Compatibilismo en la Filosofía: Historia, principios y ejemplos

Publicado el 27 febrero, 2024 por Rodrigo Ricardo

¿Qué es el compatibilismo en filosofía?

El compatibilismo es una escuela de filosofía que intenta conciliar los conceptos de libre albedrío y determinismo. En filosofía, el determinismo niega la noción de libre albedrío, sosteniendo que todos los eventos son producto de causas naturales inevitables. Aunque muchos teóricos consideran que el libre albedrío y el determinismo son incompatibles, el compatibilismo unió los dos conceptos sobre la base de la responsabilidad moral. El compatibilismo no acepta que la libertad se oponga a la causalidad sino que el libre albedrío es una causa fundamental en la determinación de cualquier acción.

En particular, el compatibilismo no intenta demostrar que los humanos son libres o que existe el libre albedrío. Más bien, es una respuesta a la tesis central del determinismo, es decir, el determinismo causal. Como posición filosófica, el compatibilismo no rechaza los principios del determinismo sino que responde a sus limitaciones. El compatibilismo sostiene que cualquier acción realizada por los humanos está, hasta cierto punto, dictada por elección. Incluso bajo la influencia de fuerzas deterministas, un agente tiene la libertad de actuar o no actuar, lo que significa que el libre albedrío y el determinismo pueden funcionar juntos cuando un agente toma decisiones en su vida.

Al compatibilismo también se le puede denominar determinismo blando porque acepta, hasta cierto punto, la afirmación de causalidad del determinismo. Los defensores del determinismo blando sostienen que cuando los humanos actúan según sus deseos, se convierten en agentes libres y moralmente responsables. El compatibilismo reconoce que la libertad de elegir y actuar implica libre albedrío (incluso si está limitado por fuerzas externas). Esto significa que los compatibilistas definen el libre albedrío como la capacidad de elegir, incluso si fuerzas externas impiden la elección. Por ejemplo, un estudiante puede tener una fecha límite para una tarea, pero puede elegir si desea enviarla o no. Sin embargo, el determinismo blando sólo acepta la existencia del libre albedrío si un agente puede actuar sin restricciones o coerción externas.

Historia del compatibilismo

Los estoicos teorizaron los primeros argumentos a favor del compatibilismo. La antigua doctrina del estoicismo afirma que todo sucede por una razón. Sin embargo, los estoicos sostienen que el fatalismo (o, en términos filosóficos modernos, el determinismo) no descarta la responsabilidad humana. Aunque el destino está fuera del control humano, los estoicos creen que los humanos tienen la responsabilidad moral de luchar por una vida virtuosa en un mundo determinista.

Complicando la perspectiva determinista de que las elecciones de la mente están predeterminadas por una deidad o controladas por imperativos biológicos, algunos filósofos budistas prominentes argumentaron que la mente podría entrenarse para reaccionar ante condiciones volitivas, que pueden definirse como las condiciones necesarias para que una persona tome decisiones voluntarias. decisiones, incluida la capacidad física y mental para actuar. El Tathāgata (comúnmente conocido como Buda) utilizó el concepto de “origen dependiente” o “surgimiento condicionado” para referirse a los fenómenos que dependen de sucesos anteriores. Aunque algunos escolásticos interpretan este concepto como sinónimo de determinismo, el Buda utilizó la idea del origen dependiente para enseñar el control de la acción sin sentido, a la que llamó esclavitud. Sin definirse formalmente como compatibilismo, la perspectiva budista sobre el origen dependiente enseña una doctrina complementaria al compatibilismo moderno: que las condiciones de la acción sin sentido son reversibles y que, al eliminarlas, la mente puede quedar libre para elegir de manera diferente.

Los primeros filósofos escolásticos concibieron el compatibilismo en términos de la omnipotencia de Dios, pero sostuvieron que los humanos deben ser considerados responsables de sus acciones. Siguiendo la proposición de Agustín de que la Voluntad de Dios trasciende el tiempo y el espacio, escolásticos como Tomás de Aquino y Duns Escoto argumentaron que el libre albedrío humano es compatible con la Voluntad de Dios. Este argumento resonó a lo largo de los períodos del Renacimiento y la Ilustración.

Los filósofos empíricos Hobbes y Hume desarrollaron la forma clásica de compatibilismo a principios del siglo XX. La mayoría de los filósofos modernos que apoyaron el compatibilismo clásico argumentaron que el determinismo es compatible con la capacidad de elegir, es decir, el libre albedrío. En su libro Leviatán; O, The Matter, Forme, and Power of a Commonwealth Eclesiástico and Civill (1651), Hobbes sostiene que los humanos son libres si proceden con acciones que tienen “la voluntad, el deseo o la inclinación de hacer”. En Una investigación sobre el entendimiento humano (1748), Hume sostiene que los humanos podrían elegir una acción a menos que fuerzas externas limitaran esa elección.

A diferencia de algunos de sus contemporáneos, Hegel no apeló al voluntarismo (la creencia de que la voluntad es una fuerza más poderosa que el intelecto y, por lo tanto, puede superar, hasta cierto punto, las restricciones externas de la causalidad) en su defensa del libre albedrío. Rechazó la idea de que el libre albedrío pudiera depender de fuerzas externas como una conceptualización indeterminada del libre albedrío. En cambio, en La ciencia de la lógica (publicada entre 1812 y 1816), Hegel describe la libertad como absoluta y percibe a todos los humanos como inherentemente libres. Su visión del compatibilismo separa la realidad del mundo, que todavía está controlada por cadenas de causalidad, del estado del individuo, que afirma es independiente y, por tanto, libre.

