tras unas elecciones disputadas. Funcionarios de la ONU lograron mediar en una resolución en la que los partidos contrarios compartían el poder y gobernaban conjuntamente en un gobierno de coalición.

Prevención de atrocidades

Un componente importante de la resolución de conflictos es la prevención de atrocidades . Después de la Segunda Guerra Mundial, los juicios de Nuremberg contra funcionarios nazis revelaron las profundidades de la violencia genocida y resultaron en una serie de condenas. Las Naciones Unidas y los estados individuales trabajaron para evitar que este tipo de violencia volviera a ocurrir, y todo iba bien… o eso pensaban.

En 1994, Ruanda entraba en el cuarto año de su guerra civil. Las tensiones aumentaron y estallaron, y el gobierno emitió un programa de violencia estatal responsable de la muerte de alrededor de 800.000 tutsis étnicos. Conocido como el Genocidio de Ruanda , este evento conmocionó a la comunidad internacional. ¿Cómo nadie vio venir esto? ¿Por qué el mundo no estaba preparado para detenerlo una vez que comenzara? ¿Y por qué fracasaron los esfuerzos de resolución de conflictos no violentos?


El genocidio de Ruanda conmocionó al mundo
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El genocidio de Ruanda dejó en claro que atrocidades como esta aún podrían suceder, y la ONU lanzó una serie de estudios para mejorar las medidas de prevención de atrocidades. Desde entonces, se han identificado una serie de señales de alerta, especialmente en casos de descolonización y guerra civil, que pueden ayudar a la comunidad global a identificar lugares donde las atrocidades corren el riesgo de ocurrir antes de que realmente ocurran.

Desde la década de 1990, ha habido una disminución notable de guerras civiles y atrocidades como el genocidio de Ruanda, y hay algunos factores responsables de esto. Por un lado, la tecnología de las comunicaciones digitales ha hecho que sea mucho más difícil para los gobiernos suprimir imágenes o información sobre conflictos internos, por lo que la comunidad internacional puede estar al tanto de los problemas antes.

También se ha renovado el interés por utilizar los tribunales internacionales para castigar a los responsables de violaciones de derechos humanos. La Corte Penal Internacional , que comenzó a funcionar en 2002, es un ejemplo de una nueva institución comprometida con esta causa. Se formularon acusaciones por el arresto del presidente sudanés Omar al-Bashir en 2009 y del líder congoleño Thomas Lubanga Dyilo, acusado de utilizar niños soldados en 2012.


La Corte Penal Internacional es un intento de limitar la violencia
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Sin embargo, quizás el mayor cambio en la prevención de atrocidades ha sido la voluntad de la comunidad internacional para actuar. Desde que se fundó la ONU en 1945, la comunidad global ha luchado por abordar la cuestión de la soberanía estatal, un derecho garantizado a todas las naciones. ¿En qué momento puede un organismo internacional obligar a un país a hacer algo? La incapacidad para responder a esta pregunta es en parte lo que permitió que se desarrollaran acontecimientos como el genocidio de Ruanda; fue visto como un asunto interno, no internacional.

En el año 2000, la Unión Africana adoptó la Ley Constitutiva, que otorgó a los estados miembros autoridad para interferir en los asuntos de los demás en casos de crímenes de guerra, genocidio y otras atrocidades. En 2001, Canadá fue sede de la Comisión Internacional sobre Intervención y Soberanía del Estado para abordar este problema a mayor escala. La comisión dictaminó que los estados tienen la responsabilidad principal de proteger a sus ciudadanos, pero si no lo hacen, esta responsabilidad recae en la comunidad internacional. Eso justificaría una violación de la soberanía estatal.

En 2004, esto fue ampliado aún más por el Panel de Alto Nivel sobre Amenazas, Desafíos y Cambio, que describió criterios estrictos que darían permiso al Consejo de Seguridad de la ONU para resolver conflictos utilizando la fuerza, pero solo como último recurso.

Juntas, todas estas políticas y estrategias buscan identificar los riesgos de atrocidades y violencia y prevenirlos mediante la resolución de conflictos, la presión política o incentivos económicos. Dicho esto, todavía hay mucho trabajo por hacer, como ha demostrado recientemente la violencia en Sudán y Siria. Puede que no podamos prevenir todas las atrocidades del mundo, pero al menos es una conversación que finalmente nos estamos tomando en serio.

Resumen de la lección

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, se ha puesto mucho énfasis en prevenir la violencia mediante la resolución diplomática de conflictos y la prevención de atrocidades . Estos objetivos se reafirmaron después de los fracasos para prevenir y contener el genocidio de Ruanda en 1994. Al analizar los riesgos antes de que ocurran, alentar una mayor transparencia y aumentar la voluntad de la comunidad mundial para actuar, el objetivo es crear un mundo donde la guerra y la violencia ya no se consideran necesarios. Imagínense eso.

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