¿Qué opinan las Religiones sobre los Derechos Humanos?

Publicado el 6 junio, 2025 por Rodrigo Ricardo

Los derechos humanos son un conjunto de principios universales que buscan garantizar la dignidad, la libertad y la igualdad de todas las personas. Desde su formalización en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), estos derechos han sido objeto de debate en diferentes ámbitos, incluyendo el religioso. Las principales religiones del mundo tienen posturas diversas sobre este tema, algunas alineándose plenamente con los derechos humanos y otras interpretándolos desde sus doctrinas teológicas. En este artículo, exploraremos las perspectivas del cristianismo, islam, judaísmo, hinduismo y budismo sobre los derechos humanos, analizando sus coincidencias y divergencias con el marco jurídico internacional.

El diálogo entre religión y derechos humanos es fundamental en un mundo globalizado, donde las creencias religiosas influyen en las legislaciones y políticas públicas de muchos países. Mientras que algunas religiones han sido pioneras en la defensa de la justicia social, otras han enfrentado críticas por prácticas contrarias a la igualdad de género o a la libertad religiosa. A continuación, profundizaremos en cada una de estas visiones, destacando cómo interpretan conceptos como la libertad, la justicia y la dignidad humana desde sus textos sagrados y tradiciones.


El Cristianismo y los Derechos Humanos

El cristianismo, como una de las religiones más influyentes en la historia de Occidente, ha tenido una relación compleja con los derechos humanos. Por un lado, la Biblia contiene principios que pueden considerarse precursoras de estos derechos, como la igualdad ante Dios (“No hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer, porque todos sois uno en Cristo Jesús”, Gálatas 3:28). Sin embargo, a lo largo de la historia, instituciones cristianas han sido acusadas de violar derechos básicos, como durante la Inquisición o en la justificación de la esclavitud.

La Iglesia Católica, en particular, ha evolucionado en su postura. El Concilio Vaticano II (1965) marcó un hito al reconocer la libertad religiosa como un derecho inherente. Encíclicas como “Pacem in Terris” (1963) de Juan XXIII y “Laudato Si’” (2015) de Francisco han reforzado el compromiso con la justicia social y la ecología. No obstante, persisten tensiones en temas como los derechos LGBTQ+ o el aborto, donde la doctrina católica choca con las legislaciones seculares.

Por su parte, las iglesias protestantes tienen posturas más diversas. Mientras algunas denominaciones, como los luteranos o anglicanos, promueven la inclusión y los derechos humanos, otras corrientes evangélicas conservadoras rechazan, por ejemplo, el matrimonio igualitario. En general, el cristianismo contemporáneo busca equilibrar sus enseñanzas tradicionales con los valores universales de los derechos humanos, aunque no siempre con consenso interno.


El Islam y su Enfoque sobre los Derechos Humanos

El islam, con más de 1.800 millones de seguidores, tiene una visión particular sobre los derechos humanos, basada en la sharia (ley islámica) y el Corán. En 1981, la Organización de la Cooperación Islámica adoptó la Declaración de El Cairo sobre Derechos Humanos en el Islam, que reinterpreta los derechos universales desde una perspectiva religiosa. Aunque comparte principios como la justicia y la protección de la vida, difiere en temas como la libertad de culto o la igualdad de género.

El Corán establece que todos los seres humanos tienen dignidad (“Hemos honrado a los hijos de Adán”, Corán 17:70), pero algunas interpretaciones tradicionales restringen derechos como la herencia o el testimonio legal de las mujeres. Además, en países con gobiernos islámicos estrictos, la apostasía (abandonar el islam) puede ser castigada con la muerte, lo que contrasta con el Artículo 18 de la Declaración Universal, que garantiza la libertad de pensamiento y religión.

Sin embargo, hay movimientos reformistas dentro del islam que buscan conciliar la fe con los derechos humanos. Intelectuales como Tariq Ramadan o Amina Wadud abogan por una lectura progresista del Corán, promoviendo la igualdad de género y los derechos civiles. Aún así, el debate sigue abierto, especialmente en sociedades donde la religión y el Estado están estrechamente vinculados.


