Teatro del Absurdo

Publicado el 12 julio, 2022

Existencialismo

Para entender el absurdo en el teatro, primero tenemos que entender el existencialismo. Podemos compararlo con el mito griego de Sísifo, que se pasa la eternidad empujando una roca cuesta arriba solo para que vuelva a rodar hacia abajo. Este es el corazón del pensamiento existencial: que nuestro propio ser es una lucha atormentada por existir. Los existencialistas creían que si había un propósito en la vida, entonces dependía de cada individuo encontrar y cumplir su propio propósito a través de decisiones y acciones de libre albedrío.

Contexto histórico

Ahora, piense en la palabra “absurdo”. Cuando llamamos a algo “absurdo”, solo estamos diciendo que no tiene sentido. El colapso de gran parte de la economía europea, los cambios de potencias mundiales y la muerte de entre 45 y 60 millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial dejaron al mundo entero en un estado de confusión y depresión. La amenaza de un ataque nuclear preocupaba a los pensamientos. La vida humana parecía indefensa y sin sentido. Este fue el catalizador necesario para promover la visión existencial de que la vida no tiene sentido a menos que nos hagamos cargo de nuestras elecciones y acciones para darle algo de esperanza.

El Teatro del Absurdo nació de esta noción. En lugar de recrear realidades, el Teatro del Absurdo quería mostrar que el mundo era ininteligible y sin sentido. Si bien sus raíces se afianzaron en Europa durante las décadas de 1920 y 1930, no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial, en París durante las décadas de 1950 y 1960, que el Teatro del Absurdo comenzó a cobrar impulso. En 1960, Martin Esslin dio el nombre a esta forma de teatro en su obra El teatro del absurdo.

Elementos del Teatro del Absurdo

Entonces, ¿qué hace que el Teatro del Absurdo se destaque de otras formas de drama? Para empezar, el diálogo en una obra de Absurd está a menudo lleno de clichés o es repetitivo, lo que resulta en un uso del lenguaje bastante sin sentido. En lugar de tener una trama lineal, la historia suele ser circular, no va a ninguna parte, con poca o ninguna evidencia de tiempo o lugar real. E incluso con un poco de humor de payasadas, los personajes son de naturaleza bastante existencial, con la esperanza de encontrar algún significado en sus vidas. A pesar de que parece ser confuso y simplemente un galimatías, aquellos que son fanáticos del Teatro del Absurdo explican que solo refleja la conexión del hombre con el universo: “ Si nosotros, como humanos, perdemos la importancia de nuestras raíces metafísicas, entonces todos nuestros las acciones se vuelven absurdas y sin sentido ”.

Esperando a Godot

Escrita en 1949, Waiting for Godot de Samuel Beckett a menudo se considera la obra de teatro europea más importante desde la Segunda Guerra Mundial. Esta obra francesa, donde dos vagabundos esperan a que llegue alguien llamado Godot para dar sentido a sus vidas, es el epítome de este género. Los dos vagabundos, Vladimir y Estragon, tienen problemas para comunicarse entre sí debido a su extraño uso del lenguaje. En realidad, no sucede nada en la obra mientras los dos hombres esperan. Mientras que algunos argumentan que fue un galimatías, los que apoyan la obra leyeron muchos mensajes diferentes. En su mayoría, los partidarios ven los temas existenciales incrustados en el caos y las tonterías.

Los personajes esperan pasivamente a que Godot les dé significado, porque no están seguros de lo que sucederá si toman conscientemente sus propias decisiones. No tienen que temer ni asumir la responsabilidad de las consecuencias de sus acciones si simplemente esperan a Godot. Lo que no ven es que esperar a Godot es en sí mismo una elección, y al hacer sus propias elecciones conscientes, le dan sentido al mundo a través de sus acciones. Esto crea un propósito en la vida.

Resumen de la lección

Los fundamentos del Teatro del Absurdo se encuentran en el existencialismo: que si hubo un propósito en la vida, entonces depende de cada individuo encontrar y cumplir su propio propósito a través del libre albedrío y las acciones. Después de la Segunda Guerra Mundial, la vida humana parecía indefensa y sin sentido, y el Teatro del Absurdo reflejó y combatió estos sentimientos. Su propósito era mostrarnos que si nosotros, como humanos, perdemos la importancia de nuestras raíces metafísicas, entonces todas nuestras acciones se vuelven absurdas y sin sentido. Waiting for Godot, de Samuel Beckett, el drama absurdo más famoso, nos muestra que al tomar nuestras propias decisiones conscientes, podemos dar sentido al mundo a través de nuestras acciones, creando así un propósito en nuestras vidas.

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