El ritmo circadiano
Ritmos internos
Tu cuerpo es un reloj vivo que respira. Todo sobre ti se ejecuta en un horario constante, no solo cuando estás despierto. La temperatura corporal, la división celular, la presión arterial, la composición de la orina, la tasa metabólica e incluso la capacidad de respuesta a la medicación están programadas y vinculadas a una hora específica del día.
La parte más loca es que incluso si te encerraras en una habitación que no tuviera ventanas ni relojes, ¡tu cuerpo seguiría funcionando según este horario! Este ciclo biológico de 24 horas se llama ritmo circadiano . Esto viene del latín “circa” para “aproximadamente” y “muere” para “días”.
Tanto las plantas como los animales tienen ritmos circadianos, aunque este ritmo interno, o reloj biológico , no es el mismo para todos. Algunos relojes, como el nuestro, nos mantienen despiertos y activos durante el día, haciéndonos diurnos . Otros animales, como muchos mamíferos, corren de noche y son nocturnos (‘nocte’ significa ‘noche’).
No importa cuándo esté activo y activo, ese reloj interno sigue funcionando. El ritmo diario de los organismos continúa incluso sin ningún estímulo, como la luz del día. Sus procesos corporales se ejecutarán normalmente incluso cuando estén encerrados en esa habitación sin ventanas y sin reloj.
Señales externas
Sin embargo, para mantenerlo calibrado exactamente a 24 horas, el cuerpo necesita señales del mundo exterior. Esto se debe a que nuestros cuerpos están muy ajustados a las 24 horas, pero algunos están configurados para un poco más o un poco menos. Esta puede ser una de las razones por las que necesita dormir nueve horas completas para sentirse bien por la mañana, mientras que a su amigo le va bien con solo siete.
El cambio de día a noche y de noche a día es lo que mantiene nuestros relojes internos en el buen camino. Pero si alguna vez ha volado a una zona horaria diferente o ha vivido en un área que practica el horario de verano, sabrá que tomará algún tiempo adaptarse a estas señales.
Cuando la hora cambia rápidamente, como es el caso del vuelo del avión, nuestros relojes internos tienen que ponerse al día, lo que hace que tengamos un ‘jet lag’. En este caso, nuestro reloj biológico interno no está sincronizado con el entorno que nos rodea, por lo que no nos sentimos del todo bien.
Relojes biológicos
El concepto puede ser simple, pero el reloj biológico en sí sigue siendo algo misterioso. Sabemos que en los mamíferos el reloj biológico se encuentra dentro de un pequeño grupo de células nerviosas en el hipotálamo. Pero no sabemos mucho sobre el reloj biológico de otros animales y plantas.
Una cosa que hace que los relojes biológicos sean diferentes de otros procesos metabólicos es que no se ven afectados por la temperatura. ¡Esto también es algo muy bueno! A medida que la temperatura corporal desciende, los procesos metabólicos se ralentizan y, a medida que aumenta la temperatura, los procesos metabólicos se aceleran. Pero su reloj no se ralentiza ni acelera, sigue marcando al mismo ritmo. Imagínese si su reloj cambiara de velocidad con cada pequeño cambio de temperatura, probablemente siempre sentiría que tiene jet lag, ¡incluso si no fue a ningún lado!
Los relojes biológicos no solo registran la hora del día, sino también la época del año. Esto es especialmente importante para las plantas, que crecen a diferentes ritmos durante las diferentes estaciones. Algunas plantas florecen en otoño e invierno cuando los días son más cortos, mientras que otras florecen a fines de la primavera y el verano cuando los días son más largos. Estas plantas realizan un seguimiento de la época del año según la cantidad de luz solar que reciben cada día, y esto les ayuda a saber si es hora de florecer o no.
Resumen de la lección
Dormimos por la noche y nos despertamos por la mañana porque nuestros relojes biológicos están programados para hacerlo. Este ritmo interno está calibrado a un ciclo diario de 24 horas llamado ritmo circadiano . Todas las criaturas vivientes tienen un reloj biológico, aunque los detalles de cómo se calibra ese reloj difieren.
En los mamíferos, el reloj biológico se encuentra en el hipotálamo, pero no sabemos mucho sobre cómo funcionan los relojes biológicos o dónde se encuentran en otros animales y plantas.
Lo que sí sabemos es que, si bien los relojes biológicos requieren que las señales ambientales, como la luz del día, se calibren en un ciclo exacto de 24 horas, no requieren ningún estímulo para seguir funcionando en su horario normal y constante. Y, afortunadamente para nosotros, funcionan según su propio horario preprogramado, ignorando factores ambientales variables como la temperatura.
Los resultados del aprendizaje
Ahora que ha terminado con esta lección, debería poder:
- Definir el ritmo circadiano
- Describir la importancia de la transición del día a la noche para nuestros relojes biológicos.
- Saber qué glándula alberga el reloj biológico del cuerpo.
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