El Judaísmo y su Aproximación a los Derechos Humanos

El judaísmo, una de las religiones monoteístas más antiguas, aporta una perspectiva única sobre los derechos humanos, basada en la Torá y la tradición rabínica. Conceptos como “Tzelem Elohim” (imagen de Dios) subrayan que todos los seres humanos tienen dignidad inherente. Sin embargo, como en otras religiones, hay tensiones entre las interpretaciones ortodoxas y las visiones más liberales.

En el judaísmo ortodoxo, por ejemplo, las mujeres tienen roles diferenciados en lo religioso y social, mientras que el judaísmo reformista y conservador abogan por la igualdad de género. En Israel, donde religión y Estado están vinculados, hay debates sobre el matrimonio civil (actualmente controlado por autoridades religiosas) y los derechos de la comunidad LGBTQ+.

A pesar de esto, el judaísmo ha contribuido significativamente a la lucha por los derechos humanos. Pensadores como Maimónides defendieron la justicia social, y hoy organizaciones judías como Amnistía Internacional o el American Jewish World Service promueven causas globales. La tradición del “Tikkun Olam” (reparar el mundo) impulsa el activismo social, mostrando cómo la fe puede aliarse con la defensa de los derechos universales.


El Hinduismo y los Derechos Humanos: Entre el Dharma y la Modernidad

El hinduismo, una religión diversa y sin una autoridad central unificada, aborda los derechos humanos desde conceptos como el dharma (deber moral) y el karma (ley de causa y efecto). Aunque textos como los Vedas y el Bhagavad Gita enfatizan la compasión y la no violencia (ahimsa), el sistema de castas ha generado históricamente desigualdades.

En la India, donde el hinduismo es mayoritario, la discriminación por casta fue prohibida por la Constitución, pero persiste en la práctica. Movimientos como el de B.R. Ambedkar (arquitecto de la Constitución india y crítico del sistema de castas) han luchado por derechos igualitarios. Además, el hinduismo moderno enfrenta desafíos como la intolerancia religiosa hacia musulmanes y cristianos en movimientos nacionalistas.

Aun así, figuras como Mahatma Gandhi demostraron que el hinduismo puede ser una fuerza para la paz y los derechos humanos. Su filosofía de satyagraha (resistencia no violenta) influenció movimientos como el de Martin Luther King Jr. Hoy, muchos hindúes promueven el diálogo interreligioso y la justicia social, aunque persisten tensiones entre tradición y modernidad.


El Budismo y su Visión Pacifista de los Derechos Humanos

El budismo, fundado en las enseñanzas de Siddhartha Gautama (Buda), promueve principios como la compasión, la no violencia y la interdependencia de todos los seres. A diferencia de otras religiones, no tiene un dios creador, pero su ética respalda muchos derechos humanos, especialmente el derecho a la vida y la libertad de sufrimiento.

En países como Sri Lanka o Myanmar, sin embargo, el budismo ha sido asociado con nacionalismos que discriminan a minorías (como los rohingya en Myanmar). Esto contrasta con el activismo de figuras como el Dalái Lama, que defiende los derechos humanos y el diálogo con la ciencia.

El budismo engagé, promovido por Thich Nhat Hanh, integra la meditación con la acción social, mostrando que la espiritualidad puede ser una herramienta para la justicia. Así, el budismo ofrece una visión única donde la paz interior y la lucha por los derechos colectivos van de la mano.


Conclusión: Religiones y Derechos Humanos en el Siglo XXI

Las religiones tienen un papel ambivalente en la promoción de los derechos humanos. Mientras que sus textos sagrados a menudo defienden valores universales como la justicia y la dignidad, las interpretaciones tradicionales a veces entran en conflicto con normas modernas. El desafío actual es fomentar un diálogo interreligioso que reconcilie la fe con los derechos fundamentales, respetando la diversidad cultural sin sacrificar la igualdad.

En un mundo cada vez más interconectado, las religiones pueden ser aliadas clave en la lucha por los derechos humanos, siempre que superen dogmatismos y se adapten a los nuevos paradigmas sociales. La educación, el debate teológico y la participación activa de las comunidades religiosas en políticas públicas serán esenciales para lograr este equilibrio.

Articulos relacionados