¿Qué relación tuvo Portugal con el Imperio español?
La Relación de Portugal con el Imperio Español
A lo largo de la historia, Portugal y España han mantenido una relación compleja que ha sido marcada por momentos de cooperación, conflicto y separación. Aunque ambos países comparten la península ibérica y han tenido numerosos puntos en común, su relación política, económica y territorial ha sido, en muchos casos, tensa. En particular, la relación de Portugal con el Imperio español fue clave en la formación de los respectivos imperios coloniales en América y Asia, y estuvo marcada por las luchas por la independencia, las alianzas dinásticas y los intereses coloniales. A continuación, exploramos las principales fases de la relación entre Portugal y el Imperio español.
1. La Edad Media y los orígenes del conflicto
Desde la Edad Media, Portugal y España, aunque inicialmente unidos bajo el reino visigodo, comenzaron a diferenciarse después de la reconquista cristiana de la península ibérica. En el siglo XII, Portugal se consolidó como un reino independiente bajo Alfonso I de Portugal (Afonso Henriques) tras su victoria en la batalla de Ourique en 1139.
- Separación y rivalidad: La separación entre el Reino de Portugal y los reinos cristianos del norte (como Castilla y Aragón) no fue fácil. Aunque ambos países compartían un origen común, a medida que la Reconquista avanzaba, las dos naciones empezaron a rivalizar por el control de la península, lo que más tarde se traduciría en una competencia por el dominio territorial en el mundo.
2. El Tratado de Windsor (1386): Una alianza temprana
Una de las primeras manifestaciones de una relación duradera entre Portugal y la Corona de Inglaterra fue el Tratado de Windsor en 1386, un acuerdo de alianza militar y comercial entre los reinos de Portugal e Inglaterra. Esta alianza se cimentó en la dinastía de los Avis, pero también tuvo repercusiones en la relación de Portugal con España.
- Unilateralidad en los intereses: Aunque la alianza con Inglaterra era beneficiosa para Portugal, también creó tensiones con los reinos ibéricos, que vieron con desconfianza la relación de Portugal con una potencia extranjera, especialmente Castilla, que buscaba consolidar su hegemonía en la península.
3. La unión dinástica (1580-1640): El control de los Habsburgo
Uno de los momentos más significativos de la relación entre Portugal y el Imperio español fue el periodo de la unión dinástica que tuvo lugar entre 1580 y 1640, cuando Felipe II de España (de la Casa de Austria, la familia Habsburgo) reclamó el trono de Portugal.
A. La crisis sucesoria portuguesa
El conflicto comenzó tras la muerte sin heredero directo del rey Sebastián I de Portugal en 1578, lo que abrió un vacío de poder en Portugal. El rey Felipe II de España, que ya era el monarca de los reinos de Castilla y Aragón, reclamó el trono portugués por su parentesco con la Casa de Avis. Tras varias disputas, Felipe II invadió Portugal en 1580, y Portugal pasó a formar parte del Imperio español durante 60 años.
- El descontento portugués: Aunque la unión fue reconocida por parte de la nobleza portuguesa, gran parte del pueblo portugués nunca aceptó el dominio español, ya que consideraban que su independencia y soberanía se veían amenazadas. La imposición de impuestos y el uso de tropas españolas en las guerras de los Habsburgo también alimentaron el descontento.
B. La falta de autonomía
Durante la unión dinástica, Portugal perdió gran parte de su autonomía. Aunque se permitió que el reino de Portugal mantuviera sus instituciones, leyes y costumbres, el verdadero poder estaba en manos de los monarcas españoles, y la política exterior de Portugal se subordinaba a los intereses de España.
4. La Guerra de Independencia y la restauración de Portugal (1640)
En 1640, tras décadas de creciente descontento y aprovechando la debilidad de España por las guerras en Europa, los nobles portugueses lideraron una revolución conocida como la Revolución de 1640, que resultó en la restauración de la independencia de Portugal.
- La proclamación de la independencia: En diciembre de 1640, Portugal proclamó su independencia del Imperio español, y la casa de Braganza fue establecida como la nueva dinastía en el trono portugués con Juan IV. La independencia fue seguida de una serie de conflictos bélicos entre ambos reinos, conocidos como la Guerra de Restauración (1640-1668), que culminó con la firma del Tratado de Lisboa en 1668, donde España reconoció formalmente la independencia de Portugal.
5. El Siglo XVIII: Relación conflictiva y de cooperación
A pesar de la separación política, las relaciones entre Portugal y España continuaron siendo ambivalentes durante el siglo XVIII. Ambos países se vieron involucrados en varias guerras y alianzas internacionales, principalmente relacionadas con los intereses coloniales en América y Asia.
A. La Guerra de Sucesión Española (1701-1714)
Durante la Guerra de Sucesión Española, Portugal se alió con Inglaterra contra los intereses de España y Francia, quienes luchaban por la tutela del trono español. Esta guerra resultó en un cambio en la estructura de poder en Europa, pero no afectó gravemente la relación directa entre los dos países ibéricos.
B. Los tratados territoriales
A lo largo del siglo XVIII, ambos países firmaron diversos tratados que delinearon sus respectivas esferas de influencia colonial. El Tratado de Madrid (1750), por ejemplo, definió las fronteras de las colonias de ambos países en América del Sur, resolviendo disputas en regiones como el Amazonas y el Río de la Plata.
6. La Guerra de Independencia de las Colonias
A partir del siglo XIX, las guerras de independencia de las colonias españolas en América, que comenzaron en 1808, también tuvieron repercusiones para Portugal.
- La invasión napoleónica de la península ibérica: En 1807, las tropas napoleónicas invadieron España, lo que forzó a la familia real portuguesa a trasladarse a Brasil, entonces una colonia de Portugal. La situación se complicó aún más cuando España fue ocupada por las tropas francesas, y Portugal quedó atrapado en las luchas entre los aliados de España y Napoleón.
7. Conclusión: La relación entre Portugal y el Imperio Español
La relación de Portugal con el Imperio español fue compleja y cambió a lo largo de los siglos. Desde los primeros conflictos por el control territorial en la península ibérica hasta la unión forzada bajo los Habsburgo, los dos reinos mantuvieron una relación marcada por tensiones y enfrentamientos. A pesar de la restauración de la independencia en 1640, las interacciones entre ambos países continuaron a lo largo de los siglos, con acuerdos y disputas territoriales. La independencia definitiva de Portugal del Imperio español y su propia expansión colonial en América y Asia consolidaron a Portugal como una nación soberana, pero la historia compartida de la península ibérica sigue siendo un capítulo importante de la historia europea.
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