En su ensayo El dilema del determinismo (1884), William James, filósofo estadounidense, acuña el término determinismo blando para referirse a la filosofía compatibilista de Hobbes y Hume. James destaca que la contradicción inherente del “determinismo duro” es que permite que realidades categóricas del bien y del mal coexistan con la conceptualización de un mundo desprovisto de libre albedrío y controlado por las leyes de la causalidad. Más recientemente, en Freedom and Resentment (1962), PF Strawson afirma que incluso si todas las acciones están determinadas causalmente, el compatibilismo apoya el papel central de las relaciones interpersonales en la sociedad y la expectativa reactiva de responsabilidad moral de los demás.

Compatibilismo versus determinismo

El determinismo opera sobre los siguientes supuestos:

  • Todas las decisiones se toman debido a cadenas causales previas de eventos que siguen las leyes de la naturaleza.
  • Como la elección no existe, todas las acciones se basan en la necesidad, no en la voluntad.
  • La responsabilidad moral es una ilusión porque el libre albedrío no existe.

En su definición de determinismo blando, William James criticó dos afirmaciones principales de la filosofía determinista tradicional: primero, que no existen interpretaciones subjetivas o ambiguas de la realidad, y segundo, que debido a que todas las realidades existen por necesidad, las que no existen son imposibilidades. La crítica de James al determinismo se basa en la idea de que si todas las realidades fueran inevitables y el libre albedrío fuera una ilusión, no tendría sentido sentir emociones negativas atribuidas a acciones, como la culpa, la vergüenza, el remordimiento o el dolor. El filósofo francés del siglo XX Jean-Paul Sartre defendió una distinción entre eventos naturales y acciones humanas porque todas las acciones humanas no pueden planificarse al unísono.

En contraste con el determinismo, el compatibilismo permite la agencia y la responsabilidad humanas. El compatibilismo afirma que si una persona elige en medio de una causalidad determinista, su elección debe considerarse, hasta cierto punto, hecha libremente. Serían, por tanto, responsables de las consecuencias de sus actos.

Por lo tanto, sin una fuerza externa sobre sus acciones, uno puede ser considerado moralmente responsable de un resultado socialmente inaceptable. Si todo comportamiento humano está determinado por la causalidad, el compatibilismo postula que la elección de actuar indica una medida de libertad. Lo que esto significa es que, a menos que una persona sea obligada u obligada a elegir una acción, al realizar una elección debe considerarse libre de actuar.

¿Cuáles son los principios del compatibilismo?

El principio fundamental del compatibilismo es que el libre albedrío y el determinismo no son mutuamente excluyentes. Esto implica cierta responsabilidad moral: si los humanos pueden elegir libremente hasta cierto punto, están actuando según sus propios sistemas de creencias morales. Los sistemas de creencias morales colectivos determinan qué acciones son aceptables, lo que da como resultado las expectativas de responsabilidad moral de la sociedad.

Otros principios de compatibilismo se describen con más detalle a continuación:

  • El “argumento pragmático” del compatibilismo sostiene que, sea cierto o no el determinismo, la responsabilidad moral conduce a una sociedad mejor.
  • Otro argumento compatibilista es el “argumento de las actitudes reactivas” (RAA). Según la RAA, la existencia de elogios o reproches por las acciones de otros es evidencia de expectativa moral. Contrariamente a la proposición del determinismo de que no existe libre albedrío, los compatibilistas creen que esperar un comportamiento moral de los demás implica que existen acciones alternativas.
  • Independientemente del determinismo causal, la presencia de elección y agencia en el compatibilismo se considera una forma de libre albedrío.
  • El compatibilismo no naturalista permite argumentos metafísicos a favor del libre albedrío fuera de la física naturalista. Estos argumentos reconceptualizan interpretaciones religiosas tradicionales como el dualismo mente-cuerpo. Por ejemplo, si el alma existe independientemente del cuerpo, los efectos físicos del determinismo (como los imperativos biológicos y las predisposiciones químicas) podrían atenuarse en la mente.

Ejemplos de compatibilismo

Considere los siguientes ejemplos de compatibilismo para comprender las aplicaciones de la filosofía en el mundo real:

  • John es un atleta y músico muy talentoso que sabe jugar tenis, fútbol, ​​violín y guitarra. Aunque tiene la opción de participar en cualquiera de las actividades anteriores, su capacidad está limitada por el tiempo, ya que sólo puede hacer una cosa a la vez. El argumento compatibilista es que John tiene libre albedrío para elegir qué actividad realizar, pero está restringido por eventos causales, por ejemplo, limitaciones de tiempo.
  • Imagine que una persona se ve obligada a entregar su billetera durante un atraco o robo. Regalar su dinero no sería su elección. Sin embargo, un mendigo podía acercarse a una persona y esta podía elegir libremente si ofrecerle dinero al mendigo. Su capacidad para tomar una decisión en una situación determinada causalmente refleja su libre albedrío. En tal caso, la libertad y la causalidad no son mutuamente excluyentes, lo que ilustra el argumento del compatibilismo.

Resumen de la lección

El compatibilismo acepta la tesis determinista de que todos los acontecimientos deben tener una causa, incluida la acción humana. El principio fundamental de la filosofía compatibilista es que el determinismo causal y el libre albedrío no son mutuamente excluyentes como afirma el determinismo. Los compatibilistas definen el libre albedrío como un comportamiento voluntario, es decir, tener la opción de tomar decisiones sin restricciones externas.

El compatibilismo también puede conocerse como determinismo blando, término acuñado por William James para dilucidar la idea de que el libre albedrío puede existir dentro de una estructura determinista causal. La presencia del libre albedrío en el determinismo blando permite la existencia de responsabilidad moral, que es negada por el determinismo clásico.

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