Cafeína: farmacocinética y farmacodinámica
Desglose de cafeína
La cafeína es una sustancia natural que se encuentra en muchas especies de plantas, y los humanos pueden consumirla por sus efectos estimulantes; es por eso que el café te anima por la mañana (o por la tarde o cuando lo necesites). Aunque se produce de forma natural, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) sigue rastreando su uso en productos y ha etiquetado la cafeína como sustancia alimenticia y como medicamento.
Para los propósitos de este articulo, investigaremos cómo la cafeína se mueve por todo el cuerpo una vez que se consume (farmacocinética), así como también cómo y por qué afecta al cuerpo de la manera que lo hace (farmacodinámica). Aunque cada persona responde a las drogas como la cafeína de manera diferente, hay algunas generalizaciones que podemos aplicar en todos los ámbitos.
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Farmacocinética de la cafeína
Cuando consumes cafeína al comer o beber algo con cafeína, ¿qué sucede? Bueno, imagina que bebes una taza de café. Inicialmente, ese café va a tu estómago para iniciar el proceso de digestión. Su sistema de digestión absorbe la cafeína y entra en el torrente sanguíneo. El tiempo que tarda la cafeína en absorberse depende de la salud de la persona, si ha comido recientemente y su reacción general a la cafeína (algunas personas son más susceptibles a sus efectos que otras).
Una vez en el torrente sanguíneo, la cafeína circula y eventualmente llega al hígado, donde el hígado la procesa en componentes más pequeños, y estos componentes más pequeños se denominan metabolitos. Hay tres metabolitos que debemos conocer:
- El 84% de la cafeína se descompone en paraxantina, que afecta los niveles de grasa en la sangre y ayuda a mantener a la persona alerta.
- El 12 % de la cafeína se descompone en teobromina, que hace que los vasos sanguíneos se ensanchen y promueve la producción de orina (una de las razones por las que necesita ir al baño con tanta frecuencia cuando bebe mucho café o refrescos con cafeína).
- El 4% de la cafeína se descompone en teofilina, que hace que las vías respiratorias se ensanchen, lo que facilita la respiración.
Finalmente, la cafeína puede cruzar la barrera hematoencefálica, lo que significa que puede pasar del torrente sanguíneo al cerebro, que es como funciona como estimulante. En concreto, una vez en el cerebro, la cafeína bloquea los efectos de un neurotransmisor llamado adenosina, una molécula que favorece el sueño. También aumenta temporalmente la producción de dopamina, una sustancia química en el cerebro que se asocia con una mayor concentración.
Farmacodinámica de la cafeína
Ahora que sabe dónde van la cafeína y sus metabolitos en el cuerpo, los efectos que la cafeína tiene en el cuerpo tienen más sentido. El sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal) son los más afectados por el consumo de cafeína y los efectos suelen durar unas pocas horas en adultos sanos. Para repasar, estos efectos incluyen:
- Mayor estado de alerta y sensación de vigilia, principalmente debido a que la cafeína bloquea la adenosina en el cerebro y porque aumenta el flujo sanguíneo a través de los vasos sanguíneos dilatados.
- Un impulso en la memoria y la concentración, principalmente porque aumenta la producción de dopamina.
- Reducción del dolor, especialmente dolores de cabeza, porque los vasos sanguíneos ensanchados promueven el flujo sanguíneo.
También hay alguna evidencia que sugiere que el consumo regular de cafeína ayuda a prevenir ciertos trastornos cerebrales, aunque se están realizando más investigaciones para investigar más a fondo esta afirmación.
También es posible beber demasiada cafeína, como muchos de nosotros probablemente sabemos. Cuando esto sucede, es posible que nos sintamos temporalmente más ansiosos o nerviosos de lo habitual. Demasiada cafeína también puede causar dificultad para concentrarse, diarrea o estreñimiento, temblores o falta de sueño. Además, puede causar sequedad en la boca, sudoración, frecuencia cardíaca rápida y mareos, ninguno de los cuales son efectos secundarios divertidos.
Es importante recordar que la cafeína es una droga, y con el uso constante puede hacer que el cuerpo la espere. Por ejemplo, un bebedor habitual de café puede dejar de consumirlo repentinamente y, como resultado, desarrollar síntomas temporales como dolores de cabeza, cambios de humor, irritabilidad, dolor de estómago, dificultad para dormir o incluso problemas para concentrarse. Como con todo lo demás, la moderación es la clave.
Resumen de la lección
La cafeína se encuentra de forma natural en una variedad de especies de plantas, y se ha clasificado como alimento y como fármaco en función de dónde viaja en el cuerpo (farmacocinética) y los efectos resultantes que tiene (farmacodinámica) una vez ingerida. La cafeína es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica para afectar la producción de dopamina y bloquear los efectos de la adenosina. Una vez que llega al hígado, se descompone en componentes más pequeños llamados metabolitos, siendo los tres principales paraxantina, teobromina y teofilina. La cafeína provoca sensaciones temporales de alerta, aumento de la concentración y alivio del dolor, pero en exceso puede causar ansiedad, sudoración y una serie de otros síntomas.